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La ONG afirma que el gobierno estatal incumplió con proteger la integridad de las personas

Pide el CDHFBC deslindar responsabilidades de todas las partes en el conflicto de Mitzitón

En el trasfondo estaría el rechazo a la autopista a Palenque; trifulca entre indígenas, versión oficial

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 24 de julio de 2009, p. 16

San Cristóbal de las Casas, Chis., 23 de julio. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC) declaró que en el conflicto de Mitzitón, donde el martes falleció un indígena de la otra campaña y cinco más resultaron heridos, el gobierno del estado no cumplió con la obligación de proteger y garantizar la vida y la integridad de las personas bajo su tutela, por lo que es necesario deslindar responsabilidades administrativas y penales a los funcionarios y civiles involucrados.

Ante evidencias de que en el trasfondo de las agresiones contra los ejidatarios está su rechazo a la autopista a Palenque, el organismo considera urgente que el gobierno rinda un informe detallado sobre su construcción y que consulte a los pueblos que vayan a resultar afectados.

Según el CDHFBC, el conflicto se originó con la sanción que la asamblea ejidal impuso a Carmen Díaz López, quien fue sorprendido utilizando su solar para resguardar indocumentados. Díaz López fue privado de sus derechos agrarios y se le expulsó de la comunidad, ante lo cual se dedicó a promover la división, aprovechando que pertenecía a la asociación religiosa Alas de Águila 2000, consiguiendo que los que profesan su misma religión se rebelaran contra las autoridades tradicionales, dejando de cooperar en trabajos comunitarios, además de matizar el conflicto con la connotación religiosa y hábilmente involucrar, con actuaciones a favor del grupo evangélico, al subsecretario de Asuntos Religiosos.

En febrero, los ejidatarios descubrieron que en sus tierras de uso común había estacasformando un callejón, que resultaron parte del trazo para la autopista.

Coincidentemente, la gente de Carmen Díaz empezó a cercar las tierras que serían afectadas. La asamblea ejidal acordó repartir esas tierras de uso común entre personas que aún no tenían y que han cumplido con sus obligaciones comunitarias, incluso evangélicos.

Por su parte, el secretario de Gobierno, Noé Castañón León, declaró que la procuraduría estatal investiga a fondo para determinar si la muerte de Aurelio Díaz Hernández fue realmente intencional o accidental. En la prensa local el asunto es manejado como trifulca entre indígenas, que Castañón atribuye a viejas rencillas agrarias y descarta que el enfrentamiento esté relacionado con alguna inconformidad ante la construcción de la carretera.

Según él, es una información tergiversada, nada tiene que ver la construcción con un conflicto interno de tierras desde hace muchos años; la carretera tiene poco que se empezó a mencionar y no hay ningún trazo definido, apenas se hacen estudios preliminares, dijo, si bien las obras se iniciaron el primero de junio.

Curiosamente, mientras anoche el secretario de Gobierno desmentía al CDHFBC, el gobernador Juan Sabines Guerrero entregaba al obispo Samuel Ruiz, presidente de dicho centro, la Estrella Centauro, por la paz duradera que es su legado en Chiapas.

Desde el ejido Flores Magón, Teopisca, tres pastores evangélicos se dirigieron este martes al gobernador, pidiéndole intervenir en este conflicto que atribuyen a intolerancia religiosa de los ejidatarios de Mitzitón, a los que erróneamente denominan católicos tradicionalistas.

Refugio Díaz Ruiz (iglesia Alas de Águila), Víctor Jiménez López (Fuente de Fe, Alabanza y Poder) y Santos Jiménez (Elohím) sostienen una versión opuesta de los hechos, donde los agresores habrían sido ejidatarios de Mitzitón, y estos mismos habrían atropellado a cuatro de sus compañeros, matando a Aurelio, luego de blandir machetes, palos y rersorteras, y disparar con armas de fuego contra los evangélicos desprevenidos.

Esta versión, en espejo de la que desde el primer momento atribuye al grupo de Díaz Ruiz y Díaz López la agresión, repite las palabras de la denuncia original, sólo las invierte, y Fernando Heredia Heredia, el chofer del vehículo de los ejidatarios (placas DA88355) que fue destruido por el grupo de los primeros, habría hecho chuza con sus propios compañeros; aún así, le fracturaron un brazo a garrotazos; eso no lo mencionan los pastores, que saben que el vehículo criminal, la Chevrolet azul sin placas oculta en Teopisca, está ya limpia de evidencias.

Con esta contraversión, el grupo que defienden los pastores busca empatar los testimonios. Y la autopista no aparece en el cuadro. Por cierto, la única prueba material de que se han disparado armas son los orificios en una camioneta de los ejidatarios de la otra campaña atacada la noche del lunes, horas antes del trágico desenlace. Funcionarios del gobierno han reconocido que esos disparos salieron del lado de los evangélicos.