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La orquesta sucesora de Pérez Prado, una de las invitadas

El mambo, punto culminante de la fiesta de aniversario del salón Los Ángeles
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de agosto de 2014, p. 9

La hora del mambo marcó el punto culminante del bailongo para celebrar el 77 aniversario del salón Los Ángeles, el pasado fin de semana.

Como ocurría hace unas seis décadas, Pérez Prado, ahora por medio de sus sucesores, puso a la nutrida clientela a practicar los pasos aprendidos de mamá y papá o de los viejos filmes de Germán Valdés Tin Tan, Adalberto Martínez Resortes o de NInón Sevilla.

Los Reyes del Mambo, nuevo apelativo de la orquesta del fallecido cubano, una de las ocho agrupaciones convocadas para el festejo del recinto de la colonia Guerrero, por momentos paralizó a la bailadora concurrencia, que hizo un receso para presenciar las evoluciones en el estrado de las no tan esculturales mamboleras que luchaban por sacar sus pasos con La niña popoff, mientras Mario Cárdenas, el director, lanzaba el clásico y gutural ahhhhg.

Cientos se dieron cita en el histórico galerón de la calle de Lerdo, que esta vez recibió la visita de la televisión francesa que se dio vuelo grabando al veterano Enrique Peirefite, parado sobre dos botellas de refresco vacías. También fueron las habitués, amén de los invitados de doña Armida,  la propietaria, y de su hijo Miguel Nieto. Se bailó de todo con prevalencia de los cosquilleantes ritmos caribeños, a los que se debe la fama del lugar.

Pasos de colección

Aurora Sánchez y Manuel Peraza, esposos que sobrepasan la línea de los 80 años, mostraron que aún tienen vitamina para meterle a los pasos de colección. Los más jóvenes los observaron con detenimiento, pues algo nuevo se aprende cada día.

Con evidente desnivel de edades, Lino Brandelli y Gloria Meneses, él ya mayorcito y ella quizá señora de las cuatro décadas, le pegaron también con sabor a los ritmos.

María Elena y Leonel, como siempre, acapararon las miradas, son infaltables a la celebración anual, por lo menos desde hace 30 años. Ataviados de ropa de la época de los pachucos, fueron el blanco de miradas y flashazos de las hoy en boga selfies.

Elementos imprescindibles de todos los que se precien del bien bailar son los zapatos, que en la parte posterior de la pista se ofrecen en variados modelos, relucientes de charol para ellos y brillantes y chillantes para ellas.

Los carteles en los muros dan cuenta de aniversarios pasados. El de medio siglo, en 1987, duró cuatro días con las orquestas de Venus Rey, de Pérez Prado, en una de sus últimas apariciones pues dos años más tarde el singular Cara e foca falleció; la aún completa Sonora Santanera, y los entonces de moda Gatos Negros, de Tiberio.

Hoy el horno no está para bollos y hubo de conformarse con lijar la bien cuidada duela entre las seis de la tarde y las dos de la mañana y atender a la petición de ayúdenos a conservar el salón 77 años más, que se leía en carteles pegados en las columnas del local.