jornada


letraese

Número 157
Jueves 6 de agosto
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus




Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


reseña

La multiplicación de las pantallas
La pantalla global, cultura mediática y cine en la era hipermoderna.
Gilles Lipovetsky y Jean Serroy, Anagrama, México, 2009.


En La pantalla global, el sociólogo francés Gilles Lipovetsky, en coautoría con el crítico de cine Jean Serroy, explora el impacto de la multiplicación de los dispositivos audiovisuales en la vida cotidiana, y el modo en que ésta se ha transformado en un espectáculo de consumo masivo.

El fenómeno es avasallador: la realidad necesita ser filmada y transmitida en las pantallas a fin de poder considerarse algo real. Se multiplican así los reality shows, la invasión de la vida privada o el acceso de millones de personas a un evento determinado en un mismo momento (olimpiadas, entrega del Óscar, atentados como el del 11 de septiembre), y todo concurre a transformar la experiencia diaria en un espectáculo de masas.

Durante más de medio siglo, la pantalla cinematográfica mantuvo su hegemonía en la imaginación de millones de espectadores, privilegio que después le disputaría la pantalla televisiva. Hoy asistimos a una multiplicación de pantallas que literalmente se han apoderado de todos los espacios de nuestra cotidianeidad y de lo que alguna vez pudo considerarse un espacio privado. Pantallas planas de televisión y pantallas de cine, pantallas en la computadora, la cámara digital, el ipod o el teléfono celular; acceso instantáneo a sitios interactivos, exposición en los chat rooms, abandono exhibicionista o voyeurista en los blogs y en el Facebook, agendas electrónicas, videojuegos, dispositivos de vigilancia, poderío del YouTube, subrogación de la intimidad y adhesión a lo visual colectivo.

Todo lo anterior ha tenido repercusiones importantes en la manera de construir las narrativas personales, también en los mecanismos de producción de películas de ficción o documentales. El ritmo vertiginoso y entrecortado del videoclip se ha instalado en la publicidad y en el relato fílmico moderno. Los autores refieren la cronología de estos cambios y concluyen que la tiranía de esta imagen fragmentada y diversificada, lejos de empobrecer al cine le plantea un reto nuevo: responder con inteligencia a una cinevisión global más democrática y participativa. [Carlos Bonfil]


Sor Juana en voz de mujer
Yo, la peor
Mónica Lavín, Grijalbo, México, 2009.


La angustia de no poder realizarse como ser humano en una sociedad pensada para los hombres es la mayor mortificación de Juana Inés. Su amor por los libros y el conocimiento son impensables para el modelo de vida de la época. Sin embargo, ella decide proseguir con su idea de vida y se convierte en Sor Juana Inés de la Cruz.

Los primeros días de Juana en Nepantla, la relación con sus hermanas, sus nanas, su maestra Refugio, su viaje a la Ciudad de México, su roce con la alta sociedad novohispana y su cercanía con la virreina influyen en su vida cotidiana, que al paso del tiempo permite construir un legado.

Muchas páginas se han escrito en torno a la monja jerónima, quien gracias a la permisividad de su amiga María Luisa para llevar sus textos a Europa, logró que su obra, elaborada en un pequeño rincón en el convento de San Jerónimo, demostrara tener la calidad de trascender fronteras y alcanzar la inmortalidad.

Mónica Lavín, en Yo, la peor, decide dibujar por medio de figuras literarias una de las vidas más complejas en el México virreinal, la de Sor Juana, desde la perspectiva de las mujeres. Muchas de las féminas que compartieron algún momento con ella trazan, desde su perspectiva, momentos relevantes en la vida de la escritora.

Asomarse a las intimidades del Palacio Virreinal, la interacción de las cortesanas con los comerciantes y la doble vida de muchas personas escudadas en sus buenas costumbres, trazan el escenario y el momento en que Juana Inés deslumbra a propios y extraños con sus conocimientos e inquietudes en torno al funcionamiento del mundo.

Yo, la peor permite conocer la mirada femenina novohispana y ofrece resquicios por los cuales mirar la intimidad de la sociedad virreinal, para así comprender el entorno en el que se desenvolvió la poetisa, quien, silente en el texto literario, como su existencia en el convento, no pierde ese misticismo que permanece hasta hoy. [Leonardo Bastida]

S U B I R