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El atractivo turístico chiapaneco se localiza a 10 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas

Las Grutas de Rancho Nuevo cautivan la imaginación con figuras caprichosas

Cientos de estalagmitas y estalactitas multiformes son bautizadas por los socios de la cooperativa, que administra el lugar desde hace unos tres años, señala Marcelino López Díaz

Foto
Sólo ha sido explorado 6 por ciento de la cavernaFoto Moysés Zúñiga
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de julio de 2012, p. a18

Rancho Nuevo, Chis., 30 de julio. Entrar en las Grutas de Rancho Nuevo, municipio de San Cristóbal de Las Casas, es trasladarse a una historia de imaginación, mitos y figuras extrañas e increíbles formadas a lo largo de los siglos en las paredes húmedas y frías por las estalactitas y estalagmitas.

En ese sitio se encuentran figuras como el mapa de Chiapas, el Arco del Triunfo de París, Olga Breeskin, Blancanieves, el Cañón del Sumidero, un pastel de tres leches, el subcomandante Marcos, la comandanta Ramona y dos copas del Mundial de la Federación Internacional de Futbol (FIFA).

Las Grutas de Rancho Nuevo se localizan a 10 kilómetros de San Cristóbal, sobre la carretera a Comitán. En 1947 Vicente Kramski, quien murió en 2010, y su primo Edmundo Schlié, también ya finado, comenzaron a explorar la caverna, cuyo recorrido es desde hace varias décadas un atractivo para propios y extraños.

Se encuentran en medio del Parque Ecoturístico Rancho Nuevo, que tiene cerca de 20 hectáreas de cerrado bosque de pinos, propiedad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunque desde hace unos tres años son administradas por la Sociedad Cooperativa de Prestadores de Servicio Turístico, integrada por 73 indígenas de las comunidades de Teopisca y San Cristóbal, entre artesanos y las personas que ofrecen el paseo en caballos. Tienen 11 trabajadores de base y en temporada alta contratan a otros 10.

Marcelino López Díaz, presidente de la cooperativa, dice que uno de los atractivos más interesantes del parque son las grutas, exploradas sólo en seis por ciento. Los visitantes también pueden encontrar tiendas de artesanías, antojitos (quesadillas, jugos de naranja, elotes, etcétera), venados en exhibición, resbaladillas hasta de 60 metros de longitud (muy concurridas), un pequeño museo fotográfico con la historia de las grutas, asadores, palapas, estacionamiento y caballos para pasear por el bosque.

En entrevista, señaló que se tramita que el terreno se deslinde de la Sedena, para que el gobierno pueda dar apoyo, ya que por esa condición ahora el parque no es sujeto de respaldo económico para mejorarlo. Es un sitio concurrido; en ocasiones, como en Semana Santa o Año Nuevo, ha llegado a recibir hasta 30 mil paseantes.

Lamentó que el año pasado por estas fechas una tragedia cubrió la zona. Un niño de ocho años, originario de la ciudad de México, que paseaba con su familia, murió cuando le cayó un rayo. El pequeño montaba a caballo en medio de la lluvia cuando recibió la descarga que le quitó la vida.

Para evitar tragedias como esa, el gobierno del estado colocó en Rancho Nuevo un pararrayos que cubre un área de cien metros a la redonda y se instaló un comité comunitario de protección civil, explicó López Díaz.

Marcelino López es muy conocido en Rancho Nuevo, ya que desde que tenía 7 años (ahora tiene 23) trabajaba de guía de turistas en las grutas. Conoce todas las figuras formadas por las estalactitas y las estalagmitas y se sabe de memoria los nombres que se les han dado. Sin embargo, desde hace nueve meses ya no hace los recorridos, pues asumió la presidencia de la sociedad.

El tzotzil conducía a los visitantes por los 750 metros de largo que tiene la húmeda y fría caverna, que cuenta con iluminación.

Apenas en la entrada, comenzaba a señalar las figuras para disfrute de los paseantes. Aquí están el mapa de Chiapas, dos torres de la catedral de Guadalajara, los conejos, la sirena, las ranas, el pulpo, la serpiente, las cascadas de Agua Azul, el Arco del Triunfo de Francia, el respaldo de sillas, el ala de ángel, la Virgen de Fátima, el perfil de un maya, el perico, los tres Reyes Magos, la palmera de coco, cuatro candeleros, el Rey León, el correcaminos y un mamut, señalaba en medio del asombro de los visitantes, que trataban de encontrar lo que él les decía.

El tzotzil contó que lámpara en mano continuaba el recorrido: “Aquí está el Árbol de la Noche Triste, las águilas, los elotes, la cabeza de cobra, las cortinas, las ollas, un quetzal, el sombrero de Zinacantán, una casa completa hasta con alberca, cocodrilos, Santaclós, un panal de abeja, el pastel de tres leches, las patas de avestruz, la cabeza de boa, dos manos que hacen la V de la victoria que puso de moda Vicente Fox en 2000, dos copas del Mundial de la FIFA…”

Esas figuras, expresó Marcelino López, se fueron haciendo solitas por las estalactitas y estalagmitas, por el paso del tiempo y con las gotitas de agua.

Aseguró que grupos de tres o cuatro socios hacen recorridos constantes en el interior de las grutas, analizan con cuidado las siluetas y luego definen a qué se parecen más para ponerles nombre. Así se ha venido haciendo desde hace muchos años, y los que vamos dejando el trabajo de guías les vamos trasmitiendo el conocimiento a los que llegan, que deben ir descubriendo las nuevas figuras que están ahí; lo único que hay que hacer es ponerles nombre, concluyó.