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Descuidados, vestigios del centro ceremonial prehispánico

Usan piedras de la zona arqueológica tolteca para construir casas: INAH
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Autoridades colocaron señalamientos en la zona arqueológica para evitar más saqueosFoto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 30 de marzo de 2015, p. 29

Tulancingo, Hgo.

Vecinos de la localidad de Huapalcalco usan piedras de restos arqueológicos de un centro ceremonial tolteca para construir sus viviendas, reconoció Rodolfo Palma Rojo, delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Hidalgo.

Destacó que para evitar que continúe el saqueo, se busca reubicar a las familias asentadas en los alrededores de la antigua capital tolteca. Calificó de preocupante que muchas de las viviendas hayan sido edificadas con piedras de los sitios prehispánicos.

El funcionario aclaró que la demolición de los vestigios arqueológicos no es de ahorita, sino de muchos años atrás. Por ello, el INAH y el gobierno del municipio de Tulancingo están en negociaciones con 30 familias asentadas en el polígono donde se encuentran los vestigios, para reubicarlas o comprarles sus propiedades. Precisó que no hay fecha para llegar a un acuerdo.

Aunque aseguró que hay un custodio del INAH en la zona, en una visita realizada por este diario el sábado por la tarde se constató que la pirámide, de influencia teotihuacana, conformada por tres cuerpos de 12 metros de base y ocho de alto, está prácticamente abandonada.

Aunque en las escalinatas hay letreros que piden a los visitantes no subir a la cima del templo religioso, no hay quien lo impida. El pasado 21 de marzo, como es tradición, personas acudieron al sitio para cargarse de energía al llegar la primavera.

Para evitar que los visitantes subieran a la pirámide, personal del INAH colocó una banda de plástico amarilla alrededor de la construcción, similar a la usada por la policía para impedir el paso. Para los vecinos, esta medida no sirvió de nada, pues nadie acató el ordenamiento.

Tampoco hay alambradas ni paredes perimetrales que impidan el acceso de vehículos de quienes ingresan a la zona arqueológica a sacar piedras.

Además, como no hay luz por las noches, se reúnen jóvenes que llegan en autos a ingerir bebidas alcohólicas o a drogarse; aprovechan que no hay vigilancia del INAH ni de la policía de Tulancingo, comentó Silverio Hernández, vecino del lugar.

Es tal el descuido en ese importante sitio arqueológico que está a punto de ser devorado por la zona urbana de Tulancingo.

Aunque Palma Rojo anunció en enero pasado que el ayuntamiento de Tula entregó medio millón de pesos y este mes se iniciarían labores de rescate arqueológico, hasta el momento los trabajos no han comenzado.