Sociedad y Justicia
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La iniciativa apunta a luchar contra el proxenetismo

Prevé proyecto de ley penas para los clientes de prostitutas en Francia
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de noviembre de 2013, p. 39

Los diputados franceses examinarán esta semana un proyecto de ley que prevé penas para los clientes de prostitutas, en nombre de la lucha contra la violencia de género, texto que ha provocado ásperos debates.

El proyecto presentado por la ministra de los Derechos de las Mujeres, la socialista Najat Vallaud-Belkacem, prevé multas de mil 500 euros para los clientes de prostitutas, suma aumentada al doble en caso de reincidencia, un cursillo de sensibilización como alternativa al procedimiento judicial y la supresión del delito de incitación pública que podía aplicarse hasta ahora a las prostitutas.

El texto apunta a luchar contra el proxenetismo y propone medidas de reinserción en favor de las prostitutas, incluyendo la provisión de vivienda, ayuda financiera y facilitar la obtención de un permiso de estadía para las extranjeras. Pese a ello, la parte represiva de la ley hizo reaccionar a feministas y celebridades, como la actriz Catherine Deneuve.

El debate concierne en particular a la legitimidad de los poderes públicos para legislar sobre un tema de orden privado, pero también respecto de la idea de que las prostitutas son víctimas de redes mafiosas.

Enarbolando pancartas con el lema clientes penalizados = putas asesinadas y gritando somos putas, estamos orgullosas y el Partido Socialista es la guerra, centenas de prostitutas se manifestaron en octubre en París.

Distribuidas por el Sindicato del Trabajo Sexual, los volantes repartidos por las manifestantes explicaban que la penalización de los clientes es una medida perniciosa que pondrá en peligro la salud, la seguridad y la vida de las prostitutas. Según el Ministerio del Interior, hay 20 mil prostitutas censadas en Francia.

Con el título ¡No toques a mi puta! (que parafrasea el lema antirracista ‘¡No toques a mi amigo!’) un grupo de opositores al proyecto lanzó una petición, en la que sostiene que cada cual tiene el derecho de vender libremente sus encantos, e incluso de que eso le guste, y rehúsa que los diputados dicten normas sobre sus deseos y placeres.

Los hombres se denominaron los 343 golfos, provocando la ira de las feministas, ya que aluden al manifiesto de las 343 golfas, publicado en 1971 en favor del aborto libre y gratuito, y firmado por 343 mujeres, en su mayoría intelectuales, artistas y científicas famosas.

Todas ellas afirmaban que habían abortado en una época en que el aborto era delito en Francia.