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El icónico músico se presenta hoy en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet, del IPN

El jazzista tiene una obligación moral e intelectual, afirma Tino Contreras

“Yo no puedo aparecer mañana tocando para Julio Iglesias; no, eso es ser huesero”, comentó

Con este concierto, el Politécnico rinde homenaje al artista de 90 años de edad y 75 de carrera

Foto
Tino Contreras en una sesión del programa radiofónico Horizonte Jazz Foto cortesía IPN
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de septiembre de 2014, p. 9

Tino Contreras, de 90 años y 75 de carrera, respeta tanto a la música que la considera un dios.

Después de Dios viene el jazz y, luego de éste, todo lo que existe en el macrocosmos y en el microcosmos, asegura en un video promocional para anunciar que este viernes, en el auditorio Alejo Peralta del Centro Cultural Jaime Torres Bodet, en Zacatenco, sus notas sincopadas sonarán en todo lo alto.

En esta ocasión participarán el pianista Alberto Zuckermann y su trío.

De esta forma, el Instituto Politécnico Nacional rendirá homenaje a una institución del jazz en México.

“El jazz comienza por la matemática, sigue por la física y termina con lingüística. A quien quiera que le preguntes qué es el jazz, ninguno te dirá qué es, pero todos lo tocamos, lo sentimos, lo hacemos.

“Tuvieron que aparecer un español, un francés, un mexicano, un cubano y un inglés... todo mundo participó en Nueva Orleáns, donde los de raza negra le pusieron ese beat hermoso que tienen. Fue una fusión”, comenta Contreras, para quien ese género sonoro es la única música universal... después de la clásica. (Aunque) ahora los clásicos estén enamorados del jazz y quieren improvisar y... es otro camino.

Fortino Contreras González, oriundo de Chihuahua, cursó estudios tanto en Ciudad Juárez, su lugar de residencia, como en El Paso, Texas. En su casa se respiraba música: Mi abuelo y mi padre eran jazzistas; mis hermanos también; yo lo soy.

Como músico profesional se unió a la agrupación de Luis Arcaraz, la cuarta mejor del mundo en aquel entonces (después de las de Harry James, Glenn Miller y Duke Ellington). En 1960 entró de lleno al género, después de ganar un concurso en Ciudad Universitaria. El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Nabor Carrillo, era conocedor del jazz, por lo que auspiciaba su difusión.

“Soy politécnico de la ciudad de Mécsico. Soy mexicano y adoro el Politécnico”, tararea el maestro en el mencionado video, en el que insiste: Los conciertos que presento son de Tino Contreras. (Es decir), no hago todos los refritos de Estados Unidos, a quienes respeto mucho. Me gusta presentar mis obras, porque no puede pasar un día sin que componga. No puedo permanecer un día sin Dios, que es la música.

Los otros son hueseros

Esta vez, con su quinteto Jazz Latino, el baterista pretende que los politécnicos disfruten de este género que conjunta música y ciencia y que, como dijo al crítico Antonio Malacara en estas páginas: “Este país es un emporio de grandes músicos, pero al decir ‘grandes músicos’ no digo ‘grandes jazzistas’, porque jazzista es aquel que vive del jazz; aquel que se respeta como jazzista tiene una obligación moral, intelectual: tiene que respetar el jazz. ¿Cómo se respeta?... yo no puedo aparecer mañana tocando la batería con Julio Iglesias, ¡por favor! No, eso es ser huesero”.

El infatigable Tino Contreras promete una fiesta de lucidez improvisada en el auditorio politécnico.

El concierto se llevará a cabo mañana a las 19 horas, en el Auditorio Ingeniero Alejo Peralta del Centro Cultural Jaime Torres Bodet (avenida Wilfrido Massieu, esquina con avenida Instituto Politécnico Nacional, colonia Lindavista. Teléfono: 5729-6000).