A finales de los años 90 del siglo pasado Juan José Díaz Infante (1936-2012), autor de la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (Tapo) y la Bolsa Mexicana de Valores, dejó de ser arquitecto y se asumió como diseñador de espacios y sistemas.

El Colegio de Arquitectos lo reconoció así, como consta en un diploma exhibido al final de Las pieles del espacio: la obra de Juan José Díaz Infante Núñez, arquitecto, muestra montada en el Museo Nacional de Arquitectura, ubicado en el último piso del Palacio de Bellas Artes.

¿A qué se debió esa decisión? Su hijo, el fotógrafo Juan José Díaz Infante Casasús, curador de la exposición, la relaciona con la construcción del edificio del First National City Bank (1980), en Reforma, momento en que su padre emplea el módulo industrial de 3.63 por 3.63 por 3.63..., que a final de cuentas era en pies, entonces tenía un desperdicio menor.

Para el curador en ese momento la aplicación del diseño industrial a la arquitectura genera un rompimiento de importancia, aunque su progenitor ya lo había aplicado en sus casas prefabricadas de plástico que se remontan a 1965. Por cierto, el Museo de Arte Moderno está en el proceso de restaurar el ejemplar que tiene en su jardín.

En ese momento ya no construye como egipcio ni pinta de rosa nada, explica Díaz Infante Casasús, porque la Tapo (1978), la terminal de autobuses más grande del mundo, se hizo en 12 meses. Todo era prefabricado; nada más se llegaba a armar la obra, no hay pintura, es cemento, no existe un acabado.

Al recorrer la muestra con la prensa, atribuye la decisión de su padre de asumirse como diseñador de espacios y sistemas a la necesidad de diferenciar entre el siglo XX y el XXI.

Según el curador, el momento histórico en que trabajó su padre era de gran imaginación y efervescencia creativa a escala internacional, al que se sumó. En México desafortunadamente la línea era Barragán. Y, como siempre, eres el enemigo cada vez que le pones vidrio espejo a una casa de Barragán. A final de cuentas el hecho de hacer City Bank en 1980 de vidrio espejo y con cuatro fachadas sí se toma como agresión, no como aportación.

No todo mundo entiende el valor de la obra de Díaz Infante z. El edificio del Bufete Industrial (1979), de Moras 80, ya se mutiló, y el dueño de la casa de Ámsterdam 270 (2002) quiere hacer “lofts para hippsters”, cuando esa vivienda fue una respuesta directa al temblor de 1985. Mi padre empezó a trabajar en estructuras tipo jaula para que en caso de otro temblor no se te cayera encima, acota.

Las pieles del... está pensada como exposición de pensamiento arquitectónico para mostrar un diagnóstico de cómo pensar en ese arte. Según el curador los montajes de las exposiciones de este tipo son problemáticos. De allí que el diseño básico es que lo rodean los bocetos; todas las mamparas se volvieron el cuaderno de boceto anterior a las computadoras.