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Emocionante, el adiós de los Hijos de Desaparecidos para que no haya olvido

Decreta la presidenta argentina tres días de duelo nacional por la muerte del poeta

Gelman no era alegórico, era metafórico, entonces no era demagógico, recuerda Irene Gruss

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 16 de enero de 2014, p. 4

Buenos Aires, 15 de enero.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó duelo nacional durante tres días por la muerte del poeta, traductor y periodista argentino Juan Gelman, fallecido ayer a los 83 años en la capital de México, donde residía.

El decreto presidencial dispuso que la bandera permanezca a media asta desde hoy hasta el próximo 17 de enero.

Los medios locales destacan la vida y obra del poeta argentino y lo lloran sus compañeros del periódico Página 12, del que fue columnista desde su fundación, hasta ahora, y donde compartió con sus ex compañeros políticos muchos de los momentos de su vida y de sus regresos.

Reconocido como uno de los mayores poetas en lengua castellana, Gelman vivió en el exilio entre 1975 y 1988, y luego decidió residir en México, país al que amaba. Perseguido por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), y después por la dictadura (1976-1983), vivió en Roma, París, Madrid, Nueva York y luego México. También estuvo un tiempo en Nicaragua, durante los primeros años de la revolución sandinista.

En Villa Crespo, barrio capitalino donde nació el poeta el 3 de mayo de 1930, en una familia judía llegada desde Ucrania, también lo lloran, sobre todo los jóvenes, y es emocionante el adiós de los Hijos de Desaparecidos, y los programas donde la figura del escritor, el hombre, el político está siendo hoy mostrada al país, para que no haya olvido.

Desde sus primeros libros, en Juan Gelman se destacó la originalidad, la palabra jugada cambiando contenidos, músicas, rompiendo esquemas, como lo hizo en todos los aspectos de su vida.

En 1997 ganó el Premio Nacional de Poesía en Argentina; el Juan Rulfo, en 2000; en 2004, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; en 2005, los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía. En 2007 ganó el Premio Cervantes.

Además de su obra poética, entre otros libros escribió con su amigo el escritor Osvaldo Bayer Exilio, donde se expresa lo que es el transcurrir en una vida donde aunque todo lo que rodea sea amable, hay un desgarramiento interior, del que no se regresa.

Se podrá hablar largamente de su monumental obra poética, pero hay una lucha permanente contra lo que llamaba Gelman los organizadores del olvido.

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Los medios de comunicación en Argentina destacaron la vida y obra del escritor, poeta y traductorFoto Jesús Villaseca

En 2008, en la Universidad de Salamanca, Juan no habló de poesía. Dijo: “Soy padre de un hijo de 20 años secuestrado, torturado, asesinado en 1976 por la más reciente dictadura militar argentina, que también desapareció sus restos. Fueron hallados, gracias a la infatigable labor del equipo argentino de antropología forense, 13 años después. Soy suegro de su esposa, secuestrada cuando tenía 19 años, trasladada de Buenos Aires a Montevideo encinta de ocho meses y medio y asesinada por la dictadura militar uruguaya dos meses después de dar a luz. Sigue desaparecida y su hija fue entregada a un policía de matrimonio estéril. Soy abuelo de una nieta (Macarena Gelman) de la que me robaron sus primeros 23 años de vida y que mi mujer, Mara la Madrid, que no es la madre de mis hijos, y yo, buscamos y encontramos al cabo de una larga investigación.

El secretario de Cultura Jorge Coscia dijo que Juan Gelman fue un “emblema de la lucha vuelta testimonio, palabra, denuncia, y agradezco a este gran argentino su incansable búsqueda por un país mejor, más justo, libre y digno. Gelman es parte de nuestra mejor tradición literaria, de ese árbol genealógico donde también viven otros grandes intelectuales de esos años difíciles y oscuros, como Paco Urondo o Rodolfo Walsh y, al igual que la de aquellos, su obra constituye una síntesis profunda y virtuosa de capacidad creativa y compromiso.

La poeta Irene Gruss recordó que “de los poetas del 60, de los pilares de esa poesía, Juan Gelman es el que más nos ha formado a los poetas porteños, al punto de que hay palabras que son propiedad privada de él como ‘huesitos’ o ‘las barras’”. Con Gotán, con Los poemas de Sidney West, marcó una originalidad en la poesía argentina intachable. El encabalgue, el ritmo de su poesía es único, es totalmente original, aunque venga de César Vallejo. Carta a mi madre es uno de los poemas más grandiosos que se han escrito sobre la dictadura, para mí. Más allá de su historia personal, a mí me interesa hablar de su poesía, y lo que tenía Gelman es que no era alegórico, era metafórico, entonces no era demagógico”.