Opinión
Ver día anteriorMiércoles 15 de enero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

El SAT y su cruzada

La legislación permisiva

Evasión institucional

L

ento, pero seguro (¿?), el Sistema de Administración Tributaria, el temido SAT, anuncia una cruzada en contra de grandes empresas trasnacionales, mexicanas o del exterior, que evaden hasta 16 por ciento en el pago del impuesto sobre la renta, realizan prácticas fiscales agresivas y por cuyo incumplimiento se dejan de captar miles de millones de dólares.

En la mirilla del organismo –según dice su titular, Aristóteles Núñez Sánchez, muy cercano al ahora canciller José Antonio Meade Kuribreña– están grandes empresas que producen desde jabón hasta pasta de dientes, que se llevan a otros países (y paraísos fiscales) las utilidades obtenidas en México, porque allá pagan una tasa de impuesto sobre la renta de entre 8 y 14 por ciento, y aquí deben hacerlo en 30 por ciento (35 por ciento a partir de 2014, si es que a la cabeza visible del SAT se le olvidó eso que llaman reforma fiscal).

El SAT mantiene su rotunda negativa para divulgar quién autorizó y a quiénes benefició con la condonación de alrededor de 74 mil millones de pesos en créditos fiscales pero, tal vez para acallar a los que reclaman por la falta de transparencia de la institución a su cargo, anuncia el lanzamiento de una cruzada en contra de las grandes empresas evasoras que de México han hecho su paraíso fiscal.

De cualquier forma, y con la esperanza de que trascienda el discurso, se oye bien el anuncio aristotélico –versión autóctona–, y el titular del SAT bien podría iniciar –y con ello garantizar que la cruzada va en serio– con los consorcios mineros que operan en el país, con los cuales, dicho sea de paso y para efectos fiscales, si saben contar nunca cuenten con ellas. Más adelante –porque es dudoso que tenga capacidad para hacerlo de forma paralela– podría seguir con las empresas productoras de jabón, de pasta de dientes y todas las demás.

Sin embargo, el principal problema que debe resolver Aristóteles y su cruzados está en su propia casa, es decir, el enemigo a vencer son las propias las instituciones gubernamentales y los organismos paralelos de poder que facilitan, por no decir procuran, la evasión y la elusión legal de impuestos a favor de sus círculos de amigos. Para nadie es un secreto que es práctica común que el gobierno federal proponga y el Legislativo disponga, como decía Fox, regímenes especiales, facilidades, exenciones, condonaciones y demás gracias por medio de las cuales las grandes empresas nacionales y foráneas pagan mínimos impuestos, o de plano no los pagan, mientras los causantes de a pie son vilmente exprimidos.

Cómo olvidar casos como los de Banamex y Bancomer, vendidos, vía Bolsa Mexicana de Valores, por inversionistas mexicanos a trasnacionales financieras, ventas por las que erario debió obtener alrededor de 5 mil millones de dólares, pero que en los hechos sólo obtuvo un concierto de violines, con el aplauso y la sonrisa de Vicente Fox y Francisco Gil Díaz, su secretario de Hacienda. Y también están las cerveceras otrora nacionales: los dueños mexicanos de Femsa y del Grupo Modelo vendieron sus empresas, vía mercado bursátil, en alrededor de 30 mil millones de dólares, y el fisco recibió otro concierto. Y como estos se pueden documentar muchísimos más, todos ellos legales y de la mano del gobierno y del Legislativo.

Tampoco es novedad que los barones autóctonos y las trasnacionales que operan en México sean adictos a los paraísos fiscales, a los que generosamente exportan capitales y donde evaden al fisco nacional. Por ejemplo, cuando menos desde 2001(en el sexenio de Vicente Fox, que devino mariguanero-petrolero) la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) advirtió al gobierno mexicano que las 22 mil empresas trasnacionales registradas en México (37 por ciento de las 60 mil empresas trasnacionales que de manera oficial existían entonces en el planeta) repatrían 70 por ciento de sus utilidades a sus matrices y naciones de origen (más a uno que otro paradisiaco rincón geográfico en el que no existe la tributación), mientras el resto (30 centavos de cada dólar) lo reinvierten en las subsidiarias (es decir, reinvierten las utilidades obtenidas en la economía mexicana).

Si a lo anterior se suma el rosario de regímenes especiales, facilidades, exenciones, condonaciones y demás gracias y bienvenidas fiscales otorgadas al capital nacional y extranjero por parte del gobierno federal y del Legislativo, entonces lo extremadamente raro es que Aristóteles y sus cruzados se animen a ir –así sea en el discurso– tras las grandes empresas que producen desde jabón hasta pasta de dientes.

Nadie, pues, debe sorprenderse de la impresionante evasión y elusión existente en México, y mucho menos de que nuestro país sea uno de los que menor captación fiscal obtiene en América Latina. De hecho, México obtuvo otro galardón: gracias a la decidida intervención de los grandes empresarios mexicanos, la Unctad oficialmente reconoció a nuestro país como exportador neto de inversión extranjera, toda vez que 2012 apareció por primera vez en la lista de los inversionistas más grandes del mundo, al colocarse en el lugar 15 y escalar 13 puestos frente al año previo (desde el escalón número 28), pues en ese año la exportación de capitales sumó 25 mil 597 millones de dólares. Y durante la decena trágica panista (con Fox y Calderón en Los Pinos) tal exportación sumó más de 230 mil millones de dólares, todos ellos obtenidos en la economía mexicana, donde por cada dólar que ingresó como IED salieron dos por parte de los mega empresarios mexicanos.

Durante el anuncio de su cruzada, el jefe del SAT notificó a quienes hoy como contribuyentes están llevando a cabo una planeación fiscal agresiva sí, sí es una advertencia: vamos a ejercer a plenitud las facultades que nos confieren las leyes. No vamos a permitir planeaciones fiscales agresivas. Que contribuyan con lo que deben hacer al gasto público en México, como lo hacen muchos mexicanos porque no están retando al SAT, no retan a la Secretaría de Hacienda, retan a México, y las autoridades efectuaremos con pleno y estricto apego a derecho las facultades que nos confiere el Congreso de la Unión en las leyes.

Pero, ¡sorpresa!: es el círculo perverso, pues son esas mismas leyes las que han permitido, por no decir estimulado, precisamente lo que hoy reclama y pretende combatir el cruzado.

Las rebanadas del pastel

Entonces, ¡suerte, matador!

Twitter: @cafevega