La contaminación ambiental aumenta las crisis de asma, pero no provoca la enfermedad. Alrededor de 40 por ciento de los pacientes que llegan a las áreas de urgencia de los hospitales durante las contingencias son por esa razón y con frecuencia se enteran en ese momento de que son asmáticos, afirmó Carlos León, director del Centro de Asma y Alergia de México.

Dijo que un problema grave respecto de este padecimiento es el subdiagnóstico y que los afectados pueden pasar de uno a varios años con problemas respiratorios y algunos, incluso, se acostumbran y no buscan atención médica. El riesgo es que con el paso del tiempo el deterioro en el funcionamiento de los pulmones puede llevar a la muerte.

En México no existen estadísticas puntuales sobre la prevalencia del asma, pero con base en indicadores internacionales se estima que 12 millones de individuos tienen este mal crónico. Al año se registran más de 4 mil muertes, señaló el especialista.

En conferencia de prensa, Carlos León explicó que el asma es la inflamación crónica de los bronquios, que obstruye el flujo del aire. Los síntomas son tos, silbido de pecho y falta de aire, los cuales se presentan de manera recurrente en los días cercanos a los cambios de estación, en el invierno y después de haber presentado una infección respiratoria causada por virus.

Carlos León comentó que estas manifestaciones se originan, a su vez, por el contacto con alergenos (polvo, polen, ácaros y algunos alimentos). En los adultos también influyen la sinusitis crónica y el reflujo.

El especialista también indicó que si bien los síntomas son específicos para el diagnóstico de asma, es frecuente que se confunda con alergia o algún otro padecimiento respiratorio. En otros casos, los pacientes abandonan los tratamientos cuando desaparecen los síntomas o los usan sin supervisión médica. Con el paso del tiempo, existe riesgo de complicaciones graves, advirtió.

La mayoría de los casos que cuentan con diagnóstico son niños, de los cuales alrededor de 20 por ciento presentan síntomas durante su primer año de vida. A los cinco años de edad, 80 por ciento de los pacientes ya ha debutado con la enfermedad. Al llegar a la adolescencia mejoran su condición de salud, pero aproximadamente 30 por ciento recae después de la tercera década de vida.

Aunque es un padecimiento crónico, es posible mantenerlo bajo control y que los pacientes puedan olvidarse de que están enfermos. Para ello se requiere llevar un tratamiento integral que incluye el uso de medicamentos y llevar un estilo de vida saludable, así como evitar el contacto con sustancias que pueden desatar las crisis asmáticas.

Respecto de la influencia de la contaminación ambiental, León puntualizó que es apenas uno de varios factores que influyen en la exacerbación de la enfermedad. Refirió los datos de un estudio, según el cual hay más enfermos en las ciudades de Veracruz, Tabasco y Mérida, respecto de los reportados en la Ciudad de México.