Opinión
Ver día anteriorJueves 15 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La expulsión de Aleida

Morena no es el PRD

Corregir y no repetir

E

l caso de la diputada Aleida Alavez, quien fue expulsada de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), para decirlo con corrección, en un acuerdo secreto de miembros de su partido (Morena), sólo muestra que el horizonte de ese instituto político se oscurece con celeridad, y advierte que el fracaso del PRD no sirvió de lección de lo que no se debe hacer.

Dicen los morenos que defienden la expulsión que Aleida acaba de llegar y que poner en manos de otra militante la silla en la comisión más importante del órgano legislativo no es otra cosa que premiar la lealtad de quienes han estado desde sus inicios en el proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

El argumento es bueno, pero el asunto es que Aleida ha militado desde siempre, con absoluta honestidad, en lo que se llama la izquierda, sin ladearse, aunque hasta hace muy poco formara parte de las filas de IDN, cuyo dueño es René Bejarano. Por ello, la pregunta sería: en tal caso ¿no debería premiarse la lealtad a la izquierda de a deveras?

En este caso, la respuesta es no. Todo indica que en Morena, como en el PRD, se irán formado grupos de interés, que terminarán convertidos en tribus y no permitirán el desarrollo del partido en condiciones de militancia ideológica, sino de intereses de facción. Así crecieron los chuchos, la tribu de Bejarano y todas las demás que hoy tienen hundido al sol azteca. Morena no merece algo como eso.

Morena nació, si no nos equivocamos, porque el PRD se pudrió entre las ambiciones de Jesús Ortega, principalmente, y las complicidades de los otros miembros de su grupo, que impidieron no sólo el refresco de las dirigencias, sino la rectificación de un camino que se extravió para proteger, como dijimos, los intereses del grupo que, ya empoderado, se alió con el neoliberalismo gobernante.

La militancia, la población en general, dejó de ser factor importante para la cúpula amarilla. No obstante las denuncias de fraude electoral que levantó el partido por las pasadas elecciones presidenciales, que fueron apoyadas por muy amplios sectores de la población, los chuchos y sus grupos de apoyo se lanzaron a legitimar el triunfo electoral del PRI.

El resultado de esa acción fue el revés electoral con que la gente demostró su repudio al perredismo, que aún no acaba de ver su caída. Esa historia no debe repetirse; ningún grupo debe apoderarse de Morena, que debe acabar de construirse sin el lastre de los intereses de grupo.

Lo sucedido a Aleida Alavez debería corregirse y no repetirlo, porque si desde los mandos, por ejemplo de la ALDF, no se sabe respetar a sus propios compañeros, ¿cómo se supone que respetarán a sus militantes? El horizonte hoy se mira negro. Será trabajo de Morena disipar los nubarrones de duda que lo hacen ver muy oscuro.

De pasadita

Para el gobierno de Miguel Ángel Mancera debe ser muy grave que alguno de sus más altos funcionarios, de los que tienen buena parte del Gobierno del DF en sus manos, sea ignorado por los medios de comunicación cuando se trata de dar explicaciones oficiales frente a los representantes de la población en la Asamblea Legislativa, porque no indica más que la poca credibilidad del funcionario, y eso, aunque usted no le crea, también se contagia. ¡Aguas!