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Recoge en un libro su atracción/obsesión por esa línea espacio-temporal

La artista Aurora Noreña vuelve asible el abstracto horizonte

Ondulaciones sobre el puente incluye 41 tarjetas para que el lector descubra cuál es esa raya que se encuentra no sólo en la distancia, sino en uno mismo

El punto de partida de ese trabajo es la perplejidad de la autora ante el paisaje

Interviene y reconviene textos e imágenes

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Fatuh Akin, A la orilla del cielo, fotograma de la película, 2010, tarjeta incluida en el libro que fue presentado en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
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Aurora Noreña, Dique peregrino, video, fotograma, 2011, tarjeta incluida en el libro que fue presentado en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
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Marina Abramovic, Balkan Erotic Epic series, 2005, tarjeta incluida en el libro que fue presentado en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
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Aurora Noreña e Ingrid Suckaer durante la presentación del libro pieza visual Ondulaciones sobre el puente: zapping del horizonteFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de diciembre de 2015, p. 2

La atracción/obsesión de la artista Aurora Noreña por el horizonte la llevó a crear un libro pieza visual.

Se trata de Ondulaciones sobre el puente: zapping del horizonte, integrado –hasta el momento– por 41 tarjetas sin empastar ni engargolar, convirtiéndolo en un juego para el lector que lo lleva a descubrir cuál es esa línea espacio temporal que se encuentra no sólo en la distancia, sino en uno mismo.

Cuando alguien escucha que hay un libro sobre el horizonte suena de lo más extraño, porque es una cosa abstracta e inasible. Es curioso porque en las artes visuales hay una tendencia que tiene que ver con presentar la realidad, no hacer estas mediaciones simbólicas. Es raro que alguien dedique seis años de su vida a trabajar con el horizonte, pero una forma de explicar esa atracción/obsesión es que es como los sextantes, que sirven a los marineros para ubicar los objetos celestes sobre el horizonte y ubicarse sobre el mar, dijo la autora durante la presentación en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

En mi caso, explicó Noreña, el arte es un instrumento y el horizonte es ese recurso artístico que le permite colocar objetos y vivencias sobre esa línea y ubicarme en referencia a esos eventos; son espacios temporales que tienen que ver con nuestra vida. Descubrí que no hay un horizonte, sino miles de horizontes. Ahora veo horizontes por todos lados.

Cada una de las tarjetas, que se encuentran en una caja, viene acompañada de una imagen y un texto, algunos escritos por Noreña otros son citas de escritores como José Saramago, Sor Juana Inés de la Cruz y Don DeLillo; la intención es que a esas 41 tarjetas se sumen otras, como las que escribieron los presentadores de Ondulaciones sobre el puente, la crítica e investigadora Ingrid Suckaer, la poeta Rocío Cerón y el académico José Ramón Ruisánchez.

Instalación, pintura y video

No se trata de un libro de artista, precisó Noreña. Ese concepto “es amplio y podría caber ahí, pero no tiene que ver con procedimientos artesanales de produccción, sino medios de producción masivos; tampoco son piezas numeradas.

Prefiero llamarlo libro pieza visual o libro llanamente, aunque hay varias diferencias con un libro normal que está pensado desde otro lugar, este libro está pensado desde las artes visuales y sus estrategias son otras.

Además, es un ejemplar sin pretensiones literarias donde la estrategia visual permite leer una sola tarjeta o leerlas todas. En un libro normal se tiene que leer el libro de principio a fin. En mi libro no. Con leer una sola tarjeta se cumple el objetivo: construir ese sentido sobre el horizonte. No necesita un orden estricto de lectura.

Ondulaciones sobre el puente se inscribe en un cuerpo de trabajo más grande. He tratado de explorar este mismo tema, pero mi estrategia fue entrarle desde distintos lugares; la investigación la he hecho en instalación, pintura, video, y el punto de partida fue mi perplejidad ante el paisaje. Tengo un amor profundo por el paisaje y el horizonte es una parte indisoluble de mí.

Ingrid Suckaer destacó que se trata de un libro lúdico, espontáneo, que muestra el descubrimiento que la autora experimentó en cada uno de los textos seleccionados, además de que la decisión de cómo abordarlo queda en el lector.

Mientras, Rocío Cerón expresó que la cajita con las tarjetas convertida en libro representa la travesía de la autora para responder qué significa el horizonte: Las gravedades, el peso, el espacio, el tiempo, las velocidades, porque todo eso está en el horizonte, partiendo desde la subjetividad. No es sólo el horizonte que vemos, es un horizonte interno, y ese viaje obliga a preguntarnos dónde estamos.

Ondulaciones... como artefacto es hermoso y se deja jugar de varias maneras acerca de ese horizonte intrigante y es un libro pieza visual muy complejo que juega con su imposibilidad de cierre. Aurora cita textos e imágenes, pero interviene y las reconviene, dijo Ruisánchez.