Opinión
Ver día anteriorMartes 29 de julio de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Guerras y conflictos en la reconfiguración del mundo
E

l mundo marcha hacia una reconfiguración política y económica, sin estación de llegada ni plazo establecido. Se trata de un proceso repleto de amenazas graves que, todo indica, crecerán más o mucho más aún. Sólo sabemos que algunas fuerzas marchan hacia un mundo multipolar y Estados Unidos estará con todos sus recursos en contra de dejar de ser el tirano y único polo incuestionable del planeta. Acaso se esté configurando el mayor choque de trenes de la historia humana y sus consecuencias pueden borrar del planeta a una porción inimaginable del género humano. Por ahora, Estados Unidos tiene concentrada su fuerza política y económica contra Rusia, principalmente, y está un tanto a regañadientes acompañado por la Unión Europea.

Estados Unidos hizo un tímido intento por recomponer su hegemonía durante la administración de James Carter, convencido como estaba de que el mundo marcharía hacia la multipolaridad; pero llegó el cowboy Ronald Reagan afirmando que Carter era un lunático. La mayoría de la inmensa derecha que puebla al imperio estuvo con Reagan, que lo eligió en 1980, e inmediatamente puso en marcha una muestra brutal de lo que debe hacer el imperio con la economía y con las armas.

Puso en marcha la reaganomics (o economía de la oferta), según la cual el crecimiento se alcanza con medidas que incrementen la oferta agregada mediante una reducción de barreras para las personas que producen bienes y servicios (la oferta), tales como la reducción de impuestos y una alta flexibilidad mediante la desregulación. Definió a la URSS como el imperio del mal y así impulsó la carrera armamentista. Como vándalo que era, dio un primer manotazo despiadado contra una fuerza terrible: la pequeña isla de Granada frente a la costa de Venezuela. Luego vino el suminisro de armas a Irán cuando estaba en guerra contra Irak, el suministro de armas a la Contra en Nicaragua y el bestial bombardeo a Libia. Estados Unidos estableció a partir de esos momentos una dominación internacional poniendo las pistolas por delante.

Llegó Obama y empezó a hablar tímidamente de una suerte de New Deal internacional, pero la derecha lo aplastó inmediatamente. La poderosa derecha estadunidense de hoy tiene una lectura realista de la amenaza que sufren sus intereses. Ha visto cómo en medio del fuego de metralla que lanza Estados Unidos aquí y allá, nuevos países avanzaron y fueron volviéndose potencias internacionales medias y que, la tendencia de seguir así, en medio de la crisis financiera que se gestó a partir de Reagan y en la que están atrapados Estados Unidos y la Unión Europea, principalmente, irremediablemente perderá espacios de poder para dar paso a esa reconfiguración internacional por ahora desdibujada.

El Uppsala Conflict Data Pro­gram, reconocido por las Na­ciones Unidas, registra las siguentes ocho guerras o conflictos de escala mayor (los que arrojan más de mil víctimas fatales por año), algunos en momentos álgidos y otros en secuelas que afectan profundamente a las poblaciones en los que tienen lugar: 1) guerra de Afganistán; 2) guerra de Somalia; 3) guerra del noroeste de Pakistán; 4) guerra contra el narcotráfico en México; 5) guerra civil en Siria; 6) insurgencia en Irak; 7) insuegencia islámica en Egipto; 8) conflicto en Sudán del sur. Todos iniciados en el presente siglo. De 2014: 1) Ofensiva en el norte de Irak en la que está involucrada Siria; los extremistas islámicos han declarado la conformación de un califato que incluiría a Siria e Irak; 2) La salvaje operación Borde Protector en la que el gobierno de Israel está destruyendo la franja de Gaza, y 3) la guerra civil en Ucrania y el conflicto internacional que lo envuelve. Esta última colisión, entre Estados Unidos y aliados en alguna medida inciertos, y Rusia del otro lado, es el que mayor potencialidad de peligro mundial alcanza.

Además de los señalados, el Uppsala… registra 33 guerras, conflictos e insurgencias enteramente en llamas de distinta intensidad; la mayoría en África y el mundo musulmán y algunos en Asia (Corea, India/Pakistán, Birmania, Indonesia, insurgencia en India, insrugencia en Filipinas, Yemen, etcétera).

El avance de la reconfiguración política y económica del planeta traerá presumiblemente más guerras y conflictos; acaso algunos de los mayores provendrán (ya está ocurriendo), de la disminución del área de influencia del sistema criminal del dólar. Dos ejemplos sobresalientes de a qué está dispuesto Estados Unidos es la suerte que corrieron Saddam Hussein y Muammar Kadafi. Ambos trataron de cambiar las reglas del juego y buscaron facilitar que el petróleo se comercializara en otras monedas; así lo manifestó Hussein a la Unión Europea en 2000. Señaló claramente sus deseos de comerciar el petróleo iraquí en euros y de promover esta moneda como un fuerte competidor para el dólar. Pero Estados Unidos, por encima de cualquier regla internacional inventó la falsa guerra de las armas de destrucción masiva (que nunca existieron) para dar muerte a Saddam y apoderarse de Irak y su petróleo. Hoy Irak es una colonia de Estados Unidos y por eso no es extraño que el oro de Ucrania figure hoy como parte de los activos de este país. Escribiremos sobre esto.