Los tres únicos sobrevivientes de los hechos ocurridos en el Rancho del Sol, en Tanhuato, Michoacán, habrían salvado la vida porque uno de los mandos de la Policía Federal encargado del operativo ya había reportado a sus superiores que habían detenido con vida a tres presuntos delincuentes.

Para entonces ya habían llegado más federales y uno de ellos ordenó que ya no mataran a más detenidos, porque él ya había reportado que había sobrevivientes; entonces, nos volvieron a hincar, luego nos sacaron y nos siguieron golpeando, dicen las declaraciones de uno de los sobrevivientes de la acción policial ese 22 mayo de 2015, donde murieron 42 civiles, 22 de ellos ejecutados de manera arbitraria por elementos de la Policía Federal.

En las declaraciones, testimonios y entrevistas con los sobrevivientes, contenidas en la recomendación 4VG/2016, emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por el caso Tanhuato, se señala que en dos de los casos fueron objeto de tortura, mientras en uno más sufrieron tratos crueles, inhumanos y degradantes, según confirman las conclusiones del protocolo de Estambul aplicado a una de las víctimas.

Incluso, uno de ellos declara que durante horas fueron agredidos físicamente y amenazados con privarlos de la vida a ellos y a sus familiares. Luego nos condujeron a una barda amarilla, donde nos hincaron, nos esposaron con unos plásticos y las manos hacia atrás, y todo el policía que se nos acercaba nos golpeaba. Después nos llevaron a la barda de enfrente y enseguida me subieron a una camioneta; además me pusieron una pistola en la sien derecha y me preguntaron ¿quieres que te mate?, declara el tercero de los detenidos y sobrevivientes de Tanhuato, que es identificado como PV3 en la recomendación de la CNDH.

Dos de los tres detenidos se encontraban en la caseta de acceso al rancho, y según sus declaraciones fueron sorprendidos por los agentes policiacos mientras dormían, siendo alrededor de las 6 horas del 22 de mayo de 2015. Su versión es totalmente contraria a la expresada por la Comisión Nacional de Seguridad y a los policías que participaron en el operativo, en cuanto que también participó un helicóptero artillado. “En el rancho habíamos puros hombres, la mayoría éramos de edades entre los 25 y los 30 años. En un momento determinado me tiré al piso y vi caer a uno de mis compañeros por un impacto de bala, a unos cinco o seis metros. Había muchas camionetas de federales. Aproximadamente, después de una hora u hora y media de que iniciaron los disparos llegó un helicóptero que también disparó en distintas ocasiones.

Las otras cuatro personas que iban corriendo conmigo también se tiraron al piso y los policías federales se dieron cuenta que estaban vivos, por lo que les empezaron a disparar para matarlos, yo me hice el muerto; sin embargo, un federal me disparó y la bala pegó en el suelo, ello me asustó y giré la cabeza, en ese momento sentí que me dieron un disparo en el hombro, dice en su declaración PV2.