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El bajista y escritor David J presentó las memorias de la banda en Casa Lamm

En Bauhaus no había palabras; sólo era tocar hasta que saliera algo con significado

Para hacer las canciones cada uno escribía pedazos de letras que luego se juntaban con los del otro, afirma

Era un proceso tan orgánico, que por eso la banda jamás se volvió a reunir

Fuimos un accidente de las cenizas de gente como David Bowie, Krafwerk e Iggy Pop

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David J regaló una velada sonoro-literaria el pasado viernesFoto cortesía Independent Recordings
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de diciembre de 2014, p. a11

Ataviado con un elegante traje negro y azul, y acompañado sólo por una guitarra acústica Fender, dos pedales y una laptop, un lánguido rubio de unos 50 años interpretaba el que es considerado un himno del gótico: Bela Lugosi’s Dead, primer éxito de la banda Bauhaus, agrupación inglesa de corta vida, pero de esencial importancia en la historia del rock.

La noche del viernes, en una sala de Casa Lamm, en la colonia Roma, se escuchó esa pieza de Bauhaus dedicada al actor que quiso inmortalizarse dentro del vampirismo. Pero esta vez fue sin los baquetazos del baterista Kevin Haskins ni el requinto del guitarrista Daniel Ash y sin la cavernosa voz de Peter Murphy. En esta ocasión, sólo la lírica y suave voz del ex bajista de esa banda, David J, entonó esa rola en una suerte de viaje sonoro por un mar de olas bajas.

David J vino a México a dar una probada sonora y literaria sobre su mundo dark.

El coautor de algunas de las letras de la agrupación, que duró de 1979 a 83, obsequió para unas 30 personas reunidas en una sala de ese recinto no sólo este raro desechufado (él y su guitarrita), sino un adelanto de su libro Who Killed Mister Moonlight? Bauhaus Black Magic and Benediction.

No sólo el título es largo. También las anécdotas que David J contó a los presentes y en esas páginas que, por ahora, sólo se pueden conocer en idioma inglés. No se ha editado en español, aunque Independent Recordings, que trajo al artista, ya está en pláticas para editarlo en español.

David J regaló una velada literaria-sonora para unos cuantos invitados por este sello, que pudieron gozar de la charla, la música y simpatía del compositor y escritor de Northhampton.

Especie de biografía

Según comentó el músico en el encuentro, para escribir el texto invirtió tres horas diarias en un cuarto en Hollywood.

En 300 páginas cuenta pasajes, el rápido ascenso de la banda, la gloria que la acompañó en los años 70, así como su desintegración a principios de los años 80. También sobre las tensas y frágiles reuniones –luego de su desintegración– para realizar alguna que otra gira. David recordó en las páginas y en la velada ese memorable concierto de 1998 en el Cine Ópera de la ciudad de México, hoy derruido. En el Opera House, dijo él.

El productor y escritor mostró, asimismo, parte de su exploración sonora, su trabajo de solista y el que realizó con Love and Rockets, formada con otros dos miembros de Bauhaus: Daniel Ash y Kevin Haskins. También rememoró sus participaciones en proyectos de cine, teatro y literatura.

David J ofreció canapés literarios y acústicos, entre éstos: Who killed Mr Moonlight?, Cocodrile Tears and Velvet Cosh, Shelf Life, Rainbird y el clásico de Love and Rockets, No New Tale to Tell. Unas buenas rolitas para darle brisa al recuerdo. Entre las piezas que interpretaba, el también productor leía algunos pasajes y explicaba la razón por la cual escribió estas memorias.

Dijo: Lo decidí luego de una gira que hicimos en 2007 (que también vino a nuestro país). Sabía, desde lo más profundo de mi corazón, que Bauhaus verdaderamente había acabado. Entonces fue el tiempo adecuado para recordar todo lo vivido.

David recordó que en ese entonces era como estar en un oleaje en el que había inspiración, pero también mucha frustración. Yo comencé a surfear (habla en sentido figurado y real). A escribir unas tres horas al día en un pequeño cuarto en Los Ángeles. Tenía que sacar todo de mi pecho, reveló a los presentes en su performance, amenizado con las anécdotas con unos loops de fondo emitidos desde su laptop.

Todas las veces que he estado en México me ha encantado. Todas han sido diferentes. Me he sentido, simplemente, como parte de la magia que acompaña a este lugar. Aquí hay un caldero en el que aún cocinan las brujas, donde el espíritu del surrealismo aún se respira. Incluso, éste está presente en el cuarto, dijo emocionado.

David J también comentó sobre el proceso creativo de Bauhaus, en la cual la autoría de casi todas las rolas era de la agrupación.

Yo escribía algunas frases, Daniel también, y Peter jugaba con todo ello. Escribíamos pedazos de letras que luego se juntaban con los del otro. Era un proceso orgánico, en el que nos movíamos por instinto y con espontaneidad; era trabajar y trabajar. En Bauhaus no había palabras, sólo era tocar y tocar hasta que surgiera algo que tuviera un significado. A partir de ahí, profundizábamos, relató.

Aseguró que era tan orgánico su proceso, que por ello Bauhaus ya nunca volvió a reunirse; “no hubo más el deseo de trabajar de esa manera: colectiva. En 2005, con toda el agua bajo el puente y toda la sangre que había corrido, Peter sólo decía, ‘yo hago mi pedazo y me voy. Ustedes pónganse a trabajar...’ Ya no había construcción natural de canciones. Cuando surfeas ves el túnel de la ola perfecta. Hay momentos que yo me sentía dentro de ese túnel y podía ver los colmillos de los tiburones en el agua”.

El público preguntó a David sobre sus influencias.

Comentó: “Fuimos un accidente de las cenizas de gente como Robert Plant, David Bowie, Krafwerk, Iggy Pop, Patti Smith, Sex Pistols, Roxy Music… de esas cenizas surgimos nosotros”, afirmó.

Who Killed Mr Moonlight?... muestra a cuatro jóvenes inteligentes de caras pálidas, con anillos de cráneos y ajuar negro, parte de un crepúsculo cultural que seguramente no se repetirá nunca. Es un paseo nocturno en un canal de tinta y lentejuelas, que traza la trayectoria de una banda irrepetible.