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Las batallas continúan dentro y fuera del gobierno estadunidense

Informe de Trump, torrente de mentiras, señalan analistas

Un discurso para demonizar a los inmigrantes: columnista del NYT

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Pese a que críticos y expertos resaltaron las mentiras del presidente Donald Trump en su informe sobre el estado de la Unión, las primeras encuestas realizadas al terminar la ceremonia indican que 75 por ciento de estadunidenses aprueba su discurso y 80 por ciento cree que el mandatario sí quiere unificar al país. La imagen, ayer en un encuentro del gobernante con trabajadores estadunidenses en el salón Oval de la Casa BlancaFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 1º de febrero de 2018, p. 27

Nueva York.

Un torrente de mentiras y medias verdades empapó el informe de Donald Trump, mientras detrás de intentos retóricos para proyectar un país renovado y orgulloso, pintó uno bajo amenaza, casi sitiado, por fuerzas extranjeras dentro y fuera del país, concluyeron expertos, editorialistas, políticos y defensores de derechos civiles y humanos.

Mientras tanto, continuaron las batallas dentro y fuera del gobierno sobre la legitimidad del presidente que el martes por la noche se presentó como el unificador del país, con nuevas disputas entre la Casa Blanca, los jefes de seguridad pública nacional y hasta entre republicanos.

Muchos comentaron que el discurso fue tradicional, y que le bajó a la retórica conflictiva que ha caracterizado a Trump durante la campaña y su primer año de gobierno, porque el cálculo político de los estrategas republicanos es que no podrán lograr mucho este 2018 sin algunos acuerdos bipartidistas que necesitan para protegerse ante elecciones intermedias que por ahora no los favorecen, sobre todo con un presidente con índices de aprobación históricamente bajos. Algunos señalaron que también necesitaba un tono más moderado y placentero después de meses en los que políticos de ambos partidos y un amplio segmento de la población estaban cuestionando sus capacidades, e incluso su salud mental.

Tal vez lo logró, según algunos, pero las reacciones mostraron que no cambió mucho antes y después del informe presidencial, y que a pesar de su invitación a la unidad entre la clase política y la nación, sus propuestas, sobre todo en torno a la migración, sólo nutrieron aún más las divisiones, incluso las raciales.

Lo que no mencionó

“Trump dibujó un mundo oscuro y amenazante en el cual los inmigrantes, quienes están en el corazón de la idea estadunidense, fueron igualados a pandillas, criminales homicidas y ‘gente horrible’”, comentó el columnista Roger Cohen, del New York Times. Si hubo tema, fue el de demonizar a los inmigrantes y al resto del mundo, combinado con una exaltación del poderío de Estados Unidos. Indicó que las palabras mujer, paz, derechos humanos, derechos civiles, entre otras, jamás fueron mencionadas.

Líderes y defensores de inmigrantes denunciaron el discurso por su insistencia en criminalizar a los inmigrantes, y rechazaron de nuevo sus propuestas de ofrecer legalización para dreamers a cambio de expulsar sus comunidades y la construcción del muro.

El economista premio Nobel Paul Krugman declaró que el punto central del discurso fue: Trump quiere que le tengamos miedo a la gente de color café, basado en nada. Eso es realmente feo.

¿Alguna vez han sonado tan huecas las palabras de un presidente?, preguntó el editorial del Washington Post en lo que consideró un discurso divisivo y engañoso.

Otros señalaron que había partes alarmantemente nostálgicas con la promoción del arsenal nuclear, y hacer su propia versión –como lo reportó Franco Ordóñez de McClatchy– del eje del mal de George W. Bush, con Cuba, Venezuela junto con Irán y Corea del Norte.

Algunos líderes neonazis como Richard Spencer y el ex dirigente del Ku KLux Klan David Duke resaltaron la frase del presidente de que su primer deber es defender a estadunidenses porque “son dreamers también”, robando así el nombre de los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad y que encabezan el movimiento de defensa de inmigrantes. Eso les encantó.

Tampoco sorprendió, después de un año de realidades alternas y fake news, la larga lista de múltiples mentiras y frases engañosas en el discurso del estado de la Unión. Entre éstas, por ejemplo, es falso que por primera vez se estén registrando incrementos de salarios; es falso que Chrysler esté trasladando una planta de México de regreso a Michigan (la planta en México permanecerá abierta con otra línea de producción); es falso que se emiten visas de residencia al azar sin tomar en cuenta méritos y evaluaciones; es falso que un inmigrante legal puede traer a un número ilimitado de familiares (pueden hacer una solicitud, pero hay una lista de espera que puede tardar más de 12 años); es falso que su reforma fiscal y recorte de impuestos sea la más grande de la historia del país (la de Reagan y tal vez otras 11 anteriores fueron mayores).

Pero aunque expertos, críticos, demócratas y defensores de minorías condenaron sus propuestas, resaltaron sus mentiras y repudiaron sus políticas, una de las primeras encuestas realizadas inmediatamente después del discurso mostró que por el momento, Trump triunfó: 75 por ciento de los estadunidenses que vieron el espectáculo aprobaron el discurso, y 80 por ciento opinó que Trump sí estaba tratando de unificar más que de dividir al país, según el sondeo de CBS News.

Tal vez en parte esto se explique por los resultados del índice de ignorancia, el magno sondeo en 40 países realizado por Ipsos MORI para medir el conocimiento de sus poblaciones sobre las políticas de sus propios gobiernos. Estados Unidos está en el quinto lugar de los países más ignorantes (México en el 11; Holanda, Reino Unido y Corea del Sur son los menos ignorantes en la lista).

La investigación

El tema que nunca mencionó Trump en su informe es el de la investigación sobre la posible colusión de su campaña con los rusos y ahora sobre su equipo en la Casa Blanca, incluido él mismo, encabezada por el fiscal especial Robert Mueller.

Mientras se preparaba el informe, representantes republicanos encabezados por el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, anunció su deseo de hacer público un informe que mostraba –según ellos– la parcialidad de la FBI al inicio de la investigación sobre la campaña de Trump y aprobaron su difusión. El presidente ha dicho que tiene la intención de aprobar la difusión pública del documento. Todo esto es parte de un masivo intento que pretende desviar la atención sobre la investigación y el mandatario hacia la descalificación de los propios investigadores, coinciden varios medios.

El Departamento de Justicia de Trump ha advertido que sería un paso imprudente, que el memorando es engañoso y que su difusión pública dañaría los procesos de investigación. El director de la FBI, Christopher Wray, y el subprocurador general (y subsecretario del Departamento de Justicia), Rod Rosenstein, habían apremiado al equipo de Trump, entre ellos al jefe de gabinete, John Kelly, a mantener el documento en privado, sin éxito.

La FBI dio este miércoles el paso inaudito de enfrentarse públicamente a Trump por primera vez sobre el asunto, reiterando: tenemos graves preocupaciones sobre las omisiones de hechos que fundamentalmente impactan la precisión del memorando. Eso ahora expone a Wray a la ira de Trump, quien despidió a su antecesor, James Comey.

El demócrata de mayor rango en ese comité, Adam Schiff, en un artículo publicado este miércoles en el Washington Post, escribió que el memorando elaborado por los republicanos abre la puerta para que la Casa Blanca pueda despedir a Mueller y/o al subprocurador general de la nación, Rod Rosenstein, el segundo a cargo del Departamento de Justicia. Eso, advirtió, incrementa el riesgo de una crisis constitucional.