Polokwane, 24 de junio. La selección de Paraguay logró superar la primera ronda en mundiales, por cuarta vez en ocho participaciones, tras empatar este jueves sin goles con Nueva Zelanda y finalizar invicta en el grupo F de Sudáfrica 2010, con cinco puntos.

Por su parte, el conjunto de Oceanía sumó tres unidades, también sin perder, pero se despidió de la competición, ya que Eslovaquia derrotó a Italia y quedó en segundo lugar de la zona con cuatro unidades.

Después de todo el misterio en la previa, el técnico de los guaraníes, Gerardo Martino, dispuso una formación con tres cambios respecto del partido contra los eslovacos. Óscar Cardozo remplazó a Lucas Barrios; Julio César Cáceres ocupó el lugar del lesionado Antolín Alcaraz, y apostó a la experiencia de Denis Caniza en detrimento de Carlos Bonet.

No obstante, Paraguay plantó un sistema parecido al del encuentro ante Eslovaquia. Una línea bien definida de tres delanteros y los volantes Enrique Vera, Cristian Riveros y Cáceres fueron responsables del traslado de la pelota y de la recuperación.

Incluso, el planteo defensivo de Nueva Zelanda invitó al propio Vera a convertirse en un cuarto delantero en cada ofensiva de los sudamericanos.

Aún así, el equipo albirrojo estuvo demasiado lento en las transiciones y se complicó con la ordenada defensa de los kiwis. Los conducidos por Ricki Herbert iniciaron el encuentro con un 4-3-3 y rápidamente retrasaron a uno de sus delanteros para formar dos líneas de cuatro con plena vocación defensiva.

Los paraguayos lograron llamar la atención del arquero Mark Paston exclusivamente con disparos lejanos. Nelson Haedo Valdez estuvo desconectado con Roque Santa Cruz y se repitieron las imprecisiones en el manejo de juego del mediocampo.

Un disparo aislado de Shane Smeltz representó el único peligro de Nueva Zelanda en la primera mitad, mientras Caniza fue el hombre más peligroso de su equipo, ya que sorprendió con dos disparos desde fuera del área que pasaron cerca del arco rival.

Además, los guaraníes sumaron un problema de cara a la próxima etapa, ya que Cáceres recibió su segunda tarjeta amarilla en el torneo y se perderá el partido de octavos de final.

Durante el complemento, los oceánicos ni se inmutaron por la obligación de la victoria para seguir con vida en la competición. Conservaron su línea de volantes bien pegada a la defensa y bloquearon los desbordes por las bandas de la albirroja.

Un disparo apenas desviado de Simon Elliot fue contrarrestado por el tiro libre de Cardozo por encima del travesaño.

Se mantuvo la misma sintonía de la primera parte: los paraguayos volcados en busca de la victoria y Nueva Zelanda replegado en su campo y en espera de un milagro.

Una de las jugadas más claras del partido se produjo al minuto 62, cuando Cáceres dominó la pelota dentro del área rival después de varios rebotes y su disparo se desvió en la pierna de Ryan Nelsen en el área chica.

Los ingresos de Lucas Barrios y Édgar Benítez dieron oxígeno al ataque paraguayo. De hecho, el delantero del Borussia Dortmund envió una volea desviada dos minutos después de entrar al terreno de juego.

Sobre el final, el propio Barrios desperdició dos ocasiones clarísimas dentro del área y el partido murió en la igualada.