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Fractura del sigilo de la práctica sicoanalítica de Fromm
L

a digresión se remonta a 1952, con la muerte trágica, ya mencionada, de González Enríquez. ¿Quién lo sustituye? El que está más cerca de Fromm y quien se ha ganado su simpatía, entre otras cosas, por pertenecer al Partido Comunista Mexicano, ser clave en la estructura de poder de la UNAM y por llamarlo El Patrón: Alfonso Millán. Éste puede guardar las dos caras de Jano, como preocupado por el socialismo y por los trabajadores campesinos mexicanos, y al mismo tiempo tener un rancho donde los explota, así como ser dueño de un sanatorio siquiátrico, La Floresta, en Tlalpan, DF, y explotar a los médicos siquiatras internos y residentes y aprovechar sus vínculos político-gremiales para tener garantizado un aflujo de pacientes del Issste y de otras instituciones.

Como Fromm estaba interesado en poner en práctica su método de investigación sociosicoanalítico que había aplicado en 1930-31 a la clase obrera alemana para valorar su inclinación al autoritarismo o hacia la democracia, ahora lo podía llevar a cabo en un poblado de Morelos para calcular el impacto del modernismo en las costumbres y modo de producción precapitalista del campesino mexicano. Así, Millán se fue convirtiendo en una pieza clave para los intereses que Fromm quería desarrollar.

Lo anterior condujo a una amistad íntima de las dos parejas, los Millán y los Fromm, quienes incluso viajaron juntos varias veces a Europa, pese a la relación analista-analizando que había entre Fromm y Millán. Este último, cuando se dirigía al resto del grupo decía “El Patrón dice que...”

Entre otras cosas, sucedió que Fromm tomó también en análisis al segundo hijo de Millán (más o menos entre 1960-1964), Ignacio, personaje clave que aparecerá en la coyuntura de 1969-1970. Al mismo tiempo, el hijo mayor de Millán, Alfonso, se analizaba con Francisco Garza, en esos mismos años. Era tal la falta de límites éticos, que Miguel Maccoby, quien estaba haciendo su entrenamiento en el Impac y se analizaba también con Fromm, y había sustituido a Millán en la investigación sociosicoanalítica, le decía a Garza que estaba equivocado en su diagnóstico respecto de Alfonso; también le argumentaba que Ignacio no era el enfermo, sino Alfonso, aunque Maccoby directamente nada tenía que ver con el proceso de los dos hermanos; sí con la información indiscreta del mismo Fromm, quien le refería material privado.

Así, la primera línea de discrepancia entre Fromm y Garza fue por el análisis que hacían de los hermanos Millán, muchos años antes. Una segunda área de conflicto se dio cuando el primero envió a Garza un paciente para tratamiento con todo y su diagnóstico. Garza hizo su propia valoración, la cual discrepaba con la de Fromm, y éste, violento y dogmático, quería que Garza aceptara que estaba equivocado.

Ignacio Millán estudió para ingeniero agrónomo, con la finalidad de ocuparse del rancho de su padre y hacerlo productivo, pero intempestivamente (en análisis con Fromm) cambió de rumbo, y en dos o tres años como máximo hizo estudios en París, Francia, igual que su padre, Alfonso Millán, de quien se sospechaba que no había realizado un posgrado en siquiatría durante su estancia en París. En 1969 Ignacio Millán aplica para hacer su entrenamiento sicoanalítico en el Impac.

Para esto hay que mencionar que en el organigrama del Impac, desde el principio se habían organizado las comisiones de Supervisión, de Enseñanza, Admisión, etcétera, por lo que los candidatos al entrenamiento sicoanalítico tenían que ser valorados por los miembros de la Comisión de Admisión, entre los que estaban Garza, Hinojosa y Silva.

El resultado fue que los integrantes de la comisión vetaron el ingreso de Ignacio Millán porque no reunía ni los requisitos formales académicos ni se le consideraba una persona adecuada para ser sicoanalista.

* Sicoanalista, autor del libro La promesa incumplida de Erich Fromm