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Unos desarrolladores inmobiliarios dicen que esa labor es un lastre y otros colaboran con el INAH

Muestran 180 vestigios mayas recuperados por el salvamento arqueológico en Mérida
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de abril de 2016, p. 4

En la capital yucateca, para algunos desarrolladores inmobiliarios el salvamento arqueológico es un lastre; sin embargo, hay muchos que tienen buena actitud y colaboran con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sobre todo al integrar los vestigios a sus proyectos urbanos, afirma el arqueólogo José Huchim.

Al ofrecer detalles acerca de la exposición T’hó: la vida prehispánica en Mérida, que reúne 180 piezas recuperadas en los alrededores de esa urbe y que desde el pasado viernes se presenta en el Museo Regional de Antropología Palacio Cantón, el investigador reconoció que hay opiniones encontradas en el ámbito empresarial respecto de la labor del INAH en esa entidad.

En general, agregó en rueda de prensa, hay una muy buena relación de trabajo con los constructores; la controversia es aparente y una cuestión pasajera.

Hace unas semanas, la prensa yucateca informó que al asumir el cargo de presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan José Abraham Dáguer hizo un llamado al gobierno federal y en particular al INAH para que den facilidades al sector y no pongan trabas, pues aseguró que por el excesivo papeleo y la poca claridad en las decisiones del instituto había unos mil millones de pesos pendientes por invertir en Yucatán.

No obstante, los investigadores que desde años trabajan en el salvamento arqueológico que se da como seguimiento a obras de infraestructura urbana y de servicio en Mérida aseguraron que actualmente la relación con las constructoras está funcionando.

Al año, continuó Huchim, se realizan en esa ciudad unos 120 salvamentos, principalmente en la periferia, lo que habla del gran trabajo que hacemos.

José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del INAH, consideró que tal vez por alguna razón algún desarrollador esté sensible, pero el salvamento arqueológico en Mérida lleva realizándose tres décadas. No es un proyecto coyuntural que esté en cuestionamiento, sino de largo alcance y gran importancia.

Tres mil 500 sitios prehispánicos

En Yucatán existen 3 mil 500 sitios arqueológicos registrados, de los cuales sólo 17 están abiertos al público. En Mérida y sus alrededores hay 223, de los cuales se ha podido recabar información relevante en 14 sitios; ese es el potencial del patrimonio que tenemos, señaló Huchim.

T’hó es el nombre de la antigua urbe maya que existió en lo que hoy es el municipio de Mérida, la cual fue casi totalmente destruida con la llegada de los españoles, pero contaba con grandes monumentos, como los que hoy tienen Chichén Itzá y Uxmal.

De 2002 a la fecha el INAH ha trabajado en alrededor de mil 500 hectáreas, en los parques arqueológicos de Dzoyilá, las Tumbas o Parque Bodas de Plata, Chen Hó, El Cerrito, Parque Arqueobotánico Anicabil; Xanilá, en Ciudad Caucel; Soblonké, en Gran Santa Fe; Xoclán, Villa Magna I, II y III, La Joya Opichén, Girasoles de Opichén y Hool. También existen vestigios en los fraccionamientos Las Américas, Lineal Metropolitano, Country Club y en el Científico Tecnológico de Yucatán.

La información obtenida ahí muestra la complejidad de la vida cotidiana de los mayas antiguos, tema de la exposición, donde el público apreciará objetos obtenidos en las excavaciones, elaborados en cerámica, jade, concha y hueso, entre otros materiales.

En la colección sobresalen figurillas que plasman los rostros de quienes vivieron en esa zona mil años antes de nuestra era, incluso hay representaciones de enfermedades y deformaciones.

El arqueólogo Luis Pantoja explicó que al recuperar estos vestigios no sólo se cumple con la tarea de protegerlos, sino que se han podido identificar patrones funerarios, sociales y de comercio de los antiguos mayas, que fueron los que proveyeron de materiales y construyeron los grandes edificios que apreciamos en otras zonas, ellos no eran la élite, sino el pueblo, también parte de un pasado glorioso.

La muestra concluirá en Mérida a mediados de mayo y en verano podrá verse en el Palacio Nacional, en la Ciudad de México.