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Denuncian cálculos erróneos, falta de pago de semanas laboradas y cobro de impuestos

Viven un calvario mujeres pensionadas y electricistas que buscan cobrar finiquitos
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de octubre de 2009, p. 7

Cientos de trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que decidieron cobrar su liquidación han encontrado cálculos erróneos sobre el monto que les corresponde y omisiones en el pago del salario de las últimas dos semanas de labores. En tanto, las mujeres que reciben pensión alimentaria siguen sin poder cobrar la parte que les corresponde de la indemnización de sus ex esposos.

Además de que con la extinción de LFC nos dejaron sin trabajo y nos dieron un golpazo emocional y sicológico, para cobrar la liquidación te humillan, te hacen dar vueltas y vueltas de una oficina a otra, traer papeles y papeles, y lo único concreto es la desinformación y la confusión.

Así describieron varios trabajadores el vía crucis que viven en su intento por recibir sus cheques de liquidación.

Entrevistados mientras hacían fila (algunos durante tres horas) en la oficina ubicada en el número 318 de la avenida México-Coyoacán, varios electricistas denunciaron que los montos que les ofrecen están rasurados y las personas que los atienden argumentan que los descuentos son por concepto de impuestos.

El abogado laboralista Manuel Fuentes señaló que si bien la Ley Federal del Trabajo no prevé la imposición de gravámenes en las liquidaciones, existe una jurisprudencia avalada por la Secretaría de Hacienda y les llegan a descontar hasta 30 por ciento del monto que les corresponde. Hay patrones que asumen este pago de impuestos, otros no.

Pero no sólo los empleados de LFC van de un lado a otro elaborando escritos y oficios para que los localicen en el sistema de cómputo, también ex esposas de los trabajadores sufren el maltrato del gobierno. Algunas denunciaron que llevan más de 14 días sin cobrar la pensión alimentaria y carecen de lo indispensable para mantener a sus hijos.

Adriana Maya, madre de un menor de cinco años, refirió que en las oficinas de Chimalhuacán, en el estado de México, la enviaron al Distrito Federal y viceversa. “Estoy una vez más de vuelta para acá y no he logrado nada. Quiero saber si puedo cobrar. Estoy separada; él (su esposo) no quiere cobrar y me dice que resista; pero cómo decirle a un niño ‘resiste’ cuando no hay comida; quiero saber si yo puedo cobrar aunque él no lo haga.

Lo que hicieron fue criminal; nada más consideraron a 44 mil empleados y no a las mamás ni a los menores que se quedan sin alimento.

Gabriela Orozco exigió que le aclararan cómo puede cobrar la pensión alimentaria para su hijo. Estuvo formada tres horas y cuando entró a la oficina, en menos de cinco minutos le recibieron sus documentos y le dieron un teléfono para que llamara después.

Mi ex marido no quería cobrar, pero ya lo hizo y no me avisó. No sé si le descontaron lo que corresponde a su hijo y ahora tengo que arreglar esto sola. Me tenían que dar 20 por ciento de su liquidación. Debo pagar renta, colegiatura y servicios, y no recibo nada desde el 8 de octubre.

María de la Luz Calderón dijo que tampoco ha recibido su pensión y no aparece en las listas del banco donde le pagaban. Nos dan mal la información. En mi caso, mi marido (está separada) ya cobró y dice que no le descontaron lo mío.

Eduardo Delgadillo, con ocho años de antigüedad en LFC, y Juan Ruiz, con 17, afirmaron que las cuentas realizadas con base en los años que han laborado no corresponden con lo que les ofrecen. Los encargados de la liquidación explican que es por el cobro de impuestos.

Expusieron que no se incluyen las últimas dos semanas que trabajaron ni las vacaciones pendientes de disfrutar.

Insistieron en que las liquidaciones no son abultadas, como se dice. De aquí no vamos a salir millonarios, señaló Ruiz, quien calificó el proceso de cruel y engorroso. Llevamos dos semanas de papeleo estéril.

Joel Jiménez, quien laboraba en la central Necaxa y tiene 19 años de antigüedad, manifestó que el bono prometido te lo quitan por los impuestos; están haciendo cuentas brujas.

Rosendo Martínez Luna, jubilado de LFC, quien trabajó 30 años en la empresa, planteó que son más de 5 mil las mujeres que reciben pensión. Muchas son de edad avanzada y las traen de un lado a otro, a pesar de que algunas viven en otros estados.