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Pedir sancionar a religiosos que opinen, un llamado a la represión, dice Hugo Valdemar

La Iglesia católica no puede ser ajena a la política: vocero de la arquidiócesis

Asegura que el PRD es un partido en extinción por imponer su agenda inmoral y destructiva

 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de agosto de 2016, p. 12

La Iglesia católica no puede ser ajena a la política, entendida ésta como la consecución del bien co-mún, sostuvo el director general de comunicación social de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, al asentar que es muy grave la petición del presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, a la Secretaría de Gobernación para que sancione a la instancia religiosa por las opiniones vertidas sobre el matrimonio igualitario.

En una entrevista publicada en el semanario Desde la Fe, Valdemar apuntó que el legislador habla con prejuicios y con el odio que el PRD siempre ha tenido a la Iglesia.

En su crítica al diputado perredista Zambrano, el vocero apuntó: piensa que sólo él y su partido saben lo que la sociedad necesita; por esa soberbia y miopía, aunada a su corrupción, hoy (el PRD) es un partido en extinción, como lo predije hace diez años, cuando impusieron su agenda inmoral y destructiva para la Ciudad de México.

Interpretó la petición del legislador al gobierno como un llamado a la represión contra una institución que únicamente ejerce sus derechos fundamentales: el de expresión y el de libertad religiosa.

Valdemar consideró a Zambrano como enemigo acérrimo de la Iglesia católica, de la cual, sostuvo, tiene una idea pueril, ya que no sólo está conformada por obispos y sacerdotes, sino por más de cien millones de bautizados, quienes no pueden quedarse mudos por propuestas que alteran valores fundamentales de las familias mexicanas.

El PRD, agregó, busca destruir a las familias con iniciativas en favor de la muerte, como el aborto; dar a los niños en adopción a parejas homosexuales; legalizar la mariguana y otras drogas en contra del desarrollo de los jóvenes, entre otras. Promueve una agenda que terminará por destruir a la sociedad.

Destacó que la Cámara de Diputados debe ser un lugar abierto para el diálogo y la conciliación de ideas, no para la represión de las mismas.