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El violinista británico visita México para ofrecer tres conciertos como solista

Los compositores de hoy ya no siguen estilos, van tras la originalidad: Arditti

Mi trabajo ha permitido a muchos la posibilidad de escribir sin conocer límites, señala

Si de algo estoy seguro es que el violín no ha alcanzado el punto máximo, dice a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de julio de 2013, p. 5

Como nunca en la historia, la música de nuestros días carece de límites. Si acaso existe uno, es el tiempo que una obra tarda en llegar a los escuchas.

Tal es la manera de pensar de Irvine Arditti, una de las más reconocidas figuras del arte sonoro mundial, a partir de su quehacer dentro del repertorio contemporáneo, tanto de manera individual como con el famoso cuarteto que lleva su apellido, del cual es fundador y director, y que el año próximo cumplirá su 40 aniversario.

“Los compositores de hoy –sostiene en entrevista con La Jornada, con el apoyo de su esposa, la compositora Hilda Paredes en la traducción– ya no buscan escribir bajo determinados estilos o seguir a las figuras más importantes. En lo que se concentran es en hacer música interesante y estimulante siguiendo su propia imaginación para ser originales”.

El violinista británico, quien este 2013 celebra sus 60 años de edad, se encuentra en México para ofrecer tres presentaciones de manera individual. La primera ocurrió anoche, en El Colegio Nacional; la próxima, el 25 de julio, será en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, y la última, el 16 de agosto, en Monterrey.

Por estimular la imaginación

Generador de un vasto repertorio para cuarteto de cuerdas, integrado por más de mil partituras realizadas por autores de todas las latitudes, y con alrededor de dos centenares de grabaciones, como solista y con su cuarteto, Irvine Arditti cree que aún es mucho lo que el violín puede ofrecer, al igual que el resto de los instrumentos de cuerda, desde el punto de vista de la escritura musical.

Estoy convencido de que aún son muchas las obras nuevas que me sorprenderán. Siempre estoy listo para descubrir algo nuevo. Si de algo estoy seguro es de que aún no se ha alcanzado el punto máximo del violín.

A su decir, el más importante rasgo de los más recientes años entre los compositores es la individualidad, y sostiene que desde que comenzó a tocar este tipo de repertorio a la fecha se han incrementado la diversidad de lenguajes y de compositores, además de que la paleta de posibilidades compositivas se ha expandido.

La música ya no necesariamente tiene que ser experimental, un reto o algo difícil de comprender. Como en un principio hacía música que nadie tocaba, siempre se me ha asociado con tocar música muy difícil, pero eso no quiere decir que la más sencilla no sea interesante, indica.

“A veces la gente dice que Arditti toca la música que nadie puede tocar, aunque quizá lo que hago realmente es tocar la música que nadie quiere hacer. Una vez hice un comentario un tanto estúpido, de que ninguna música es imposible si uno está dispuesto a dedicarle el tiempo que sea necesario.

Y eso dio pie a que muchos compositores comenzaron a escribir cosas que eran completamente imposibles. El lado positivo es que también se extendió la paleta de posibilidades instrumentales para muchos autores. En otras palabras, mi trabajo ha permitido a los autores la posibilidad de escribir sin conocer límites.

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Irvine Arditti, fundador del cuarteto que en 2014 cumplirá 40 años, durante la entrevista con La JornadaFoto Guillermo Sologuren

El violinista rechaza la percepción de que la música contemporánea sea sólo para músicos y especialistas, y si bien asume que hay algunos compositores muy egoístas que escriben para sí mismos, considera que la mayoría escribe lo que tiene que escribir y los intérpretes no tienen por qué restringirlos.

He pasado mi vida permitiendo a los compositores, incluso estimulándolos para que escriban lo que quieran. Creo que una de las cosas más importantes que he hecho en lo individual y en el cuarteto es no decir qué tienen que crear en un estilo o en otro, sino dar la confianza, que no tengan miedo, estimular su imaginación, dice.

Ningún compositor que se considere tal quiere estar restringido por lo que un determinado público quiere escuchar. La mayoría no escribe para agradar a las masas, lo cual no quiere decir que no les importe si su música es o no escuchada; claro que quieren que su trabajo sea apreciado por otros.

Arditti precisa que por lo general toca a autores cuyo trabajo disfruta y respeta, lo cual no significa que excluya a los que cuya obra, en primera instancia, no comprende. Siempre estoy abierto a querer entender, subraya.

–¿No es tormentoso tocar música que no se disfruta?

–No, porque esto puede enriquecer mi entendimiento musical, y muchas veces hago el esfuerzo para tocar aunque me parezca que tal vez no es muy buena la música, y a veces descubro que, en efecto, no hay sustancia.

Acerca de cómo selecciona las obras que interpreta, aclara que la mayoría de las veces, sobre todo cuando se trata del cuarteto, son los promotores de los conciertos los que toman las decisiones. Eso no significa que él ni los demás integrantes del ensamble no opinen o decidan.

La esencia es estar abierto a la música nueva y no quiero excluir a nadie sin antes estudiar su trabajo. En los últimos años del siglo XX y los 13 que van del XXI, la música ha cambiado y se ha movido más rápidamente, y por lo general es muy difícil evaluarla de forma rápida. Debe pasar necesariamente por el tamiz el tiempo, destaca.

Me han preguntado qué compositores seguirán siendo tocados en 100 años y respondo que no lo sé y no importa. Solamente podemos imaginar quiénes lo harán, porque podemos ver la calidad de las obras, pero no deja de ser sólo un ejercicio de especulación.

Para finalizar, Arditti enfatiza: Aclaro que no es importante evaluar en este momento. Mi trabajo es estar dentro de la música y hacerlo lo mejor que pueda, con todo mi compromiso y pasión.