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Estudio destaca áreas potenciales de conservación y ecoturismo

Proteger la manta birostris implicaría grandes beneficios para el país
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El archipiélago de Revillagigedo y la comunidad de Yelalpa, en Bahía Banderas, podrían mostrar el gran potencial económico que genera el cuidado de estas poblaciones marinasFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de julio de 2016, p. 33

Las poblaciones de manta gigante o birostris, disminuyen cada vez más a escala mundial debido al consumo de sus agallas, las cuales se utilizan en la medicina tradicional china, además de que son víctimas de la pesca accidental, reporta un estudio publicado en Biological Conservation.

El reporte, realizado por especialistas del Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en San Diego, implica para México una oportunidad para proteger las mantas gigantes o birostris y generar grandes beneficios económicos derivados, señala Octavio Aburto-Oropeza coautor del estudio e investigador del instituto.

Indica que el archipiélago de Revillagigedo y la comunidad de Yelapa, en Bahía Banderas, Jalisco, podrían ser las áreas mexicanas que demuestren el tremendo potencial del ecoturismo, cuidando estos grandes animales.

La manta gigante es una especie que puede vivir más de 40 años y mide hasta siete metros de punta a punta de sus aletas. Pasa la mayoría de su vida en ambientes oceánicos muy remotos, como los montes marinos e islas oceánicas, buscando alimentarse de pequeños organismos flotantes conocidos como plancton. El estudio indica que tradicionalmente se pensaba que la manta birostris realizaba migraciones épicas, sin embargo parece que es muy local.

Un equipo de investigadores liderados por el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de San Diego, California, estudió a la manta gigante por medio de satélites. Les colocaron aparatos de seguimiento y tomaron muestras de músculo a animales de cuatro sitios en el océano Pacifico, separados por más de 13 mil kilómetros, para averiguar si las pequeñas agregaciones de manta gigante estaban realmente conectadas formando una gran red de subpoblaciones.

Con base en la información satelital, que incluye cerca de seis meses de seguimiento de los movimientos de la manta gigante, junto con información genética y de isótopos estables obtenida del músculo de los organismos, los investigadores encontraron que las mantas birostris permanecían cerca del sitio donde se encontraban al iniciar el estudio, y son subpoblaciones con información genética muy distinta, es decir, con muy poca conectividad entre regiones.

De acuerdo con los autores, este estudio demuestra que la manta gigante puede ser protegida de manera efectiva con estrategias de manejo a escala local, las cuales normalmente no se consideran para especies migratorias.