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Último día para visitar la muestra de Rafael Alfonso Pérez en la Galería Juan Martín

Reminiscencias de la niñez cobran forma de barcos sobre ruedas y olas en cerámica

El arte objeto que se envía a las bienales no es aceptado ni como escultura, dice a La Jornada

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Mar de poetas es la muestra montada en el recinto de Dickens 33-B, Polanco, que reúne 40 trabajos de arte objeto del también curador y promotor cultural Rafael Alfonso Pérez y Pérez (Mérida, 1965)Foto cortesía de la Galería Juan Martín
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de junio de 2015, p. 6

En su natal Mérida, cuando era niño, Rafael Alfonso Pérez y Pérez (1965) viajó en un carro alegórico con el rey del carnaval en turno, Bernardo Valdés Farfán, profesor de la normal de maestros en la que trabajaba su madre.

El vehículo era un inmenso barco, eso sí, con llantas y tripulantes, aunque no estaba en el mar.

Ese recuerdo infantil pervive en las 20 piezas de arte objeto que Pérez y Pérez, más conocido como curador y promotor cultural, exhibe con el título Mar de poetas en la Galería Juan Martín.

Primero practicó la cerámica, pues estudió modelado en una escuela tipo iniciación artística en Mérida; incluso ha impartido clases.

¿Cómo fue en realidad que metió las manos en la masa? “Padezco de insomnio porque se enfermó alguien y había que cuidarlo. En ese tiempo tenía un amigo que hacía cerámica, Luis Carlos Barrios, artista colombiano ya fallecido, quien me dijo: ‘bueno, estudiaste artes plásticas y no haces nada’. Entonces, me regaló dos kilos y medio de barro papel (mezcla entre barro y papel diluido para que no pese y forme una materia como la piedra pómez), y me dijo, ‘Nahum B. Zenil va a hacer una muestra en Tenango del Aire, ponte a hacer algo’. Eso fue hace cinco años”.

Para fomentar sus conocimientos de cerámica, Pérez y Pérez se puso a leer y leer.

Reconoce dos influencias muy claras en sus piezas, una de la parte lúdica de la obra de Mario Martín del Campo, y también un poco con algunas cosas de Rosario Guillermo, sobre todo en las olas; no en los barcos. Las piezas están divididas en barcos sobre ruedas y sobre olas de cerámica.

El arte puede ser divertido

Chacharero de corazón, Pérez y Pérez señala que la técnica de la cerámica ha mutado. “Ahora –dice a La Jornada– son más ensamblajes porque incluyo objetos que encuentro en mis viajes –de allí el uso del barco como sinónimo del periplo–, un abanico de Colombia, un salero que me robé de casa de mi madre, una vasija que compré en Oaxaca.

Son objetos que he coleccionado y ahora empieza uno a soltarlos para que cobren un camino propio por medio de estas piezas que son realmente como juguetes.

El creador siempre ha pensado que el arte no tiene por qué ser del todo serio, dramático, difícil y duro. También puede ser divertido. Reconoce que hay arte objeto muy intelectual, como el de Joseph Corneille, porque es todo un proceso cognitivo en la selección de los objetos, una lectura. En el suyo también, aunque es más el juego estético.

Admite la falta de espacios para el arte objeto, por ejemplo, en las bienales: “Si mandas una pieza de arte objeto a una bienal, la tienes que meter a escultura, pero tampoco la aceptan porque no la consideran como tal, lo cual es cierto, es un capítulo aparte.

En México hay unas 30 personas que hacen arte objeto de forma extraordinaria, como Carlos Jaurena, Xavier Esqueda, Alan Glass y el propio Francisco Toledo. Hubo quienes hicieron cosas muy personales, como Adolfo Patiño.

Mar de poetas concluye hoy en la Galería Juan Martín (Dickens 33-B, Polanco).