Los pájaros de la cervecería, del compositor y cantante Rafael Catana, y Trece por cuatro: poemas para recuperar la salud en un dos por tres, son los dos primeros libros publicados en coedición por los sellos independientes La Zorra Vuelve al Gallinero, de México, y Ediciones Sin Fin, de Barcelona.

Los dos poemarios fueron comentados la noche del jueves por Francesca Gargallo, Mario Raúl Guzmán, José Peguero y los autores, en el Multiforo Alicia; los grupos Dr Sotol y Ampersán amenizaron ese acto.

Esa coedición es un proyecto cuya finalidad es dar a conocer autores que no han sido publicados en editoriales comerciales.

En México La Zorra Vuelve al Gallinero, cuyo referente es la revista del mismo nombre y que se asume como heredera de las publicaciones de los escritores infrarrealistas y en fecha próxima aparecerá su quinto número, buscará ahora intercambiar y publicar autores de cada uno de sus acervos, explicó Guzmán.

Hay miles de jóvenes que están ávidos de leer cosas diferentes a las que se publicitan de manera comercial o en las revistas o suplementos culturales, dijo el editor mexicano.

Retratos del alma

En Barcelona, el poeta chileno Bruno Montaré y la editora peruana Ana María Chagra dirigen Ediciones Sin Fin, en el que han publicado Mario Santiago, Osvaldo Lamborghini, Tulio Mora y Jorge Pimentel, entre otros.

El primer resultado de ese trabajo en colaboración es Los pájaros de la cervecería, de Catana. Un libro de poemas, historias de viaje que, en contraste con los tiempos violentos que corren, reflejan las gozosas formas de vagabundear, expresó el autor.

Son textos que retratan tres épocas de mi vida: los años 90, los dosmiles y la actual. Algunos fueron escritos en la frontera, en Tecate, y otros en la ciudad de México. Son poemas a un tiempo urbanos y oníricos; retratos de mi alma.

Trece por cuatro... es un libro que llevó muchos años de escritura y en el que se reúnen poemas, prosa, crónica y fábula, cuyo título alude al simbolismo de los cuatro puntos cardinales y un centro, estructura cosmogónica y ritual enraizada en las comunidades indígenas, indicó Guzmán.

Todo ello, explicó el autor, refleja sus experiencias por la Sierra Madre Occidental, el semidesierto potosino y su aprendizaje y convivencia con los huicholes. Desde mi condición de ser y lenguaje urbano, es una manera de expresar mi reverencia por esos caminos y la naturaleza; también testimonio poético de las vicisitudes de la resistencia comunitaria; casi siempre escrito como un canto celebratorio.

Es un poemario, dijo Gargallo, con muchos signos y experiencias, con una poesía endemoniada, con un ritmo sobrexcitado, con un lenguaje iconoclasta de asociaciones imprevistas.