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Marchan miles en demanda de la renuncia del presidente

Exige Ucrania a la Unión Europea renegociar el acuerdo de asociación
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 30 de noviembre de 2013, p. 19

Moscú, 29 de noviembre.

Aunque provocó una crisis política y protestas multitudinarias en Ucrania, el presidente de este país, Viktor Yanukovich, puede sentirse satisfecho: dejó claro, en la cumbre de la Unión Europea (UE) que concluyó este viernes en Vilnius, Lituania, que hay que renegociar los términos del acuerdo de asociación y, al mismo tiempo, dio esperanzas a Moscú de que aún puede inclinar la balanza hacia su lado.

No hubo golpe de efecto en Vilnius, ciertamente. Para unos eso equivale a tragedia y para otros a triunfo. En realidad, la moneda sigue en el aire y nada cambiará hasta que Ucrania reciba –del primero que no aguante la presión, la UE o Rusia– multimillonarias inyecciones de dinero para sortear la difícil situación económica en que se encuentra, clave para la planeada relección de Yanukovich en 2015.

El punto más débil de esta estrategia es que, en estos tiempos de crisis global, ni la UE ni Rusia disponen de recursos libres para el ingente desembolso que necesita Ucrania.

En la capital lituana, Yanukovich afirmó que Ucrania mantiene su voluntad de integrarse a Europa y que no tuvo otra opción que suspender los preparativos de la firma porque la asociación va a representar para su país pérdidas muy cuantiosas.

En el estira y afloja con los líderes de la UE logró que éstos retiraran la condición extraoficial de que permitiera a su máxima rival política, Yulia Timoshenko, condenada a siete años de cárcel por abuso de poder, viajar a Alemania para recibir tratamiento médico.

A cambio de la suspensión, Yanukovich obtuvo promesas del Kremlin de concederle un multimillonario crédito, una rebaja en los precios del gas natural, ahora desmesurados, y otras ventajas. Moscú también ha recurrido a las sanciones y amenazas contra Kiev.

Pero, en sentido estricto, Ucrania está en el mismo sitio donde estaba antes de la cumbre de Vilnius: con la misma urgencia y ninguna solución todavía.

En ese contexto, desde que se anunció la semana pasada la repentina decisión de suspender los preparativos para la firma del acuerdo de asociación con la UE, Kiev y otras ciudades del país han sido escenario de multitudinarias manifestaciones de protesta, llegando la primera a reunir en la capital a 100 mil participantes, igual que en los tiempos de la llamada revolución naranja en 2004.

Hoy no fue la excepción, si bien hubo menos manifestantes. Cerca de 10 mil personas salieron a la calle para exigir la dimisión de Yanukovich en un mitin conjunto de los principales partidos de oposición. El domingo está convocada otra gran concentración en Kiev.

Paralelamente, el gobierno congregó –en un concierto transmitido por la televisión pública– a una cantidad similar de seguidores del presidente Yanukovich, miembros del partido de las regiones que viajaron a la capital a expresarle su apoyo.

Junto con la negativa de Ucrania a firmar el acuerdo de asociación, cabe apuntar que en Vilnius signaron sendos preacuerdos dos repúblicas ex soviéticas, Georgia y Moldavia.

La firma de estos preacuerdos es un paso (Ucrania lo rubricó en la primavera del año pasado), pero es necesario cumplir ciertos requisitos –a veces, demasiados– y refrendar luego la incorporación en un acuerdo de asociación.

Otro país que estaba en la lista, Armenia, prefirió retirarse antes y se sumó a la Unión Aduanera que promueve Moscú.