Economía
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No es normal el crecimiento del crédito en México

Hay un ambiente de entusiasmo que no veíamos el año pasado

La banca tiene capital y solidez como para atender toda la demanda de crédito que llegue y porque el nivel de bancarización permite que haya una demanda más alta. Ahora los índices de cartera vencida son bastante buenos y las carteras están controladas

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El presidente de la filial mexicana de Santander, Marcos Martínez Gavica, en entrevista con La JornadaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de abril de 2011, p. 30

El crédito a empresas y familias comenzó a crecer en el país a un ritmo que no es normal. Marcos Martínez Gavica, presidente de la filial mexicana de Santander, expone: lo que está pasando en este momento no es usual. Se refiere al hecho de que, después de la pausa marcada por la crisis de 2009, el financiamiento bancario repunta ahora a una tasa que cuadruplica la de la economía en conjunto. No es normal, insiste.

Esta semana se realiza en Acapulco, Guerrero, la 74 convención bancaria, que reúne a los directivos de las instituciones financieras con actividad en el país y a las autoridades y reguladores del sector. Para el viernes está anunciada la presencia como orador principal de Luiz Inacio Lula da Silva, ex dirigente del Partido de los Trabajadores de Brasil, quien el primero de enero pasado dejó de ser presidente de su país.

La cita anual de los directivos bancarios y las autoridades financieras ocurre en un momento en que el financiamiento comienza a retomar el ritmo perdido por la crisis de 2009. En los años previos a la crisis más reciente, entre 2003 y 2007, la cartera de crédito de la banca creció a un promedio anual de 18 por ciento. Entre 2008 y 2009 lo hizo a un ritmo de 4.8 por ciento y en 2010 aumentó en torno a 10 por ciento, según datos del Banco de México (BdeM).

En entrevista con La Jornada, Marcos Martínez Gavica asegura que la dinámica comenzada a finales del año pasado será más acelerada en los siguientes meses.

Lo que ocurrió en 2008 y 2009 fue una pausa en el crecimiento del crédito en términos generalizados, y específicamente en tarjeta de crédito, apunta. Ahora se está retomando el crecimiento en todos los sectores. Pero sí, lo que está pasando en estos momentos no es usual, que la expectativa que tienen los bancos sobre el crecimiento de crédito esté entre 15 y 20 por ciento, y nosotros en particular lo tenemos en 20 por ciento para este año; es varias veces lo esperado para la economía. Es una muy buena noticia, pero no es normal.

La Secretaría de Hacienda calcula que este año la economía crecerá entre 4.5 y 5 por ciento.

La más reciente crisis financiera y económica tuvo como epicentro el sistema financiero en Estados Unidos, el país con el que México guarda más dependencia en términos de flujos de comercio como de inversiones. Marcos Martínez destaca en la entrevista que la desaceleración de la actividad productiva en el mundo, que en México provocó la contracción económica más pronunciada en ocho décadas, sin ninguna duda acaba pegando en la demanda de crédito; eso es inevitable.

El también ex presidente de la Asociación de Bancos de México añade: En México cayó la demanda de crédito (por la crisis), pero aquí no ocurrió una crisis de deudores, aunque hubo industrias que la pasaron muy mal, como la turística o la exportadora de manufacturas a Estados Unidos. Pero no hubo una quiebra generalizada. De hecho supe de muy pocos negocios que tuvieron que dejar de operar. La mayor parte, con una restructura ahí están; e incluso muchos sin esa restructuración.

–¿A qué atribuye la tasa de crecimiento del crédito? ¿Puede estar relacionada con la poca penetración del financiamiento en la economía?

–Sí, porque la banca tiene capital y solidez de balance como para atender toda la demanda que le llegue y porque el nivel de bancarización (porcentaje de la población usuaria de servicios bancarios) permite que haya una demanda más alta. La combinación de que la banca tiene dinero para atender la demanda y que el país está creciendo a mayor ritmo que la mayor parte de las economías del mundo, da una combinación muy buena para que el crédito crezca a los ritmos actuales.

–¿Cómo cuida la banca que el aumento del crédito en los últimos 10 o 12 meses no genere problemas posteriores? ¿Ven algún segmento en que los créditos se vayan a atorar en el pago? ¿Qué actividades vigilan más?

–En términos generales de la banca veo unos índices de cartera vencida bastante buenos y unas carteras muy bien controladas. En el caso de Santander, que históricamente tenemos la mejor calidad del mercado, la seguimos manteniendo. Los crecimientos porcentuales tan altos en el crédito no han sido a costa de un deterioro en la cartera vencida. No veo foco rojo en ningún lado en el mercado, y en nuestro caso menos.

–¿En qué sectores considera que habrá mayor demanda de crédito?

–Veo un incremento prácticamente en todos los sectores y en todos los segmentos. Hay un ambiente positivo y de entusiasmo que no veíamos el año pasado. El panorama es de crecimiento, de confianza de las empresas, de las personas en general, como animándose a hacer cosas. Eso hace que se comience a mover la economía más rápido. Nosotros el año pasado tuvimos crecimientos muy importantes en todo, menos en tarjeta de crédito, por una estrategia del banco. Pero en el resto tenemos crecimientos muy fuertes respecto de la economía y del sistema.

–En el crédito a familias Santander fue quizás el primero de los bancos que desde 2007 comenzó a quitar un poco el pie del acelerador. ¿Cómo están trabajando ahora para dar financiamiento a familias?

–A los clientes del banco les ofrecemos servicios específicos. De hecho ya no los estudiamos, les damos la oferta. Ésa es una forma mucho más efectiva de actuar, con mucho menor riesgo. Si es un cliente que llega por nómina, con más razón porque lo conocemos muchísimo: después de dos o tres meses sabemos muchísimo de él y le podemos armar la combinación de productos que más le convenga. En el banco no está la orientación que en la banca se ha hecho tradicionalmente, que hay que empujar a todos los que veas. Es al revés. Saber qué necesita el cliente y venderle eso. Así va a estar contento de tener lo que quiere y no lo vamos a estar fregando con que si quieres esto lo damos, pero entonces te tienes que llevar no se qué y te ganas una charola.

–La fusión entre Banorte e Ixe desplazó a Santander como el tercer mayor banco por cartera de crédito. ¿Cómo ve esta operación?

–El tamaño importa, pero no es lo único. Si tienes un tamaño suficiente para tener la masa crítica, hasta ahí es lo importante, de ahí en adelante es relativo. Siempre hemos hablado de que el objetivo del banco no es ser el más grande. El mejor, sí. Y tener un buen equilibrio en las carteras, también. Nos sentimos muy bien y seguimos pensando que somos una franquicia muy completa, como puede ser la mejor que haya en el país. Somos una franquicia muy equilibrada, muy bien posicionada, creciendo en la parte que nos interesa, que es banca comercial. Como nuestro objetivo es ser el banco de referencia nos sentimos muy cómodos.

–No ha sido por ahora el caso de Santander en España, pero la banca española atraviesa por dificultades. ¿Tendrá eso algún efecto en las operaciones de las franquicias en México?

–No. Afortunadamente en nuestro grupo pasan tres cosas. La primera es que por sus criterios de riesgo de crédito y sus controles fue de los bancos grandes el mejor librado, sin duda. De hecho salió fortalecido y no perjudicado. Segundo, somos un banco con muy buena diversificación y con la presencia mayor en Latinoamérica. Somos el banco líder en la región por mucho. Tenemos una penetración un poco superior a 10 por ciento en toda la región y el que nos sigue debe tener la mitad. Al mismo tiempo que es un banco de origen español, ni en su capital ni en su nivel de negocio es mayoritariamente español. Y lo digo no por meterme en temas de nacionales y extranjeros, que no tiene sentido. Lo digo porque España es un foco de atención ahora. España representa menos de 20 por ciento de la utilidad y ésa es la solidez de la diversificación. Una tercera es que nuestro banco no tiene operaciones más que los acuerdos de dividendos entre compañías. Somos bastante autónomos en nuestras operaciones. Entonces, ni cuando le sobraba dinero a España nos lo mandaba a ver qué hacíamos con él, ni cuando le falta dice mándame.