Buenos Aires.

La Fundación Scholas Ocurrentes, que vincula a escuelas de todo el mundo, inspirada en el papa Francisco, rechazó, a solicitud del propio Jorge Mario Bergoglio, la donación de más de 16 millones de pesos (más de un millón de dólares) enviada por el gobierno del presidente argentino, el derechista Mauricio Macri, como una colaboración para la sede argentina de esa entidad.

El donativo de 16 millones 666 mil pesos se realizó mediante un decreto del gobierno de Macri, del pasado 30 de marzo y estaba supuestamente destinado a sufragar los gastos de personal, equipamiento e infraestructura de la sede central de Scholas en Argentina.

Algunos medios locales informaron, al citar fuentes del Vaticano, que el donativo generó mucho malestar en el entorno de Francisco, quien hace tiempo advirtió que no hace falta pedir cuando el fin es noble, porque la divina providencia proveerá.

La carta de respuesta que Scholas envió al gobierno argentino fue publicada el pasado lunes en el diario Vatican Insider, en un artículo firmado por Andrés Beltramo Álvarez titulado Una donación imprevista y la perplejlidad del Papa, que reconocía la molestia generada en la Santa Sede.

Para el Papa fue una sorpresa, y no positiva, reportó el diario italiano. Francisco argumentó que el país no podía mandar ese dinero por las necesidades que pasa el pueblo, lo que significó una crítica a la situación social de Argentina, señaló el portal El Destape.

El Papa habló de su preocupación con dos dirigentes sociales por la situación social y el clima de revanchismo que se vive en el país. Algunas de las últimas medidas que anunció el gobierno, como el blanqueo de capitales, tampoco son de su agrado así como otras situaciones que golpean a la sociedad en su conjunto.

Ahora, la frustrada donación a Scholas volvió a ampliar la grieta entre Buenos Aires y Roma. A Francisco no le gustó saber que la fundación recibiría más de un millón de dólares. También se habla de algún tipo de responsabilidad de los directivos de Scholas en este país, indicó El Destape.

Como arzobispo antes y ahora como Papa, Bergoglio se ha mostrado cuidadoso para evitar ser utilizado políticamente. Sin embargo esto no le impidió tener una relación cercana con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, algo que siempre molestó al macrismo. Una vez asumido el nuevo gobierno desde Cambiemos se buscó, infructuosamente, un gesto de cercanía por parte del Papa, señala Washington Uranga, analista de temas religiosos de Página 12.

Cuando Francisco se enteró de la detención de la dirigente social Milagro Sala, del movimiento Tupac Amaru, por razones políticas junto a otros siete integrantes de ese movimiento social, mantenida en prisión desde el 6 de enero pasado, decidió enviarle un rosario. Fue sin duda, un gesto muy claro, considerando injusta una prisión sin que haya causa alguna con pruebas sobre supuestos delitos que se le imputan a Sala.

La reacción de algunos sectores de la alianza oficialista Cambiemos fue muy dura contra el papa Francisco y entre ellas destacó una vez más la dirigente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Los curas de la opción por los pobres, que trabajan en las villas miserias (ciudades perdidas) en tareas coordinadas por Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires denuncian en forma permanente la gravedad de la situación social y el incremento diario de la pobreza y la indigencia.

En los últimos tiempos el hecho de que el Papa recibiera a Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, que había sido muchas veces dura con Bergoglio, aumentó el disgusto en sectores cercanos al gobierno de Macri, salvo algunos pocos funcionarios, los menos fundamentalistas del entorno presidencial.

“La decisión de rechazar el subsidio para Scholas va mucho más allá… Ya no es un gesto, sino un hecho que tiene una lectura inequívoca desde el punto de vista político. Para Argentina, indudablemente. Pero también para el mundo que mantiene una mirada atenta sobre todas las iniciativas del Papa. A nadie le quedará duda en adelante que Francisco no está dispuesto a negociar sus puntos de vista por un puñado de pesos”, afirmó Washington Uranga.

Y añadió que también quien lo intente, de la manera que sea, recibirá del Papa una respuesta del mismo nivel de contundencia que la que ahora obtuvo el gobierno argentino. Y Macri tendrá que explicar al mundo por qué el Papa argentino lo mira al menos con desconfianza, consideró el analista.

Revés electoral

En su primera prueba electoral desde que Macri asumió en diciembre pasado, la alianza Cambiemos, resultó derrotada por el Partido Justicialista en la ciudad de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba, 610 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

El candidato justicialista Juan Manuel LLamosas se imponía con 46.25 por ciento de los votos, al oficialista Eduardo Yunes, con 32.25 por ciento y con 80 por ciento de mesas escrutadas.

Esta elección es observada como un barómetro de la situación, porque en Río Cuarto el partido de Macri ganó con 70 por ciento de los votos en los comicios presidenciales, en la segunda vuelta del año pasado.

La imagen del presidente sigue deteriorándose y aumenta la llamada brecha negativa: son cada vez más los que opinan mal o muy mal (52 por ciento) y son cada vez menos los que opinan bien o muy bien (45 por ciento). Lo más llamativo es que ya hay una proporción importantísima (43 por ciento) que opina muy mal del Presidente, es decir que están corridos a la postura más negativa, señaló el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman en una encuesta para Página 12.

Lo que se refleja en este sondeo es que los ciudadanos no tienen buenas expectativas para el segundo semestre. Nada menos que el 65 por ciento dice que en su casa, en su hogar, van a estar peor y apenas el 34 por ciento cree en lo que señala el gobierno de Cambiemos respecto de una mejora en lo que resta del año.