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Comienza coloquio por los 300 años del natalicio del pensador, auspiciado por la UAM

Rousseau inspira lucha libertaria de los jóvenes en México

El malestar ciudadano, la falta de credibilidad de los políticos y la inequidad social, entre los signos que muestran el fracaso de la política en el país, afirma el filósofo Enrique G. Gallegos

 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de junio de 2012, p. 3

La aspiración del pensador Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) por una sociedad más igualitaria, libre y justa sigue vigente en hombres y mujeres del mundo actual y continúa recorriendo el planeta como un fantasma desde hace 300 años, señala el filósofo y poeta Enrique G. Gallegos.

Luego de plantear la posible necesidad de refundar el Estado mexicano, dice en entrevista: El malestar ciudadano, la falta de credibilidad de los políticos, la crisis de representación, los problemas estructurales y la inequidad social, son signos que muestran que estructural, social y conceptualmente, la política mexicana ha fracasado.

Y tras criticar, desde Rousseau, ideas como la fuerza del Estado, las fuerzas del orden o el libre mercado, Gallegos lanza:

De nada sirve un Estado fuerte si éste se construye sobre los cadáveres de miles de hombres y mujeres o si reduce a los ciudadanos a meros consumidores. Antes que un Estado fuerte, la gran lección de Rousseau es un Estado con legitimidad social y política.

Este catedrático habla a propósito del Coloquio Pasado y Vigencia de Rousseau, a 300 Años de su Nacimiento, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Cuajimalpa y que, con entrada gratuita, se realizará este jueves y viernes de las 10 a las 14 horas en la Casa Rafael Galván (Zacatecas 94, Roma Norte).

Coordinado por Gallegos, Gabriel Pérez y Rodolfo Suárez, investigadores de la UAM-Cuajimalpa, el foro consta de conferencias y ponencias magistrales en las que participarán especialistas que abordarán la obra de Rousseau desde la estética, la educación, la epistemología, la política, la economía, la filosofía y la ética.

Celebraciones a escala mundial

Las celebraciones, que son a escala mundial, también incluyen los 250 años de la publicación de dos de las obras fundamentales de Rousseau: El contrato social y Emilio o de la educación, ambas de 1762.

–¿Cuál es la vigencia del pensamiento de Rousseau a escala universal?

–Rousseau es uno de los pensadores centrales de la modernidad y sus declives. Fue de los primeros que percibieron los peligros de la racionalidad instrumental y sus efectos homogeneizantes y uniformantes, que arrastran y terminan por destruir las diferencias y las singularidades de los pueblos y las culturas, que el capitalismo globalizado ha exacerbado.

“A su manera, fue un crítico del sistema burgués de propiedad privada que comenzaba a instalarse en el mundo en el siglo XVIII. Veía en ésta una forma de sujeción, control y desigualdad. Una frase de Rousseau muy célebre dice: ‘El hombre ha nacido libre y por todas partes se encuentra esclavizado’.

“Esto puede sintetizar la aspiración libertaria e igualitaria que recorre el mundo contemporáneo: el movimiento estudiantil en Chile, la primavera árabe, la agrupación Anonymous, el movimiento 15-M en España y las protestas de los jóvenes mexicanos del movimiento 132.”

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Juan Jacobo Rousseau, creador de un ideario que sigue vigente a escala universalFoto Museo de Motiers

En el México contemporáneo existen dos visiones políticas enfrentadas acerca de Rousseau, apunta Enrique G. Gallegos, cuyo libro más reciente es Poesía, razón e historia (Arkhé-Secretaría de Cultura).

“La primera es una visión de la mano de hierro, del control, de la represión y que cristaliza en torno al lenguaje de la ‘seguridad pública’, que podríamos describir como hobbesiana (en alusión a Hobbes, un teórico del Estado absolutista). La segunda, centra su discurso en la legitimación y la deliberación, y sería una política más cercana a Rousseau.

“La primera incurre en la contradicción del Estado que recurre a la violencia para controlar la violencia y termina por desatar las bestias negras del Apocalipsis, como hoy ocurre en México.

La segunda, la rusoniana, sería transitar desde el diálogo, el reconocimiento y el conocimiento de las causas de dicha situación: las desigualdades, la inequidad, la miseria, la falta de oportunidades.

Gallegos destaca que a mediados del siglo XVIII Rousseau sabía que la sociedad había llegado a un punto donde se hacía necesario una reforma de fondo y propuso el pacto social que aparece en su libro El contrato social. Salvadas las grandes diferencias, esta lectura implicaría preguntarse si no es necesario también refundar el Estado mexicano.

–¿Cuál fue la influencia real de Rousseau en el pensamiento político de los líderes de la Independencia de México?

–Las ideas de Rousseau debieron ser ya muy difundidas desde antes de la Independencia, pues en 1763 se prohibieron sus obras. Algunos estudiosos, como Luis Villoro, sostienen que es después de 1812 cuando verdaderamente se comienzan a sentir las ideas de Rousseau en ese periodo. Dos ejemplos: en El Pensador Mexicano, Joaquín Fernández Lizardi comienza a defender las ideas de Rousseau, y en 1813 Morelos convoca al Congreso de Chilpancingo y en éste se recurre a dos ideas de Rousseau: el pacto como fórmula de legitimidad política entre ciudadanos para constituir la nación, y la voluntad general como expresión de aquéllos.

“A partir de entonces, de alguna manera la mayoría de las constituciones mexicanas de cuño liberal han recuperado la idea rusoniana de que ‘la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo’, como actualmente reza la retórica del artículo 39 de la Constitución vigente.”

Gallegos recuerda que Rousseau también fue un gran pedagogo. Con sus fallas y aciertos, comprendió que existe una estrecha relación entre educación, ciudadanía y los destinos de una nación y de una sociedad. Sabía que no sólo se trataba de una buena o mala educación, sino también del tipo de educación para el tipo de sociedad que se desea restructurar y reorientar.

Por otro lado, destaca dos ideas vigentes de Rousseau: la igualdad y la lucha contra la sujeción de cualquier signo, económica, educativa, social o política.