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Recuerdan al cineasta aragonés en México, España y Francia a 30 años de su muerte

No he conocido a alguien que supere a Luis Buñuel: Silvia Pinal

Cuando él pedía enseñar los senos era porque así lo requería la escena; nunca lo vi como algo pesado ni obsceno; era respetuoso, un genio, dice la protagonista de tres de las cintas del realizador

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Delia Garcés y Arturo de Córdova, en una escena de Él.Foto tomada de Historia documental del cine mexicano, de Emilio García Riera
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Silvia Pinal en un fotograma de ViridianaFoto tomada de Historia documental del cine mexicano, de Emilio García Riera
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de julio de 2013, p. a12

Pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada 10 años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos (...) Regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba, comenta Luis Buñuel en el libro de memorias Mi último suspiro.

Este lunes se cumplen tres décadas de la desaparición física de quien es considerado uno de los mejores realizadores en la historia del cine. Buñuel fue arriesgado, provocador y hasta desquiciado... un genio del séptimo arte..

México, donde terminaron sus días, es el país que le permitió convertirse en ese Buñuel, que dejó su huella en los libros de cine.

El francés Jean Claude Carrière, guionista de algunos de sus filmes, consideraba: Nadie puede decir lo que va a suceder en la obra de ningún artista, pero creo que Buñuel está en todos los caminos de novelistas, de cineastas, de pintores... como Goya es un personaje de estatura imponente.

Buñuel, artífice de las emblemáticas cintas Los olvidados y Viridiana, será homenajeado en México, España y Francia.

Homenaje en la Cineteca

Hoy la Cineteca Nacional y la Casa de Buñuel en México (lugar de la colonia Del Valle en la que vivió el aragonés hasta sus últimos días) proyectará una función especial de Él, con entrada gratuita. La Filmoteca de la UNAM comenzará una muestra de las películas más representativas del aragonés.

En España y Francia (donde nació, el primero, y el otro en el que desarrolló la parte final de su carrera) recordarán al cineasta con la emisión de ciclos de sus películas, documentales y de reportes especiales.

En Francia, país en el que Buñuel estudió cine y rodó su primera película, la cadena cultural Arte estrenó el documental En el ojo de Luis Buñuel, de François Lévy-Kuentz. El canal de televisión realiza desde junio un ciclo en Francia y Alemania de siete de las películas rodadas en el país galo y en España.

En España, el diario El Mundo, inauguró este fin de semana en su web un portal dedicado al cineasta. Además, Días de cine, de la televisión pública TVE, dedicó su más reciente entrega al cineasta aragonés.

El 5 de agosto se inaugurará en la localidad natal de Buñuel, Calanda, provincia de Teruel, la novena edición del festival 22 por Don Luis.

El certamen, que lleva por subtítulo Películas que hubiera querido ver Buñuel, programó una proyección especial de Un perro andaluz, que será exhibido con música original de Pablo F. Bello.

Su más ferviente admiradora

Silvia Pinal define a Buñuel así: Hasta hoy no he conocido a alguien que lo supere ni creo que lo conoceré. Fue un hombre muy respetuoso, amable, genial, el más extraordinario director de cine. Cuando trabajé con él ya era conocido a escala mundial; su filmografía era impresionante y pensé que me toparía con alguien difícil de carácter, pero no fue así.

Silvia acudió a Ernesto Alonso para conseguir su apoyo e ir juntos a solicitar trabajo, a principios de los años 50. Era su más ferviente admiradora y me había propuesto trabajar con él, aunque fuera de extra, aseguró Pinal, quien protagonizó Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965).

Buñuel les platicó que estaba adaptando Tristana, novela de Benito Pérez Galdós, y consideró que ambos podrían funcionarle para los estelares. Sin embargo, no hallaron productores.

En 1960 la actriz era pareja sentimental de Gustavo Alatriste, quien estaba dispuesto a producir lo que ella quisiera. “Así que no lo pensé dos veces y viajamos a España para decirle a Buñuel que podíamos empezar a filmar cuando él quisiera.

Es una vanidad muy grande la que voy a decir, pero yo escogí a Buñuel, no él a mí. Cuando conocí su obra me encantó, me enamoré de su cine, de su humor negro, de su manera de ser y supe que no descansaría hasta ser dirigida por él y lo logré. Don Luis era un hombre estricto, exacto, maravilloso. Trabajar con él fue una experiencia que jamás volví vivir, jamás me sentí tan gran actriz como él me lo hizo sentir, aseveró.

“Era un hombre respetuoso, un genio y por eso con Viridiana logramos la Palma de Oro en el festival de Cannes, premio que ninguna otra película hispana ha vuelto a ganar y que para mí es un orgullo, un halago; me trae a la mente cosas muy hermosas”.

Recordó que poco antes de rodar el final no estuvo de acuerdo con la forma en que terminaba la cinta. “No me parecía justo que esa mujer inútil, después de todo lo que le había pasado, terminara jugando cartas. Aunque él tomaba en cuenta el punto de vista del actor y las sugerencias, también trataba de convencerte de lo contrario y lo logró conmigo; me dijo que era un final productivo para ella y lo acepté. Definitivamente era un hombre muy inteligente y Viridiana es la mejor película que pudo haber dado al cine”.

Luego de admitir que Viridiana no fue su favorita, señaló que la que verdaderamente fue un reto fue Simón del desierto (1965), porque interpreté al Diablo y en manos de Buñuel, ya te puedes imaginar qué cosa más bella. Hice escenas vestida de Jesucristo, de mujer con los senos al aire, de niña enseñando las piernas y los senos tratando de seducir a un santo. Fue un personaje precioso, aunque muy difícil. Tenía que salir de barbas, de pelo rizado, con un vestido de griego y después cantar en latín. Tuve que poner mucha atención a Buñuel y sentir al personaje para darle la intención que él quería.

Mostrarse al desnudo no fue complicado, asegura la artista, y mucho menos con Buñuel porque si él te pedía enseñar los senos era porque así lo requería la escena. Yo nunca lo vi como algo pesado ni obsceno, era una cosa que estaba dentro de una película y a mí me encantaba trabajar con él.

Respecto de El ángel exterminador (1962), Pinal aseguró: “Nunca entendí lo que fue esa película, pero la disfruté enormemente porque a don Luis le gustaba divertirse, adoraba mezclar cosas y sorprendernos a todos.

Creo que él siempre supo lo que quería con esa película, aunque nosotros no lo comprendimos. Nos embarró miel y tierra en el cuerpo, fue algo muy asqueroso; nos hizo trabajar con borregos y al final reflexioné que la historia tenía que ver con las enfermedades de los seres humanos.