La calle de República de Chile, en el tramo de Donceles a República de Honduras, se ha convertido en un gran estacionamiento de autos lujosos adaptados o de antiguos, los cuales se rentan para celebrar 15 años, bodas, graduaciones o festejos privados. Los costos van de 3 mil 500 a 7 mil pesos, de acuerdo con el modelo, número de ejes y capacidad requerida.

En ambos extremos de la vialidad se aprecian convertibles como el clásico Mustang, un Cadillac 1954, un Ford de los 30, o más recientes como el Hummer, Lincoln, Beetle, Minicooper. En las mismas unidades se realiza el apartado con mil pesos.

La firma de un contrato ‘‘garantiza” que se respete el precio y la posibilidad de finiquitarlo hasta en tres exhibiciones en efectivo o con tarjeta de crédito, pues la demanda de servicio es mucha y el alza de refacciones y gasolina tiene que reflejarse en algún momento.

Durante un recorrido por la zona, los representantes de 12 empresas establecidas en la vía pública, pero con oficinas en negocios de vestidos de fiesta o de recuerdos, ubicados en República de Chile, República de Perú y en un estacionamiento en Eje 1 Norte Mosqueta, dan a conocer el catálogo de vehículos con que cuentan y su disponibilidad, así como el precio por 4 horas y media de servicio.

En ese lapso, señalan, el chofer está a disposición del cliente, quien puede disponer de refrescos o botellas de agua. Si los usuarios son mayores de edad les damos hasta una botella de vino. En todos los casos cuentan con un dispositivo de música hasta con mil 200 melodías de todos los géneros, que se puede escuchar a dos calles a la redonda.

Los vehículos, con placas particulares del Distrito Federal y el estado de México, permanecen de lunes a sábado de las 11:30 hasta las 18:30 horas sin que “ningún policía intervenga, aun cuando ocupen dos de los tres carriles de circulación; los propietarios son sus compas”, se quejaron vecinos de la zona.

Desde hace tres años, comentan empleados de tiendas y locales de vestidos, zapatos y recuerdos, “un mayor número de vehículos se ha ido comiendo la calle’’, pues ha resultado redituable tener tu negocio en la calle, sin pagar impuestos y ofrecer, además, servicios de video, fotografía y mariachi con un costo de 2 mil 500 pesos cada uno.

Los domingos son los únicos días tranquilos, pues sólo una o dos limusinas están estacionadas, porque tienen cita con un cliente. La mayoría de los negocios establecidos y las plazas comerciales cierran y esto se convierte en una boca de lobo, donde los asaltos están a la orden del día, expresaron.

Uniformados distribuidos en la calle de Chile señalaron que nuestra función es resguardar la seguridad de la zona, no multar o remitir los vehículos al corralón, porque eso toca a los de tránsito, y aquí ni se aparecen. Los prestadores de servicio admiten que ocupan de dos a cuatro calles, pues el negocio es bueno y hay que mostrar lo que tenemos, porque la competencia es dura.