Para ampliar la zona elegante de la ciudad: el viejo Polanco, desde hace cinco años, en colonias como la Anáhuac, Granada y Ampliación Granada, en la delegación Miguel Hidalgo, e Irrigación, en Azcapoptzalco, se fomentan desarrollos privados de nivel residencial alto, que incluyen centros comerciales, de entretenimiento, cines y supermercados, con el fin de dar nueva vida a estas zonas, afirmó el presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Alejandro Kuri.

Según cifras de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y de los propios grupos de desarrolladores inmobiliarios, la inversión en las colonias Anáhuac, Irrigación y Granada asciende a mil 600 millones de dólares. Tan sólo Grupo Carso invirtió en su desarrollo la mitad de esa cifra, indicó el directivo.

De acuerdo con el entrevistado, existen 43 desarrollos habitacionales nuevos y 11 en proceso, con una oferta total de más de 7 mil 300 departamentos. Además, en el corredor Lago Alberto, Miguel de Cervantes Saavedra y Moliére se ha privilegiado la construcción de comercios y puntos de servicios para que actúen como interconectores entre los nuevos desarrollos, lo que da nueva dinámica a la zona y se constituye en el polo de desarrollo inmobiliario más activo de la ciudad en estos momentos.

Verdaderos rascacielos

Como resultado de ese boom, el valor de los terrenos en la zona se ha incrementado rápidamente en los últimos años, de tal suerte que el metro cuadrado puede oscilar entre 25 mil y 40 mil pesos añadió.

Algunos de esos emporios son verdaderos rascacielos que contrastan con nostálgicas imágenes, como la del tren que todavía corre por la vía Ferrocarril de Cuernavaca o como la cerrada de Andrómaco, donde todavía viven unas cien familias que hace más de 40 años llegaron como paracaidistas a la colonia Ampliación Granada, cuando era una zona industrial.

Hoy día, ese barrio se está transformando, modernizando, para formar parte del llamado Nuevo Polanco, extensión de ese barrio elegante de la ciudad.

Fábricas de láminas, cubetas y cables, así como laboratorios, que en algunos casos ya sólo eran construcciones vacías o derruidas, desalojadas desde el sismo de 1985 o antes, han dejado su lugar a los nuevos edificios.

La infraestructura necesaria para la nueva urbanización, banquetas, drenaje, alcantarillado, agua potable, etcétera, ha estado a cargo del Gobierno del Distrito Federal, puntualiza Kuri.