Lo que vive el Tri mayor y la Sub-17 son realidades distintas. Los jugadores de la selección grande lo repiten, aunque no ocultan la alegría de ver que los jóvenes avanzaron por segunda vez consecutiva a la final del Mundial de la especialidad, mientras los mayores se debaten por un boleto de repesca para ir a Brasil 2014.

En medio del júbilo, los más experimentados previenen sobre el futuro de los Sub-17 y lamentan que no siempre es próspero en el futbol nacional.

Rafael Márquez dice que muchos de estas promesas se quedan en el camino, pues se truncan sus procesos formativos por diversas razones, no todas relacionadas con asuntos deportivos.

Hace falta continuidad. Es una lástima que no todos los que han salido campeones lleguen a destacar en primera división; son sólo dos o tres, pero se interrumpen sus procesos formativos. Hay que evitar que se pierdan y guiarlos para que sean una base importante del balompié mexicano, comenta.

Rafa considera una tristeza que se pierdan jugadores con un futuro que puede ser brillante, y busca las posibles explicaciones, entre ellas, el repentino éxito y todo lo que acarrea.

De pronto les llega la fama y el dinero y eso hace que se pierdan, comenta, antes de plantear que una de las posibles medidas a emprender es que los clubes estén atentos a continuar con el proceso de maduración de los jóvenes hasta que estén listos para el primer circuito.

El americanista Layún dice por otro lado que la victoria de los juveniles en Abu Dhabi, lejos de representar una forma de presión para la selección mayor, resulta un ejemplo inspirador.

Mientras, el Tri mayor se prepara para los compromisos del 13 y 20 de noviembre ante Nueva Zelanda, por un boleto para el Mundial de Brasil. Este mes marcará nuestras carreras y vamos a tratar de vivirlo de la mejor forma, define Layún.

Los jugadores coinciden en que el Tri mayor vive esta situación complicada para clasificar, sin responsabilizar a los que están en Europa, quienes no fueron llamados para los partidos de repesca.