Espectáculos
Ver día anteriorJueves 26 de septiembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El realizador mexicano compite por la Concha de Oro en San Sebastián con Club sándwich

Del despertar sexual de un adolescente, llegué al conflicto de una madre: Fernando Eimbcke
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de septiembre de 2013, p. 9

San Sebastián, 25 de septiembre.

El mexicano Fernando Eimbcke compite por la Concha de Oro del festival de cine de San Sebastián con Club sándwich, película minimalista sobre el distanciamiento entre madre e hijo a la llegada de la pubertad, presentada este miércoles.

Empecé con el despertar sexual de un adolescente, pero al escribir el guion fui descubriendo que el personaje con mayor conflicto era el de la madre, explicó el cineasta tras la proyección del filme en la sección oficial.

Fue así como ganó protagonismo el personaje de Paloma, interpretado por la mexicana María Renée Prudencio, que mantiene una estrecha relación de compañerismo con su hijo adolescente Héctor, encarnado por Lucio Giménez Cacho.

Con un mínimo de imágenes y de diálogo, Eimbcke teje la perfecta banalidad en la relación entre madre e hijo durante unas vacaciones en Puerto Escondido hasta que una intrusa irrumpe entre ellos: la exuberante Jazmín (Danae Reynaud Romero) con quien el muchacho se inicia a la sexualidad.

Improvisamos un poco, dice el director. Nos gusta tener la escena controlada, sabemos hacia donde va, pero los actores no se tienen que aferrar tanto a lo que dice el texto, explica sobre su particular manera de trabajar. Leemos el guion una vez antes de la escena y luego ya no tienen más acceso a él, los actores lo dicen con sus propias palabras, como ellos lo sienten, agrega.

Espacios cerrados, gestos contenidos y largos silencios

Espacios a menudo cerrados y siempre milimetralmente calculados, gestos contenidos, imágenes sobrias y largos silencios van construyendo la tensión entre los tres personajes en un hotel vacío y claustrofóbico.

El minimalismo es algo propio de su cine, reconoce Eimbcke –autor de Temporada de patos (2004) y Lake Tahoe (2008)–, y crea un estilo poco convencional que no tiene mucha difusión en un México donde la taquilla está en manos de las grandes producciones estadunidenses.

En todos los festivales ahora en el mundo están apareciendo dos, tres o cuatro películas mexicanas interesantes a las que, sin embargo, les cuesta lograr distribución en su país, asegura el productor Christian Valdelièvre, al tiempo que se felicita de la buena salud del cine mexicano.

Hoy en México estamos produciendo más de lo que lo habíamos hecho en la historia, que serán unas 60 películas al año, de todo tipo, asegura, atribuyendo este auge a las políticas de estímulo gubernamentales.

Foto
Danae Reynaud Romero, Lucio Giménez Cacho y María Renée Prudencio, protagonistas de la cinta de Fernando EimbckeFoto Notimex

El cineasta australiano Jonathan Teplitzky (Burning man) lleva a la gran pantalla una conmovedora historia real que hizo que a más de uno se le saltaran las lágrimas. Y es que The railway man toma su nombre de las memorias de Eric Lomax, un soldado escocés que sobrevivió a innombrables torturas cuando fue capturado por el Ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

La historia de Lomax, fallecido en octubre pasado, sería similar a la de otros muchos supervivientes si no fuera por algo esencial: aunque no olvidó, él logró perdonar. Y Colin Firth, quien ya se alzó con un Óscar por El discurso del rey, consigue emocionar con una sutil interpretación llena de matices.

Creo que la película muestra que no importa lo que a uno le suceda en la vida: siempre es posible seguir adelante, declaró en la presentación Patricia Lomax, viuda del protagonista real y encarnada en la gran pantalla por la australiana Nicole Kidman.

Pero también pone de manifiesto la soledad de quienes sobreviven una guerra, añadió.

En The railway man Eric (Firth) y Patti (Kidman) se conocen en un tren, como no podía ser de otra manera para este hombre apasionado de los ferrocarriles. El flechazo acaba en matrimonio, pero tras la inicial nube de felicidad, las pesadillas vuelven a acechar al ex soldado, que no ha logrado superar el capítulo más oscuro de su vida.

Enfrentar el pasado para hallar la paz

Empeñada en ahuyentar sus demonios, su mujer pide ayuda a otros veteranos. Así descubrirá las atrocidades a las que fueron sometidos los soldados británicos tras la caída de Singapur ante los japoneses (1942), cuando fueron forzados a construir el ferrocarril de Birmania. Y Eric tendrá que enfrentarse a ese pasado para encontrar la paz.

“Cuando (George W.) Bush habló del waterboarding, mi marido publicó un artículo para que la gente supiera lo que se sufría con ese método de tortura”, contó la viuda de Lomax, convertida en el centro de atención ante la ausencia de Kidman y Firth. Y también se le escaparon las lágrimas al recordar una frase del ex soldado ahora en boca del actor: En algún momento tiene que parar el odio.