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Extraño a mi familia, a mis amigos y reunirme con personas comunes y corrientes, afirma

Júbilo israelí; Shalit ha vuelto en paz, corean en su aldea

Les traje a su hijo, dice el premier Netanyahu a los padres del soldado en la base Tel Nof

La derecha, inconforme con el intercambio; Ehud Barak habla de repensar estas situaciones

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En imagen del ministerio israelí de Defensa, Gilad Shalit con su padre, Noam, en la base aérea de Tel NofFoto Ap
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Familiares reciben a Khaled Muhasen, palestino excarceladoFoto Xinhua
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Algarabía en Mitzpe Hila, el pueblo del soldado israelí Gilad Shalit liberado ayerFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de octubre de 2011, p. 25

Mitzpe Hila, Israel., 18 de octubre. Apenas pasadas las 10 horas, segundos después de que la pequeña multitud que observaba la gran pantalla de televisión al aire libre en la esquina del hotel Shalits comenzó a agitarse y aplaudir, Dor Peled, de 25 años, tuvo por cierto que su buen amigo desde los siete años de edad volvía por fin a casa.

Interrumpiendo una conversación, caminó hacia la pantalla a tiempo para presenciar, transfigurado, cuando la televisión israelí mostró las primeras tomas de video de Gilad Shalit en suelo egipcio, con la misma gorra de beisbol y la camisa de cuello abierto que vestía cuando salió de Gaza. Luego de varios minutos de silencio, Peled dijo: me brinca el corazón. Es asombroso. Se ve delgado, pero es bueno verlo caminando.

Pasarían otras seis horas y media antes que dos helicópteros de la fuerza aérea israelí –uno con Gilad Shalit y sus padres, Noam y Aviva– aparecieron zumbando en vuelo bajo contra un cielo cada vez más oscuro sobre Mitzpe Hila, aldea en la cima de una colina en el oeste de Galilea. Y otros 30 minutos para que el largo convoy con su escolta de policías en motocicleta entrara por la carretera flanqueada por los cada vez más emocionados pobladores de la aldea, algunos ondeando ramos de rosas blancas y cantando Gilad ha vuelto en paz.

A través de las ventanas oscurecidas de la primera de las tres camionetas se alcanzó a ver al pálido sargento primero, rango al cual fue promovido en ausencia, sentado entre sus padres, antes que el convoy virara a la izquierda entre los vítores de la multitud, hacia el hogar del que partió por última vez siendo un cabo conscripto de 19 años, hace más de cinco.

Este día trascendental para Israel y sus territorios ocupados ha fortalecido significativamente, a corto plazo, tanto al primer ministro Benjamin Netanyahu como a Hamas, la hasta ahora repudiada fracción islámica palestina que tuvo en prolongado cautiverio al sargento Shalit.

Para Dor Peled, el retorno –y el intercambio por más de mil prisioneros palestinos que lo hizo posible– fue una reivindicación. Siempre estuve seguro de que estaba bien y volvería, afirmó.

Queda por ver hasta dónde está bien, después de su confinamiento en Gaza tras ser capturado por militantes en el lado israelí de la frontera, en junio de 2006. Poco después de su liberación, Shalit apareció en la televisión egipcia, en una entrevista que estremeció a su gobierno, según declaró un funcionario israelí a la agencia Ap.

Tenía en mente esta esperanza, dijo en hebreo. Sentí que llevaría tiempo, pero que podía ocurrir. He tenido esa sensación todo el mes. Luego de describir su condición como buena, explicó que, si bien vivió en aislamiento, había tenido suficiente contacto con el mundo exterior para saber que su familia trabajaba para su liberación. Y dijo a su entrevistador egipcio que le alegraba que también cautivos palestinos fueran liberados.

Al recordar su tiempo en cautiverio, describió su anhelo de ver a sus seres queridos. “Desde luego extraño mucho a mi familia –dijo–. También a mis amigos, y reunirme con personas comunes y corrientes, hablar con ellas, contarles de mi experiencia de todos esto años que estuve cautivo.”

Oficiales militares señalaron, luego de exámenes médicos en la base aérea Tel Nof, en el sur de Israel, que estaba en buenas condiciones, aunque mostraba ciertos signos de desnutrición y falta de exposición a la luz solar.

Más tarde, Noam Shalit salió brevemente de su casa para decir a los reporteros que su hijo gozaba de buena salud en general, pero necesitaba tiempo para recuperarse. Sufrió heridas de metralla durante el secuestro, en el que perecieron dos compañeros de la tripulación de su tanque. Dijo que el trato que le dieron sus captores, malo al principio, mejoró más tarde.

“Naturalmente no se le puede exponer a tantas personas porque estuvo aislado muchos años y no podía interactuar con personas en su idioma, y sólo podía comunicarse con sus captores y guardias –añadió Noam Shalit–. Lo primero que hicimos cuando Gilad llegó a casa fue tener una comida en familia.”

En horas más tempranas, la comunidad local aplaudió en repetidas ocasiones las imágenes del sargento Shalit que pasaban una y otra vez en una pantalla improvisada. Las palabras de Netanyahu al recibirlo fueron acogidas con respeto, pero sin emoción. La pantalla lo mostró saludando al soldado liberado en la base de Tel Nof, y diciendo a los señores Shalit que él les había traído a su hijo.

Los partidarios derechistas de Netanyahu no estuvieron muy de acuerdo en liberar a militantes que tenían las manos ensangrentadas. El ministro de Defensa, Ehud Barak, si bien expresó beneplácito por el retorno de Shalit, añadió que Israel necesita repensar el modo de atender el tema de los soldados capturados.

En Mitzpe Hila, sin embargo, no hubo tales reservas. No había forma de que no lo apoyáramos, al precio que fuera, comentó Karen Asscher, de 50 años, madre de mellizos de cinco años.

“Entiendo los sentimientos de las familias cuyos miembros fueron asesinados por los prisioneros liberados, pero, como dijo Noam: ‘Mi hijo está vivo y no voy a renunciar a él’.”

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya