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La cancelación del Año de México en Francia impide mostrar Nuestros silencios en París

No puedo someterme a la voluntad del presidente francés, dice el artista Rivelino

No llevará a la ciudad luz su instalación monumental, que ha recorrido Europa, manifiesta a La Jornada

Las obras permanecen en Rotterdam, en espera de una posible escala en Moscú

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Luego de su exhibición en Londres, 10 esculturas de gran formato y una caja táctil de Rivelino ocupan una plataforma en el puerto de Rotterdam, HolandaFoto Cortesía del artista
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de febrero de 2011, p. 4

Con motivo de la cancelación del Año de México en Francia, el artista mexicano Rivelino no llevará a París su instalación escultórica monumental Nuestros silencios.

El proyecto de Rivelino (San José de Gracia, Jalisco, 1973) es un esfuerzo independiente que lleva un año tres meses de gira por Europa, pero hace 10 meses se incorporó a la iniciativa franco-mexicana. Incluso iba a ser una de las actividades principales, ya que las 10 esculturas y una caja táctil arribarían a París el primero de marzo por una vía espectacular: el río Sena. Nuestros silencios ya ha recorrido Lisboa, Madrid, Bruselas, Postdam, Roma y Londres; París sería la última escala, aunque originalmente iba a ser la tercera.

Luego de esa cancelación, existe la posibilidad de que el conjunto vaya a Moscú, en mayo.

Terminada su estancia londinense en los jardines del Parlamento británico, las obras fueron trasladadas al puerto de Dover, donde las embarcaron en ferry rumbo a Calais, Francia. De allí viajaron vía terrestre a Rotterdam, donde en un astillero de este puerto fueron montadas y fijadas en una plataforma de 50 metros de largo por 12 de ancho, para resistir un periplo marítimo y fluvial de 14 días antes de arribar al muelle de Champs Elysees, a un lado del puente Alejandro III.

Vía telefónica desde Rotterdam, Rivelino expresa que pasó el 14 de febrero trabajando en la plataforma, colocando las esculturas. Iba conforme a la agenda hasta que oí la declaración del presidente francés; decidí detenerme porque no sabía muy bien qué iba a desatar eso o a qué me iba a enfrentar. También esperaba la comunicación mexicana para tener las dos y tomar una postura.

Al día siguiente, el artista terminó de limpiar y dar una pequeña restauradita a las esculturas. Eso hice en lo que también exploré otras posibilidades. No puedo estar sometido a estos avatares voluntariosos del presidente francés. El 16 de febrero debía partir de nuevo al Canal de la Mancha rumbo a Le Havre, arribo que fue calculado para el día 24. En dicho puerto la plataforma sería convertida en un espacio de exhibición pública para emprender los días 26, 27 y 28 su recorrido fluvial de aproximadamente 370 kilómetros con una sola escala en Rouen.

Angustia, enojo y desilusión

En comunicación directa con ProMéxico (instancia encargada de la parte mexicana de llevar a cabo el Año de México en Francia) en la ciudad luz, Rivelino reitera que lo de París ya no va a funcionar. Había más de 150 personas implicadas, en su mayoría franceses.

Respecto de las posibilidades de quedarse con 10 esculturas de bronce, de 3.50 x 2.30 x 1.10 metros cada una, sobre una plataforma en el astillero de Rotterdam, Rivelino dice: Al ser uno de los proyectos realmente fuertes con que se iba a abrir el Año de México en Francia, ya tenía reservados los puertos, lo que me permite estar todavía con las esculturas sobre la plataforma. Aclara que todos los pagos los manejaba obviamente la institución del Año de México en Francia en los dos países. En rueda de prensa, realizada en México el pasado 8 de febrero, trascendió que el fondo mixto firmado por ambos gobiernos para financiar los proyectos seleccionados que así lo requerían, ya había aportado 75 mil euros para Nuestros silencios.

–Pero, ¿hasta cuándo podrá estar con la obra en la plataforma en Rotterdam?

–Esta semana, y en el caso de que no pudiera tener una opción viable para el proyecto, por lo menos en los próximos tres meses, tendría que almacenar la obra en una bodega hasta que se acercara la fecha de Moscú.

Rivelino mantiene contacto permanente con la Secretaría de Relaciones Exteriores, dependencia que, afirma, siempre lo ha apoyado, dado que se trata de un asunto muy conplejo. En cuanto a su estado de ánimo, el artista dice que el 14 de febrero fue un día triste. Pasé de la angustia al enojo y finalmente, como supongo que sintieron muchos mexicanos, a la desilusión. No suelo ser una persona que se rinda fácilmente y de inmediato me voy a dedicar a seguir adelante.

Las exposiciones programadas para el Año de México en Francia, aclara, valían mucho la pena y deben darse aunque sea en otro contexto.