Kabul, 3 de abril. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, solicitó hoy a su homólogo Barack Obama y al Congreso de Estados Unidos que actúen para que una quema de Corán como la que efectuó el 20 de marzo un pastor evangélico en Florida no se reproduzca más, mientras las protestas por este hecho continuaron hoy en el país invadido con saldo de tres muertos y 40 lesionados en la provincia de Kandahar.

Karzai habló en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, a la que asistieron los representantes de la embajada estadunidense, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad. David Petraeus, en un comunicado condenó la quema del Corán hecha por Terry Jones, pastor de la ciudad de Gainsesville, hace dos semanas.

Las protestas en Afganistán por la quema de un ejemplar del Corán han dejado 24 muertos, entre ellos siete empleados de Naciones Unidas, luego de un ataque al complejo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Mazar I Sharif, el pasado viernes.

La ONU dijo anoche que esta situación no afectará su presencia y actividades en el país, pero es posible una reubicación de los empleados en función de las condiciones de seguridad.

El gobernador de Kandahar ordenó a todas las fuerzas del orden la seguridad de los manifestantes y los lugares públicos o privados contra los que intentan hacer que las protestas se descontrolen.

En Pakistán, un doble atentado suicida ocurrido en las afueras de un santuario musulmán sufí en la ciudad de Dera Ghazi Jan, provincia de Punyab, cobró la vida de unas 41 personas y dejó lesionadas a 70.

La policía arrestó a dos presuntos cómplices, uno de los cuales planeaba hacerse estallar y fue identificado como Fida Husain, refugiado afgano de 15 o 16 años, proveniente de las zonas tribales.

Los talibanes, que detestan a los sufíes por la interpretación poco ortodoxa del Islam, se responsabilizaron de los ataques, mientras el primer ministro Yusuf Raza Gilani condenó estos actos cobardes de terror.