Opinión
Ver día anteriorSábado 30 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La mancha de Hermosillo no se lava con un galardón
D

espués de la tragedia de la guardería ABC, la ONU premió el Programa de Estancias Infantiles calderonista, armado electoreramente desde la Sedeso por la, ahora, priísta Lía Limón y que para Susana Sottoli, representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), es un modelo que tiene características muy diferentes a un sistema de cuidado infantil más formalizado.

A pesar de los avances que en materia de protección civil contiene la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil –ley 5 de junio, cuyo reglamento siguen aguardando los deudos de Hermosillo– y la NOM-032-SSA3-2010, las casi 10 mil estancias (943 mil menores) implantadas por Calderón –que la candidata Josefina Vázquez Mota ofreció triplicar para abrir 27 mil adicionales–, así como las mil 451 del IMSS (234 mil niños) y las 250 estancias del Issste (29 mil infantes), exhiben un formidable reto localizado justo en el corazón de sus parámetros de calidad: garantizar el adecuado desarrollo sicomotor de la primera infancia en el valle de los 0-4 años.

En esos changarros –algunos de los cuales se presumen además como negocios– se ahorra a costa de la calidad. El subsidio de la Sedeso: 700 pesos mensuales por hijo está estancado desde 2007, lo que impacta sobre el servicio otorgado en al menos dos comidas calientes y una colación. El resultado fue incrementar el cobro a los padres: 800 pesos mensuales por niño, con independencia de la aportación de los materiales que se requieran.

En un principio esa aportación correspondía sólo al 10 por ciento del subsidio, pero los mismos costos que inciden en todos los negocios se han traducido en que esos changarros, que han crecido como negocios formalmente establecidos, deban enfrentar la escalada de precios y salarios, además de las obligaciones inherentes a un negocio.

La calidad queda, pues, inevitablemente comprometida. ¿Cómo fortalecer, entonces, el desarrollo sicomotor en el cuerpo del reglamento pendiente de la ley 5 de junio?

En primer lugar, reconociendo que el desarrollo sicomotor se define durante la gestación y los primeros años de vida. Como bien señala Oliver Azuara (Nexos, mayo de 2012), hay evidencia científica probatoria de que las capacidades cognitivas y socioafectivas se consolidan en este periodo: el funcionamiento del cerebro adulto y el proceso de formación de habilidades. Cuando un niño no recibe estimulación cognitiva y no cognitiva, su capacidad analítica y desempeño escolar en etapas posteriores tienden a ser muy deficientes.

En segundo lugar, procediendo exactamente en sentido contrario de como lo hace Calderón, quien el 12 de enero de 2012 sostuvo que el prescolar (educación básica) no se puede incorporar el Programa de Estancias Infantiles porque está engarzado al sistema educativo e implicaría meter al sindicato de maestros y eso echaría a perder el esquema (El Universal).

Para Calderón, la clave del éxito de sus changarros es que a pesar de que no les pagamos ningún sueldo a las dueñas, y por lo mismo no hay relación laboral, por lo mismo no hay sindicato (..) no tenemos problema, no tenemos nómina y eso nos permite hacer crecer las estancias.

Esta clave del éxito es justo lo que compromete el corazón del proceso de calidad y obstaculiza estructuralmente el fortalecimiento del desarrollo sicomotor.

En tercer lugar, evitando el penoso triunfalismo electorero que desplegó el 22 de junio de 2012 (Milenio), el secretario calderonista de la Sedeso, Félix Guerra, para quien estos negocios equivalen a ¡117 por ciento! de la suma de niños que atienden el IMSS y el Issste, ¿con qué calidad?

Días antes de estas declaraciones, familiares de un menor de un año, fallecido (al parecer por negligencia del personal) en la estancia infantil Villa Feliz (Ecatepec), exigieron a la PGJ del Estado de México y a la Sedeso actuar contra los responsables y cerrarla, porque no cuenta con personal capacitado, no tiene personal médico que pueda dar primeros auxilios y no garantiza la seguridad de los niños. La estancia está afiliada a la red de la Sedeso y atiende a unos 30 menores en la parte alta de un inmueble. En la fachada tiene una manta con logos de la Sedeso y del DIF de Ecatepec (La Jornada, 19/06/12).

Guerra publicitó también que con estos negocios se ha impactado de manera importante a las jefas de familia que trabajan, pero también a más de 40 mil mujeres responsables del cuidado de los pequeños, así como a profesionistas que no tenían trabajo. En qué quedamos: ¿son negocios que dan empleo o cuidan menores?

Con toda la consideración que merecen los apoderados serios que operan estos negocios, el gran reto de su encargo reposa en garantizar un programa educativo más formal, o mejoras, como ellos mismos lo llaman, capaz que fortalecer el desarrollo sicomotor, frente a una estructura de costos que compromete obligadamente la calidad. El reto es extendible a las guarderías subrogadas por el IMSS que –siguiendo el modelo-contrato diseñado por Santiago Levy, asesor de Enrique Peña Nieto– exhiben el mismo problema de calidad y que el Informe de Labores 2010-2011 presume como programa pedagógico (pp. 248-9).

Frente a la mancha imborrable de dolor y muerte por la tragedia de Hermosillo, el premio de la ONU a Calderón –y su PGR que se resiste a actuar en consonancia con el fallo de la SCJN–, es un insulto increíblemente indignante. La mancha acompañará a Calderón de por vida.

*Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco