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No se puede resolver el problema a punta de Robocops: David Razú

Critican diputados uso de policías contra ambulantes en el Centro
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de mayo de 2010, p. 41

Diputados locales cuestionaron ayer el uso de elementos policiacos con equipo antimotines para cuidar el Centro Histórico y evitar que regresen a las calles los vendedores informales, y se pronunciaron porque se explote el diálogo entre las autoridades capitalinas y los representantes de ese gremio para encontrar una salida adecuada para ambas partes.

Alejandro Sánchez Camacho, vocero de la fracción mayoritaria del PRD en la Asamblea Legislativa, manifestó que es un exceso recurrir a los uniformados para contener a los vendedores. Por el contrario, dijo, debería revisarse el programa que impide ejercer el ambulantaje en esa zona y optar por el diálogo entre las partes.

En entrevista, Sánchez Camacho dijo que optar por la fuerza a lo único que conducirá es a que veamos, lamentablemente, escenas de patizas y corretizas contra los ambulantes.

David Razú, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ALDF, expresó que “no se pueden resolver ese tipo de asuntos a punta de robocops”, por lo que también se pronunció por la civilidad y el diálogo, lo que ayudará a que la ley se cumpla.

Durante el transcurso de este domingo fue posible ver en calles del Centro Histórico que, a pesar de los 400 policías que se desplegaron en esta zona, siguió la presencia de ambulantes y la prestación de servicio de bicitaxis irregulares.

En calles como Moneda, Correo Mayor, 16 de Septiembre, Motolinia, Corregidora y la parte oriente de la catedral, los vendedores ofrecen su mercancía tendida sobre bolsas o grandes sábanas negras, que les permiten levantarlas en cuestión de segundos.

La distribución de individuos que se desempeñan como indicadores, quienes portan teléfonos Nextel con radio, evita la remisión de vendedores a los juzgados cívicos y la pérdida de mercancía, aunque también son apoyados por jóvenes que con un simple silbido alertan a los comerciantes, que de inmediato se pierden en los ríos de gente que recorren las calles del Centro o acuden a comprar o comer en los negocios establecidos.