jornada


letraese

Número 180
Jueves 7 de Julio
de 2011



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Católicas por el Derecho a Decidir


De víctimas a defensoras.
Madres que claman justicia ante el feminicidio

La Declaración de la ONU sobre Defensores de Derechos Humanos identifica a una defensora como la persona o colectivo que promueve o procura la realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos a nivel nacional o internacional.
En México hay un gran número de defensores que promueven los derechos humanos a través de su trabajo y otros surgen por su convicción de promover y apoyar causas justas, como lo plantea Amnistía Internacional.
Otro tipo de defensoras surgen al ser víctimas de violaciones a sus derechos humanos, como las madres de víctimas de feminicidio quienes ante la omisión del Estado, se convierten en defensoras de su propio caso para lograr el esclarecimiento y sanción a los responsables. Algunas van más allá de su defensa y asumen otros casos similares. Ejemplo de esto es el caso de María Antonia Márquez, madre de Nadia Alejandra Muciño, víctima de feminicidio.
Nadia fue asesinada en el 2004 por su pareja Bernardo López y su cuñado Isidro López, en presencia de su hija e hijos de 2, 4 y 5 años de edad respectivamente; únicos testigos del crimen cometido al interior de su casa en el Estado de México.
Según los relatos de los hijos de Nadia, Isidro y Bernardo la introdujeron a la cisterna de la casa y la estrangularon dejándola casi arrodillada. Aún con los testimonios de los niños y la autopsia realizada al cuerpo de Nadia, el caso fue calificado por la Procuraduría como suicidio. Cabe señalar que desde el inicio de su relación, Nadia sufrió diversos episodios de violencia por parte de su pareja, como la privación de su libertad. Cinco años después, un Juez sentenció a Isidro a 42 años de prisión por el homicidio de Nadia. Sin embargo, en un amparo tramitado por el sentenciado, la autoridad ordenó su liberación, sin valorar diversas pruebas, regresando a la hipótesis del suicidio.
Este caso presentó diversas irregularidades tales como que nunca se inició proceso contra Bernardo, las autoridades periciales “extraviaron” la soga con la que fue asesinada, y no sellaron el lugar de los hechos, permitiendo que “accidentalmente” se quemara lo que había en la casa y se lavara la cisterna, entre otras.
Los hechos sucedidos llevaron a María Antonia a asumir un papel activo en la defensa de las víctimas de feminicidio. Debido a la negligencia, omisión y discriminación de género por los operadores jurídicos, María Antonia vivió un doloroso proceso en busca del acceso a la justicia, como a continuación lo narra:
Es muy doloroso ver muerta a la persona que amas y escuchar a las autoridades hacer comentarios hirientes en su contra. Las autoridades no me informaban nada sobre mi caso, sólo decían que estaban investigando y así pasó casi un año a pesar de que la justicia debe ser pronta y expedita. A pesar de que no me permitían ver el expediente, un día pude hojearlo y saber que catalogaban como suicidio la muerte de Nadia. En ese momento empezó mi lucha.
Hice antesala con el subprocurador, que nunca me recibió. Durante un año iba casi todos los días a la procuraduría. Regresaba a casa con ganas de no regresar, pero al siguiente día ya estaba lista para ir a tocar puertas.
A un año de llevar a mis nietos a terapias los seguía viendo mal. Sin embargo, el amor a mi hija y a mis nietos me dio fortaleza. La muerte de Nadia me cambió. Ya no soy un ama de casa sin estudios y con pena de hablar. Hoy no me da miedo exigir mis derechos. Quiero decir a las familias que viven el asesinato de sus hijas que luchen, no importa que las descalifiquen, siempre hay alguien que te escuchará. Que la muerte de tu hija no sea inútil, que sirva para abrirle los ojos a otras personas, pero sobre todo a las mujeres que tienen miedo a dejar a sus parejas violentas, que no se sigan poniendo en riesgo, que le hacen mucha falta a sus hijos y sobre todo a su madre, que es un dolor inmenso su ausencia y que siempre le harán mucha falta.

A 17 años de haberse reconocido el feminicidio en Cd. Juárez y haber propiciado un movimiento de madres defensoras para hacer justicia a sus hijas asesinadas, hoy nos encontramos ante un nuevo movimiento convocado por Javier Sicilia, donde han surgido otros y otras defensoras que claman justicia a sus hijas, hijos, familiares, víctimas de la guerra contra el narcotráfico. Sin embargo, aún cuando la sociedad mexicana está respondiendo a estos movimientos, todavía es urgente que el Estado garantice el acceso a la justicia en México.


S U B I R