Miami, 3 de abril. En un partido digno de una final, el tenista serbio Novak Djokovic, segundo favorito, venció al español Rafael Nadal, primera raqueta del mundo, por 4-6, 6-3 y 7-6 (7-4), y conquistó el título del torneo Masters 1000 de Miami.

El dos del orbe, monarca también en 2007, elevó a 24 los triunfos en la temporada, incluido el de la final en Indian Wells hace dos semanas también, ante el hispano.

“Es increíble, realmente increíble ganarle al mejor jugador del mundo en tie-break”, dijo Djokovic al concluir el partido, y agregó: No hay duda que es un jugador mentalmente muy fuerte, agresivo y compacto.

Para el serbio fue su noveno triunfo frente cinco reveses en cancha dura, aunque sigue detrás, 9-16, en enfrentamientos personales contra Nadal.

“Rafa jugó muy bien el primer set”, dijo el ganador sudando copiosamente después de 3:30 horas en la cancha, que convirtió el partido en el enfrentamiento más largo en Miami.

Pero pude manejar el partido en el segundo set y después hubo realmente de todo. Estoy muy satisfecho por la victoria, abundó.

El encuentro tuvo matices diferentes y resultado idéntico al de Indian Wells. Allá y aquí los dos primeros sets fueron iguales. Nadal se impuso en el primero (6-4) y Djokovic en el segundo (6-3), pero el cierre en Miami exigió que ambos extrajeran todas sus virtudes y reservas físicas.

Primer set para el español

Nadal ganó el primer set aprovechando la eficacia del servicio y los errores no forzados de Djokovic, principalmente en las devoluciones de revés. Fue un arranque con inferior dramatismo a lo esperado por las fallas del invicto serbio.

“Arriba Rafa”, gritaban los partidarios de Nadal tras concluir cada jugada; Vamos, tú puedes. Estamos contigo.

En el segundo, Djokovic hizo mejor uso de su revés, combinó con mayor efectividad y obligó a Nadal a jugar más tiempo por la derecha, lo que le permitió emparejar el partido, no sin antes evidenciar su disgusto al tirar la raqueta cuando tenía ventaja de 3-0.

Entonces aparecieron en los graderíos banderas serbias, gritos y carteles en respaldo a Djokovic.

Al tercero llegaron igualados 4-4, cada uno llevándose el punto con el servicio.

Nuevamente Nadal puso el marcador 5-4 en su favor utilizando su agresividad y consistencia, mientras Djokovic daba muestras de debilidad y erraba algunos tiros no forzados, pero no tiraba la toalla y volvió a empatar el marcador 5-5 cuando el reloj marcaba tres horas de juego.

Empatados 6-6, el tie-break resultó un rompecorazones para los seguidores de Nadal, quien cometió doble falta cuando iban 2-2. Ese error decidió el destino del encuentro y la victoria de Djokovic, invicto en 2011 con triunfos además en el Abierto de Australia, en Dubai e Indian Wells.