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El proyecto del Cinvestav y de Chapingo busca mejorar el fruto por primera vez en 35 años

Investigadores tendrán este año la secuencia genómica del aguacate

El propósito, identificar genes responsables del crecimiento para reducir el tamaño del árbol y hacerlo más resistente a plagas

Esperan ofrecer una nueva variedad al mercado en 2014

Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 16 de julio de 2011, p. 2

Irapuato, Gto. 15 de julio. Antes de que termine el año México concluirá con la secuenciación genómica del aguacate criollo, con la que se podrá obtener, por primera vez en 35 años, un mejoramiento genético del fruto e, incluso, una nueva variedad para el mercado mundial.

El proyecto, que concluye en 2014, cuenta con una inversión de 72 millones de pesos, y es encabezado por especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Autónoma de Chapingo.

Debido a que nuestro país es el primer productor, consumidor y exportador de aguacate en el mundo, con ganancias que superan los 200 millones de dólares anuales, se prevé que el mejoramiento genético del cultivo impacte no sólo en la obtención de un producto de mejor calidad y precio, sino también en sus características. Entre ellas, la generación de aceite natural tanto para su consumo humano como para la elaboración de cosméticos o biocombustibles.

Luis Herrera Estrella, director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Cinvestav-Irapuato, quien encabeza los trabajos científicos para obtener el genoma del aguacate, financiado con apoyo del programa sectorial de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnoogía, indicó que la idea es establecer una referencia genética del fruto y hacer una comparación entre diferentes tipos (criollo mexicano, guatemalteco y antillano), a fin de identificar los genes responsables de su calidad en cuanto a forma, tamaño y consistencia de cáscara.

Una vez concluida esta etapa, agregó, se podrán realizar cruzas de variedades de forma más dirigida y rápida, con la ayuda de otro equipo de especialistas, encabezado por Alejandro Barrientos, de la Universidad Autónoma Chapingo. Consideró que gracias a la aplicación de los conocimientos genómicos se podrá reducir el tamaño del árbol, que alcanza hasta 20 metros de altura, lo que dificulta la recolección del fruto.

Afirmó que árboles de menor tamaño permitirían tener una cosecha más rápida y fácil, además de que se podría tener una mayor densidad por hectárea, lo cual incrementaría la productividad del cultivo. Otro factor que se mejorará es la eficiencia en el uso del agua en la siembra, pues, explicó, se necesitan árboles que requieran de menos líquido para producir. Además se buscará tener un fruto más resistente a enfermedades y plagas.

Mezcla de Hass y criollo

Herrera Estrella destacó que como parte del proyecto del genoma del aguacate, que cuenta con el apoyo de la asociación de productores de este fruto, quienes aportaron 5 millones de pesos para su financiamiento, se prevé obtener la secuenciación genómina de al menos siete variedades más del fruto, entre ellos la del aguacate Hass, que es la más cultivada y consumida a escalas nacional e internacional.

Buscamos, indicó, conocer las características que dan al aguacate sus propiedades de sabor, color, tamaño y calidad de aceite, pues se ha detectado que el aguacate criollo –con cáscara más delgada y de menor tamaño que la variedad Hass– tiene propiedades nutritivas muy importantes y mayor cantidad de aceite que el producto que se comercializa actualmente, pero debido a su fragilidad es muy difícil su transporte y comercialización, por lo que en general es de consumo local. Buscan una combinación de ambos, con un producto de cáscara más gruesa, pero con la pulpa del criollo.

El investigador del Cinvestav-Irapuato, señaló que el genoma del aguacate consta de 900 millones de bases, las cuales deben ser ensambladas como gran rompecabezas del que no tenemos la foto, y en cuyo proceso trabajamos. Vamos a concluir éste antes de que concluya el año, e iniciar en 2012 la secuenciación de otras variedades. La idea es que a finales de 2014, podamos entregar a los productores alguna variedad para que se pruebe en el campo de cultivo.

Agregó que de concretarse una nueva variedad, la patente correspondería al Cinvestav, quien podrá determinar si se licencia para el uso de los productores, o si hay una ganancia en el precio del producto una parte tendrá que destinarse al centro, pues destacó que el Cinvestav-Irapuato ya cuenta con el transcriptoma, que en colaboración con especialistas de la Universidad Autónoma Chapingo, podrán generar nuevas características del fruto, adecuadas a lo que demanda el mercado.