Opinión
Ver día anteriorJueves 14 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
II debate: definiciones cruciales
N

inguno de los temas abordados en el segundo debate por la Presidencia de México pudo desahogarse en los tiempos asignados, ni esa fue la intención. Menos uno tan complejo como el de las relaciones exteriores y sus vínculos con la dinámica interna. Aunque menos acartonado, el diseño fue manejado con precisión profesional por Javier Solórzano y puso a prueba la capacidad de síntesis de los aspirantes. Se privilegiaron imagen y lenguage corporal, para enviar telegramas de no más de 2 y medio minutos, con los dos punteros, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Enrique Peña Nieto (EPN) cuidando sus posiciones, el primero creciendo y el segundo desgranándose ante el efecto desmitificador y multiplicador del Soy132, cuyo acierto al rechazar al autoritarismo priísta y al duopolio televisivo recibe creciente endoso nacional y el respaldo implícito del exterior, como el del rotativo londinense The Guardian.

Aunque hasta hoy se conocerán los resultados de otras encuestas, en una de ellas apareció AMLO conectándose de manera más efectiva con los televidentes mientras EPN, libre de toda referencia a su escandaloso contubernio político-electoral de seis años con Televisa, envió sin sobresalto su mensaje repleto de guiños a Estados Unidos en torno a dar continuidad a la política económica y de seguridad del atroz régimen que agoniza.

Aunque varían las interpretaciones del silencio de AMLO en torno a un tema tan central como las tretas sucias de EPN-Televisa en su contra, documentadas por el diario británico, cuya veracidad luego reforzó con cables de Wikileaks, fue clara su intención de aprovechar cada segundo para esbozar asuntos tan complejos y delicados como las conexiones entre la política económico-social, el fenómeno de la violencia y su impacto en las relaciones exteriores y de seguridad con el mundo, América Latina y de manera especial, con Estados Unidos. Se pronunció por la colaboración en materia de empleo, migración, bienestar sobre la de orden militar. Consciente de la enorme audiencia televisiva puesta a disposición de los candidatos, no por concesión graciosa del duopolio televisivo, sino por la enorme movilización de miles de jóvenes que han tomado las calles y las plazas de la nación con una exigencia democratizadora irrebatible de medios y sociedad, fue el único candidato que tuvo el acierto de poner las cartas sobre la mesa presentando al gabinete que le acompaña, compuesto por hombres y mujeres de alto calibre humano, ético-profesional y reconocida capacidad: de Poniatowska y De la Fuente, a Druker Colín: consolidó así la confianza sobre la conducción de la educación y la cultura, las relaciones exteriores, el desarrollo social, las comunicaciones y transportes; la ciencia y tecnología, etcétera.

Además de los retos para la reconstrucción nacional por los graves daños humanos y distorsiones a la economía luego de tres décadas de acatar la condicionalidad atada a todas las líneas de crédito del exterior, será necesario identificar y vencer los amarres y encadenamientos afanosamente elaborados para dar continuidad a los horrores de la guerra irregular que desangra a México y a lineamientos económicos y de política exterior, como el alud de empréstitos y compromisos con la banca internacional o el contratismo desenfrenado y anti-nacional en Pemex y Comisión Federal de Electricidad bajo un esquema foxista-calderonista diseñado por la extinta y corrupta Enron.

Se requiere detener la entrega de la vasta reserva minera a firmas extranjeras, por despojo, destrucción y contaminación ambiental, en medio de procesos de criminalización/paramilitarización, gestándose lo que en Colombia se conoce como minería criminal. Así la calificó un jefe de policía de Bogotá, al describir cómo entes criminales se interesan en el sector porque ya el precio del gramo de oro superó el de la cocaína.

La integración profunda que Estados Unidos auspicia en América del Norte e insiste en proyectar de polo a polo, pese al rechazo latinoamericano al ALCA y a la debacle del TIAR, por darle la espalda a Argentina en Las Malvinas, es otro rubro en que se pretende dejar alineado al próximo gobierno, bajo las pautas y requerimientos económicos y militares de Estados Unidos hacia el hemisferio y el Pacífico.

La Alianza del Pacífico, oficialmente descrita como una iniciativa de integración profunda para potenciar el comercio con la región Asia Pacífico, coloca a Estados Unidos como articulador supremo de la relación estratégica de Chile, Perú, Colombia y México con esa región. Si desde China se percibe una inusitada agresividad aero-naval de Estados Unidos, desde Brasilia a esa Alianza se la califica como un atajo hacia el ALCA, inducido desde TLC con cada integrante de la Alianza, ahora con un bilateralismo intensivo que incluye la intromisión profunda de Estados Unidos en materia militar y de seguridad interna por la vía del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida.