Sociedad y Justicia
Ver día anteriorMartes 18 de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Piden al gobierno que el nuevo director que nombre sea un científico reconocido

Denuncian investigadores del ININ irregularidades en el manejo de recursos

Responsabilizan a la dirección administrativa y de investigación científica a cargo de Hernán Rico y a Julián Sánchez

Exponen que José Raúl Ortiz Magoña fue protegido durante 12 años

 
Periódico La Jornada
Martes 18 de diciembre de 2012, p. 37

Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) denunciaron que en años recientes se han presentado diversas irregularidades en la toma de decisiones y en el manejo de los recursos que llevan a cabo las autoridades administrativas de esta instancia, dependiente de la Secretaría de Energía (Sener).

El ININ recibió para 2012 un presupuesto de apenas 2 millones de pesos. Por ello, sólo se asignan alrededor de 15 mil pesos por cada proyecto de investigación y es requisito que los científicos consigan apoyo externo; no se ha dotado a la biblioteca de material bibliográfico suficiente; a los congresos nacionales e internacionales en materia nuclear no se envía a los investigadores, sino a personal administrativo, entre otras anomalías.

Denunciaron que el director José Raúl Ortiz Magoña fue protegido en las administraciones panistas, a pesar de las quejas de su mal desempeño, por lo que demandaron que el nuevo gobierno nombre a un científico reconocido internacionalmente en el cargo. También responsabilizan de las irregularidades a los directores administrativo Hernán Rico, y de investigación científica, Julián Sánchez.

A pesar de las dificultades que enfrentan, 64 de los 110 investigadores del ININ son miembros del Sistema Nacional de Investigadores y suman 2 mil 129 artículos indexados y 4 mil 977 citas recibidas, con un índice H de promedio de 5.07 en años recientes.

La comunidad académica del ININ inclusive tiene que tramitar permisos con sus jefes directos para asistir a conferencias y a exámenes profesionales (de los que en muchas ocasiones son jurado) a otras instituciones, así como para hacer llamadas telefónicas a otras ciudades, pese a que muchos de ellos mantienen relación constante con central nuclear de Laguna Verde, Veracruz.

Inclusive tienen prohibido hacer declaraciones a la prensa, ejemplo de ello fue que tras el accidente nuclear en Fukushima, Japón, del año pasado, la orden fue no hablar del tema, cuando nuestra responsabilidad como instituto nacional era hablar de ello a la población.

Para asistir a los congresos les exigen haber conseguido apoyos

Un grupo de investigadores de este instituto accedieron a hablar con La Jornada para revelar los conflictos que desde hace varios años enfrentan, los cuales se recrudecieron en 2012.

Al estar limitados en recursos, se ven en la necesidad de conseguir presupuesto externo en instancias como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Organismo Internacional de Energía Atómica, por mencionar algunos. Pero en muchos casos, sobre todo a quienes han sido críticos de la administración, se les han negado las cartas de apoyo institucional, requisito indispensable para participar en las convocatorias externas.

Recientemente, el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (Sutin) dio a conocer un desplegado en el que adelantaba esta situación.

En el documento, la agrupación sindical señala que en casi 12 años al frente del ININ su director no ha gestionado mayores recursos ante los legisladores, y que ha sido el propio sindicato el encargado de esa labor.

Al respecto, los investigadores consultados recuerdan que el anterior director, el científico Miguel José Yacamán, siempre gestionaba recursos y nos exhortaba a realizar estudios de posgrado becados y prácticamente nos obligaba a buscar los apoyos de Conacyt.

Otra de las situaciones graves que denuncian es que para asistir a los congresos académicos nacionales e internacionales la administración se les exige haber conseguido recursos para el ININ por al menos 200 mil pesos al año. Sin embargo, los directivos envían a esas actividades a personal administrativo.

Hemos sabido de la extrañeza a escala internacional, pues se trata de gente que no entiende ni de lo que se habla.

Para advertir sobre el gasto discrecional de recursos los académicos presentaron a este diario copias de oficios consistentes en la renta de una flota de 30 vehículos, en un convenio de 8 millones de pesos para tres años. Son carros que normalmente usan los jefes, explican.

Una más de las de las omisiones es que al menos en los pasados tres años los materiales del Centro de Información y Documentación del ININ no ha podido renovar su material bibliográfico ni sus bases de datos, por lo que para revisar esa información hay que acceder a las bibliotecas de otras instituciones, como las de la Universidad Nacional Autónoma de México o el Instituto Politécnico Nacional.

De acuerdo con un estudio hecho por los encargados de la biblioteca, en cinco años el ININ sólo ha asignado 405 mil pesos para la adquisición del material requerido, lejos de los 9 millones 200 mil y los 102 millones que respectivamente destinaron para el mismo fin los institutos de Investigaciones Eléctricas y Mexicano del Petróleo.