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Investigadores encuentran en su casa el certificado médico que lo incapacitaba para volar

Lubitz era maniaco depresivo; lo diagnostican poco antes del avionazo

Absolutamente falsos, los reportes sobre videos de los últimos segundos del vuelo: fiscal

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Rescatistas franceses trabajan entre los escombros del avión de pasajeros de Germanwings en la zona de los Alpes. Los directivos de Lufthansa y su filial de bajo costo, Germanwings, visitaron ayer el sitio de la tragedia, donde rindieron homenaje a las víctimas cerca del pueblo de Le Vernet. La imagen es del pasado martesFoto Ap
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En la iglesia católica de Haltern, oeste de Alemania, ciudad de donde eran 16 alumnos de entre 15 y 16 años que formaban parte de un intercambio estudiantil, y dos maestras que viajaban en el avión de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses, se celebró ayer un servicio fúnebreFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de abril de 2015, p. 19

Berlín.

El copiloto Andreas Lubitz, sospechoso de haber estrellado deliberadamente hace una semana un avión de Germanwings contra los Alpes franceses matando a las 149 personas que iban a bordo, fue diagnosticado como maniaco depresivo justo antes de la tragedia, y destruyó el certificado médico que lo consideraba no apto para volar, informó este miércoles el semanario alemán Der Spiegel.

Lubitz, de 27 años, acababa de recibir una baja médica de dos semanas debido a que sufría un cuadro maniaco depresivo bipolar, añadió Der Spiegel, citado por el diario británico The Independent.

En su edición digital, el prestigiado semanario alemán sostiene que en la casa de Lubitz se encontró, en pedazos, el certificado médico que le impedía volar durante dos semanas debido a su estado de salud mental.

Citado por el diario sensancionalista Bild, un investigador barajó como móvil principal el miedo del copiloto a perder su licencia de vuelo a raíz de sus problemas mentales.

La Oficina de Investigaciones y Análisis de la Aviación Civil francesa indicó que aún lleva a cabo un estudio sobre posibles fallas que contribuyeron a la tragedia. La investigación de seguridad se interesa en la lógica del sistema de cierre de las puertas de las cabinas de pilotaje y a los procedimientos de acceso y de salida, así como a los criterios susceptibles de detectar perfiles sicológicos particulares.

La fiscalía de Marsella desmintió que los investigadores que están en el lugar donde cayó el aparato tengan uno o varios videos del momento en que el avión caía, grabados por pasajeros con sus celulares. El fiscal principal a cargo de la investigación de la catástrofe aérea, Brice Robin, aseguró que los reportes son absolutamente falsos. Robin rechazó que en el estado actual de las investigaciones, figuren en el legajo uno o varios videos del avión de Germanwings que se estrelló el pasado 24 de marzo. Más aún, exigió que si alguna persona tiene grabaciones debe entregarlas (a las autoridades) sin demora.

Bild y el semanario sensacionalista francés Paris Match, reportaron el martes haber tenido acceso a videos escalofriantes en los que se escucha a pasajeros gritar Dios mío en distintos idiomas.

El reportero de investigación de Paris Match, Frédéric Helbert, defendió las notas periodísticas y aseguró haber visto las grabaciones. El semanario reiteró en su portal que no tiene ninguna duda sobre la procedencia de la grabación, es decir, un teléfono celular.

Tras escuchar las grabaciones de las voces de cabina de una de las cajas negras del avión, los investigadores creen que Lubitz estrelló deliberadamente el avión. Lufthansa reconoció el martes que sabía que había sufrido un episodio de depresión severa antes de terminar su formación de vuelo con la aerolínea alemana, pero subrayó que desde entonces había superado todos los controles médicos.

La fiscalía alemana dice que el historial médico de Lubitz previo a la obtención de su licencia de piloto mencionaba tendencias suicidas, pero sus visitas médicas desde entonces no mostraron síntomas de este tipo o de agresión hacia otros.

Las revelaciones aumentan las preguntas sobre cuánto sabía Lufthansa, dueña de Germanwings, y si sus aseguradores pagarán los daños por los fallecidos, y sobre el grado en que la industria de la aviación y los reguladores gubernamentales examinan a los pilotos en busca de problemas sicológicos.

El ministerio alemán de Transportes dijo este miércoles que existen controles vigentes para personas que trabajan en tareas que afectan la seguridad de terceros, incluidos los pilotos. Pero la vocera Vera Moosmayer señaló que una persona que ha sufrido depresión severa en el pasado puede ser piloto si aprueba los exámenes médicos.

Los presidentes de las aerolíneas alemanas Lufthansa y su filial de bajo costo Germanwings, Carsten Spohr y Thomas Winkelmann, respectivamente, llegaron este miércoles a la zona de la catástrofe, donde rindieron homenaje a las víctimas ante la estela levantada cerca del pueblo de Le Vernet.

Spohr se negó a discutir el estado de salud de Lubitz y sólo afirmó que pasará un largo tiempo antes de que se esclarezca el porqué el coplito estrelló deliberadamente la nave. Agradeció a los equipos de socorristas y prometió a las familias de las víctimas ayuda continua.

Más de 450 deudos de las víctimas viajaron al lugar de la catástrofe, entre ellos los de Lubitz, según las autoridades francesas.

Para hacer frente a las posibles demandas de indemnización por daños y perjuicios, Allianz, el consorcio que asegura a la compañía aérea alemana, destinó 300 millones de dólares, indicó un portavoz de Lufthansa.

El A320 volaba de Barcelona a Düsseldorf y la mayoría de sus ocupantes eran alemanes y españoles; había dos ciudadanas mexicanas, Daniela Ayón y Dora Isela Salas. Un servicio ecuménico fúnebre se celebró la tarde de este miércoles en la iglesia católica de Haltern, oeste de Alemania, de donde eran los 16 alumnos, que tenían entre 15 y 16 años, y dos maestras que viajaban en la nave.

En pleno centro de esa ciudad de 38 mil habitantes, la iglesia de San Sixto recibe permanentemente a habitantes que llegan a expresar su pena en el libro de condolencias, a un lado de un Cristo de madera.

Paula, nos haces falta. Reposa en paz, se lee en estas páginas en un escrito infantil.

La ciudad vive sus días más oscuros desde la Segunda Guerra Mundial, cuando fue destruida por bombardeos, dice Georg Bockey, vocero de la alcaldía.