La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) requiere un marco jurídico mucho más sólido, eficaz y coordinado con otras dependencias federales, que asegure la conservación de nuestro patrimonio natural, reconocieron especialistas y funcionarios del organismo.

Al concluir el simposio sobre áreas naturales protegidas (ANP), Exequiel Ezcurra, ex presidente del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas y director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California, afirmó que el país enfrenta a personas que no ven con buenos ojos la conservación de estos territorios, que quisieran verlos dedicados a la construcción de hoteles o la deforestación de sus bosques para el aprovechamiento de la madera.

En un videomensaje, afirmó que este es el gran desafío para México, el cual, consideró, continuará en las próximas décadas, pues enfatizó que en la medida que el crecimiento económico del país se consolide, la presión sobre nuestros recursos naturales va a ir en aumento, y la importancia de las ANP será cada vez mayor.

La gran discusión, dijo, pareciera ser conservación contra desarrollo, pero subrayó que no puede haber progreso sin conservación. No hay una sola nación en el planeta que haya logrado una alta calidad de vida de su población sobrexplotando sus bosques, talando sus selvas, destruyendo sus ríos o erosionando sus costas.

Juan Carlos Romero, funcionario de la Conanp, destacó que casi 2 mil personas laboran en el organismo, de las cuales 500 están destinadas a tareas en las oficinas centrales, mientras que mil 290 se concentran en labores de campo en 25 millones de hectáreas, agrupadas en 176 ANP.

Agregó que a las múltiples tareas de conservación que realizan se suman la elaboración de dictámenes técnicos y de impacto ambiental para el sector de carreteras, energético, minero y petrolero. Hacemos muchas tareas, e incluso hemos perdido compañeros en labores de vigilancia.

Al respecto, Benito Bermúdez, director de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en Baja California Sur, destacó que la labor que realizan cerca de 2 mil trabajadores de campo para garantizar la preservación de nuestro patrimonio natural no puede estar limitadas por directrices administrativas que ahogan el trabajo de las ANP. Nuestros compañeros no pueden ir a checar todos los días el inicio de su jornada laboral, porque no hay horarios.

Ana Luisa Figueroa, directora de la Reserva de la Biosfera Isla San Pedro Mártir, dijo que con una extensión de 25 millones de hectáreas que proteger, no podemos limitarnos a salir cada mañana sólo a verificar si flora y fauna han sido dañadas, tenemos que desarrollar una planeación estratégica, porque personal y recursos son escasos.

Al respecto, Ezcurra subrayó que en este momento no hay algo más importante que las ANP y los servicios ambientales que nos proporcionan y que estamos empezando a comprender, pues la limpieza de las costas, el agua y el aire depende cada vez más de estos espacios.

Por ello, descartó la idea de que es necesario perder algo de esta riqueza natural para lograr una bonanza económica, y en el futuro revertirlo y crear una zona restaurada. En la práctica histórica, esto no se ha dado jamás.