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Sostiene que está documentado el fraude cometido por la presidenta suspendida

Fiscal llora, invoca a Dios y pide a Dilma Rousseff que la perdone

Hoy, votación en el Senado para decidir si la mandataria es retirada del cargo definitivamente

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La jurista brasileña Janaina Paschoal (al centro), fiscal principal en el juicio político contra Dilma Rousseff, recibe un ramo de flores tras su participación en la sesión de ayer. Es flanqueada por las senadoras Ana Amelia y Marta Suplicy; las acompaña el jurista Miguel RealeFoto Afp
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Partidarios de la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, se manifestaron ayer en Sao PauloFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 31 de agosto de 2016, p. 28

Río de Janeiro.

Janaina Paschoal, principal fiscal en el juicio a Dilma Rousseff, declaró este martes que la suspendida presidenta de Brasil cometió fraude en sus prácticas presupuestarias, en el quinto día del proceso para decidir la suerte de la gobernante, durante el cual incluso invocó a Dios y lloró al implorar que la perdone por causarle sufrimiento.

Yo finalizo ofreciendo disculpas a la señora presidenta de la República, dijo Paschoal al cerrar su intervención para justificar el pedido de destitución de Rousseff ante el Senado. Disculpas porque yo sé que la situación que está viviendo no es fácil. Afirmó que hizo lo que tenía que hacer debido a la crisis política en Brasil.

Argumentó que la mandataria violó normas administrativas al elaborar el presupuesto nacional. Esto no se trata de un pequeño problema de contabilidad, se trata de fraude, sostuvo. No es solamente que la presidenta mintió. El fraude fue documentado, indicó.

Luego de señalar que “el impeachment es un remedio constitucional al que necesitamos recurrir cuando la situación se revela especialmente grave”, manifestó que fue Dios quien hizo que, en el mismo momento, varias personas percibieran lo que sucedía en el país.

Pero el abogado defensor, el ex ministro José Eduardo Cardozo, también entre lágrimas, destacó que la destitución de la presidenta sería una pena de muerte política. Denunció que Rousseff está a punto de perder el cargo porque no quiso frenar la investigación contra la corrupción de la Operación Lavado Rápido en la estatal Petrobras.

Esto quedó claro con las declaraciones del ministro del (presidente interino) Michel Temer, Romero Jucá, quien se vio obligado a dimitir después de que salieron a la luz declaraciones en las que se sugería que había que derribar a Rousseff para acabar con la persecución judicial, expuso.

En este último día del proceso la acusación y la defensa presentaron sus alegatos finales, tras lo cual la votación debería llevarse a cabo, pero finalmente fue aplazada para este miércoles.

Los senadores de oposición acusaron a Rousseff de saltarse las leyes de disciplina fiscal para ocultar agujeros en el presupuesto federal, y afirmaron que eso exacerbó una recesión que ha provocado una inflación de 10 por ciento y noticias diarias sobre despidos.

Rousseff ha rechazado el argumento y sostiene que no violó ninguna ley. Ha declarado que se vio obligada a tomar duras decisiones presupuestarias ante los menguantes ingresos y la negativa de sus rivales en el Congreso a trabajar con ella. Sé que seré juzgada, pero mi conciencia está limpia. No he cometido delito alguno, declaró en su intervención del lunes ante los senadores. Los necesito a todos, al margen de los partidos políticos, dijo tras apremiar a los congresistas a mantenerla en el puesto.

La mandataria recordó que fue relecta en 2014 con más de 54 millones de votos, pese a lo cual se espera que el impeachment cierre cuatro ciclos en el poder del izquierdista Partido de Trabajadores (PT).

El ex presidente Fernando Collor de Mello, destituido en 1992 por acusaciones de corrupción, actualmente senador, fue uno de los legisladores que este martes anunció que votará a favor de la destitución.

Rousseff ha dirigido duras palabras hacia su vicepresidente Michel Temer (hoy presidente interino). Lo llamó usurpador y dijo que los brasileños jamás habrían elegido a un hombre que nombró un gabinete exclusivamente de hombres blancos en un país en el que más de 50 por ciento de la población no es de esa raza.

Rousseff aseguró que había pagado el precio por negarse a suspender una investigación policial por sobornos en la petrolera estatal Petrobras, y manifestó que legisladores corruptos se confabularon para destituirla y descarrillar dicha pesquisa.

Debido a la indagatoria por corrupción en la petrolera estatal han ido a parar a la cárcel empresarios y políticos, algunos de ellos del PT. Además, grupos independientes calculan que 60 por ciento de los 594 legisladores en ambas cámaras son investigados por irregularidades y muchos por corrupción relacionada con la pesquisa en Petrobras.

Por lo pronto, la vicefiscal general Ela Wiecko renunció luego que se divulgó un video en el que participa en un acto contra Temer, al tiempo que calificó de golpe bien hecho la inminente destitución de Rousseff y aseguró que hay delaciones premiadas en las investigaciones contra la corrupción que apuntan directamente al ahora presidente interino.

Para que Rousseff sea retirada del cargo, cuando menos 54 de los 81 senadores tienen que votar a favor, y muchos políticos destacados, incluso el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, reconocen que las posibilidades de la mandataria de sobrevivir al voto final del Senado son escasas.

El diario Folha de Sao Paulo vaticinó que 54 senadores votarán a favor de la destitución, 20 lo harán en contra y siete siguen indecisos, en una decisión que pondrá fin a los gobiernos del Partido de los Trabajadores iniciados con Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), quien fue relevado por Rousseff en 2011 y relecta con 54 millones de votos en 2014.