Ciencias
Ver día anteriorMartes 29 de mayo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El fenómeno, esperado con ansia por expertos y aficionados, no volverá a ocurrir en 105 años

Venus pasará entre la Tierra y el Sol el 5 y 6 de junio próximo

En unas siete horas la sombra de ese planeta atravesará el disco solar; podrá observarse a simple vista con lentes protectores

Menos espectacular que un eclipse, aporta mayor información a los científicos

 
Periódico La Jornada
Martes 29 de mayo de 2012, p. 2

París, 28 de mayo. Entre el 5 y el 6 de junio próximo, el Lucero del Alba pasará entre la Tierra y el Sol, alineación excepcional que no se volverá a ver antes de 105 años y que todos los astrónomos aficionados y expertos en astrofísica esperan ansiosos.

Es ahora o nunca, advierte la revista británica Physics World en su número más reciente, pues ese fenómeno no volverá a ocurrir hasta diciembre de 2117.

El 5 de junio a partir de las 22:09 GMT, y durante cerca de siete horas, un lunar negro 32 veces más pequeño que el Sol, la sombra de Venus, atravesará el disco solar y podrá contemplarse a simple vista, pero con lentes lentes protectores adaptados como los que se utilizan para los eclipses.

Sin embargo, sólo podrá observarse desde algunas partes del planeta a la puesta o a la salida del Sol.

En París, por ejemplo, no se podrá ver la llegada de Venus, ya que el Sol se habrá puesto para entonces. Sin embargo, se podrá observar durante una hora a partir de la salida del astro, el 6 de junio a las 5:50 horas locales.

Aunque es menos espectacular que un eclipse, el tránsito de Venus proporciona una riqueza de información mucho mayor para los científicos.

Gran momento para los astrónomos

Desde hace varios siglos, el paso de Venus por delante del Sol es un gran momento para los astrónomos y no va a ser diferente en 2012, oportunidad excepcional, resume Claude Catala, presidente del Observatorio de París.

Como este fenómeno se produce dos veces separadas por ocho años en un siglo, antes de la vez anterior, en junio de 2004, ningún astrónomo vivo había podido estudiarlo.

Después de que el matemático alemán Johannes Kepler predijo el fenómeno, sólo cinco alineaciones de Venus con el Sol han podido ser estudiadas por los astrónomos occidentales: en 1639, 1761, 1769 y 1874 y la más reciente en 1882.

En el Siglo de las Luces, la llegada de Venus a la línea del Sol suscitó gran entusiasmo en las grandes naciones, con el envío, varios años antes, de costosas expediciones marítimas al océano Índico o al Pacífico.

Estaba en juego mucho, pues la alineación permitía calcular con mucha precisión, por trigonometría, la distancia entre la Tierra y el Sol.

Y es que, si ahora se conoce a la perfección esta unidad astronómica (unos 149 millones 597 mil 870 kilómetros), fácilmente medible con ayuda de satélites, entonces era imposible calcularla directamente sin utilizar un objeto celeste como Venus.

A su paso en 2004, centenares de estudiantes y astrónomos aficionados calcularon de nuevo las medidas de sus ilustres predecesores, como el explorador británico James Cook o el francés Cassini en el siglo XVIII, recuerda Jean-Eudes Arlot (CNRS/Instituto de Mecánica Celeste y de Cálculo de Efemérides).

Gracias al progreso técnico (GPS, cronómetros, etcétera) lograron mayor precisión en las medidas que los astrónomos profesionales de la época.

Las observaciones de 2004 también permitieron a los científicos afinar sus armas para el segundo paso de Venus. En 2012 se sabe que se puede distinguir la atmósfera del planeta, mientras antes de 2004 se pensaba que era imposible, dijo Arlot.

El estudio de la atmósfera venusiana permitirá las comparaciones con las de los exoplanetas potencialmente habitables. Los astrónomos franceses han organizado una expedición científica internacional para estudiarla desde nueve puntos diferentes del Pacífico, de Asia o América, con ayuda de aparatos llamados citerógrafos (del griego Kitera, uno de los nombres de la diosa Venus o Afrodita), especialmente desarrollados para esta ocasión.

También se podrán utilizar los telescopios existentes, al igual que la sonda europea Expreso Venus, el telescopio espacial Hubble y diferentes satélites.