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Mal tiempo en Filipinas
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El tifón Hagupit provocó ayer en Filipinas dos muertos, destruyó viviendas y agravó la situación de millones de habitantes afectados el año pasado por otro devastador tifón. El Servicio Meteorológico prevé que Hagupit permanezca tres días en el archipiélago. El gobierno, que teme que se vuelva a repetir la tragedia del año pasado por Haiyan, envió millones de personas a refugios. La imagen, en la ciudad de LegaspiFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de diciembre de 2014, p. 36

Legaspi, Filipinas.

El tifón Hagupit destruyó viviendas y provocó inundaciones este domingo en el este de Filipinas, mató a por lo menos dos personas y agravó la situación de millones de habitantes afectados el año pasado por otro devastador tifón.

Los servicios meteorológicos prevén que Hagupit, llamado localmente Ruby, permanezca tres días en el archipiélago filipino, en particular en la mayor parte de las regiones centrales.

El tifón entró rugiendo desde el océano Pacífico y afectó a las comunidades pesqueras de la isla de Samar (este) el sábado por la noche, con ráfagas de 210 km/hora, informó la agencia meteorológica local Pagasa.

La fuerza de los vientos al tocar tierra convirtió a Hagupit en la tormenta más potente que llegó a Filipinas este año, superando al tifón que en julio pasado mató a más de 100 personas.

Muchas casas, sobre todo en las zonas de la costa, fueron derribadas por fuertes vientos, declaró este domingo vía telefónica a la Afp Stephanie Uy-Tan, la alcaldesa de Catbalogan, una ciudad de Samar.

El gobierno, que teme que se vuelva a repetir la tragedia causada el año pasado por el supertifón Haiyan, evacuó a millones de personas, instaladas en refugios.

Las autoridades aseguraron que estos esfuerzos, descritos por la Organización de Naciones Unidas como una de las evacuaciones en épocas de paz más importantes de todos los tiempos, indudablemente salvaron muchas vidas.

Sin embargo, dos personas murieron, un bebé y un anciano que falleció de hipotermia, según la agencia meteorológica Pagasa.

La pérdida de velocidad de las ráfagas de viento, a 170 km/hora, este domingo, hace abrigar la esperanza de que se pueda evitar un desastre masivo.

Haiyan, la tormenta más fuerte registrada en tierra con vientos de 315 km/hora, dejó 7 mil 350 muertos o desaparecidos al arrasar el centro de Filipinas el año pasado.

El gobierno advirtió que podrían producirse olas de hasta cinco metros de altura en algunas zonas, inundaciones, deslizamientos de tierras y vientos suficientemente fuertes como para destrozar casas sólidas.

En Manila, la capital, que tiene unos 12 millones de habitantes, las autoridades han suspendido las clases a principios de la semana debido a las previsiones de lluvias torrenciales este lunes.

Decenas de millones de personas se encuentran en la ruta del tifón, en particular en el centro del país donde los habitantes todavía luchan por recuperarse de los daños provocados por Haiyan hace 13 meses.

Mejor preparados

En Tacloban, una de las ciudades más afectadas por Haiyan, se derrumbaron las casas provisionales construidas hace un año con techo de paja, dijo a la Afp el vicealcalde Jerry Yaokasin.

Pero no se ha repetido el fuerte oleaje que causó el mayor daño durante Haiyan, conocido localmente como Yolanda.

Hay un suspiro colectivo de alivio. La estimación inicial es que no hay víctimas. Estamos mejor preparados después de Yolanda, hasta 50 mil personas fueron ubicadas en centros de evacuación, declaró Yaokasin. No obstante, los albergues provisionales fabricados con techo de paja fueron derribados por el viento. Nuestro mayor desafío es ahora ayudar a los que quedaron desplazados por esa causa, explicó.

En la región oriental de Bicol, que según las previsiones será alcanzada por el tifón el domingo y el lunes, cientos de miles de personas fueron alojadas en escuelas, iglesias y otros centros oficiales de evacuación.

Durante la conferencia sobre el cambio climático que actualmente tiene lugar en Lima, Perú, militantes filipinos dijeron que la frecuencia de los tifones ha zanjado cualquier polémica sobre el origen del calentamiento climático.

Ha llegado el momento de que los políticos respalden sus declaraciones de solidaridad con acciones reales en las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el clima, afirmó Jasper Inventor, de Greenpeace. Esto se ha convertido en una cuestión de supervivencia, insistió.